CUSTO BARCELONA: “Mi vida en sí es algo más que la moda, espero no morirme trabajando en el taller”

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Informa Marc Grancha / Imágenes: CLEC Fashion Festival

Nueva York, Los Ángeles, Madrid y Valencia han sido las últimas ciudades en las que Custo Barcelona ha presentado su colección ‘I Trust Me’, un alegato en favor de la mujer segura de sí misma y plena de confianza. Es la última de las colecciones de este diseñador barcelonés que ha alcanzado, recientemente, los cuarenta años en la industria de la moda. De sus comienzos, su trayectoria profesional y el estado en el que se encuentra la moda habló para EL ROTATIVO.

Cumple 40 años en la industria de la moda. Un aniversario, nada fácil de alcanzar en los tiempos que corren. ¿Cómo lo ha celebrado en un año pandémico tan extraño y complicado?

El cuarenta aniversario lo hemos celebrado como nos han dejado las circunstancias, pues no había muchas opciones. Hemos tenido la suerte de poder presentar la colección en Nueva York, en Los Ángeles, en Madrid y en Valencia y lo hemos tenido que celebrar con un perfil bajo porque tampoco podíamos ir a muchos sitios.

¿Cómo han sido estos cuarenta años al frente de Custo Barcelona?

Nunca hubiésemos pensado en llegar donde estamos. Primero porque nosotros nunca sentimos la vocación de la moda, nosotros nos metimos en esto por casualidad. Yo, por ejemplo, estudiaba arquitectura y nunca tuve la previsión de hacer moda hasta que estuve metido dentro, era una cosa impensable. Empezamos hace cuarenta años haciendo camisetas estampadas, que ahora es algo muy normal, pero hace cuarenta años meter un dibujo a la camiseta era un producto muy innovador y eso lo hicimos porque nos gustaba el diseño gráfico. En aquel momento, nosotros hacíamos nuestros dibujos o grafismos y los estampábamos en una camiseta y eso empezó rápidamente a funcionar. Cuando nos dimos cuenta ya teníamos una estructura consolidada y estábamos metidos de pleno en el mercado. En ese momento comprendimos que estábamos haciendo un proyecto que se llamaba ‘moda’, comenzamos a investigar qué podíamos seguir haciendo dentro, focalizándolo en las camisetas y vimos que había posibilidades de hacer mas cosas más allá de las camisetas. Así fuimos creciendo.

¿Cuándo surgió la vocación?

Realmente, la vocación surgió ejerciendo el oficio de la moda. La verdad es que todo fue muy rápido, fue como una aspiradora que nos atrapó en algo que funcionaba a una velocidad vertiginosa y en el que no tenías mucho tiempo para pensarte si subirte al tren, pues ese tren no podía parar. Decidimos subirnos a él y fue la mejor elección que hicimos, porque a pesar de que no nos habíamos planeado nunca estar en la moda, estábamos muy contentos y nos lo pasábamos muy bien. A partir de ese momento, nos preocupamos mucho más de aprender los códigos de la moda, sus mecanismos, cómo funciona, y reinterpretarla a nuestra manera.

Ha hablado de sus comienzos creando camisetas en EEUU con estampados. Cuéntenos cómo vivieron su hermano y usted esa primera etapa de la marca.

Nos fuimos a probar suerte a Estados Unidos a finales del año 95, y nos plantamos allí con una colección de camisetas, muy reducida, pero muy especial. Nos fuimos a EEUU porque la situación del mercado europeo era bastante complicada y quisimos probar suerte en América. Llegamos en enero del 96 e intentamos empezar a vender en Chicago, una ciudad del MidWest americano, muy conservadora y que no estaba preparada para moda. No estaba preparada para el cambio que nosotros planteábamos. Ese cambio se basaba en un giro de 360º en el color de las prendas, pues cuando llegamos allí no había color, solo había cuatro colores en el mercado que eran el blanco, el beige, el negro y el azul marino, no había colores, por tanto, lo nuestro era absolutamente de otro planeta. Y allí en Chicago estuvimos probando una temporada, pero no salió nada.

Pero la aventura no se detuvo y siguió en Los Ángeles, ¿no?

Así fue. Después de Chicago pusimos rumbo a Los Ángeles. Allí no es que fuese mas fácil que en las otras ciudades, pero alguna puerta se nos abrió, y dio la casualidad de que una de esas puertas fue una tienda muy icónica en Los Ángeles donde acuden los estilistas de Hollywood. La tienda se llamaba ‘Red Balls of Fire’. Era una tienda muy muy rara, pero a nosotros nos compró las camisetas. Después, nos enteramos de que en aquella tienda acudían los estilistas de Hollywood para buscar gran parte del vestuario que necesitaban y, de repente, nos encontramos con que nuestras camisetas comenzaron a salir en series conocidas de EEUU, en producciones hollywoodienses e incluso en videos musicales comerciales. Comenzaron a verse en todos los sitios porque eran diseños que iban absolutamente contracorriente, porque en esa época era todo muy minimalista y los estilistas que querían destacar utilizaban nuestras camisetas. Nos vimos muy beneficiados de ser el ‘patito feo’ de lo que estaba pasando en la moda.

Imagino que esto supuso un punto de inflexión en el arranque de la marca. ¿Cómo influyó todo esto en España?

La verdad es que nos cambió la vida muy rápido porque todo fue repentino y en apenas dos años dimos un paso increíble en el proyecto. Hollywood contagió al resto de EEUU y todo lo que salía en las televisiones era objeto de triunfar y más en América. Ahora es diferente ya que están los ‘influencers’ y los ‘bloggers’ que interactúan con un producto y se ve beneficiado.

¿A qué atribuye el éxito de su sueño americano?

En aquel momento no existían ‘influencers’, pero estaban las ‘celebrities’ de Hollywood. El público cuando veía el producto en esos referentes se sumaba a la tendencia con nuestras camisetas. Cuando estás bien representado en EEUU lo siguiente fue tener presencia de marca en Europa, Oriente, Latinoamérica… Todo el mundo se mira en Estados Unidos, y en dos años despegamos espectacularmente.

¿Qué etapa fue la que más le ha marcado?

La etapa que más me ha marcado fue la de Estados Unidos porque se notaba que allí estaba pasando algo grande. Le diría que los diez primeros años en Estados Unidos constituyeron una etapa muy adrenalínica.

¿Y la pasarela que más le ha impactado?

Hemos hecho pasarelas en muchas ciudades del mundo, pero la más especial fue la que hicimos en la catedral antigua de Lérida, porque soy de la propia provincia. Fue muy especial porque el marco fue tan incomparable como, por ejemplo, esa versión futurista que tiene la Ciudad de Las Artes y Las Ciencias de Valencia. Otra pasarela donde hemos conseguido asentar bien el proyecto ha sido Nueva York. La gran manzana, para nosotros, siempre ha sido el trampolín.

Custo Barcelona no deja de ser una empresa familiar. ¿Quién hace qué en ella?

Tanto mi hermano como yo hemos estado siempre al ciento por cien en el proyecto. Mi hermano está también conmigo en la creatividad, pero además está en un ámbito más general ya que se encarga de la gestión de la empresa, pero también participa conmigo en las creaciones. En general, en todo lo que hacemos estamos al ciento por cien.

Ya que habla de la creatividad, ¿cómo es ese proceso de plasmar una idea?

Las ideas siempre llegan porque la creatividad es un proceso mecánico. Normalmente, conforme empiezas a trabajar te va surgiendo la creatividad, al menos es nuestro caso, no necesitamos una influencia espiritual. Nosotros trabajamos mucho y de ahí sale nuestra creatividad. Es evidente que te pueden surgir ideas de la nada, pero lo que da la creatividad es el trabajar día a día.

¿Y en qué se inspiras?

Es difícil saber en que te inspiras. Te inspira la música, te inspira una película, te inspira una persona que pasa por la calle, te inspira un viaje… Hay muchas cosas que te sirven como fuente de inspiración y lo que has de hacer es ordenar todos estos estímulos. Realmente, nuestra gran inspiración es la creatividad, es el hecho de decir “vamos a hacer algo nuevo” o “vamos a crear un lenguaje nuevo o nuevas palabras” dentro de lo que es el vocabulario de la moda.

En relación con lo que termina de apuntar, en un mundo como el de la moda en el que está todo inventado, ¿es posible crear un nuevo lenguaje?

Sí. Hay muchas maneras de innovar. Siempre se puede seguir innovando y experimentando. La moda es una industria muy cambiante en la que tienes que saber adaptarte y, al final, adaptarse es innovar porque siempre vas a acabar haciendo algún cambio en ese proceso de creación que antes no estaba o no se había hecho, o igual sí que estaba, pero no de la misma forma en la que cada uno le pone su punto de vista.

No obstante, el mundo de la moda está sometido al dictado de los avances y uno de ellos ha sido el modo en cómo comunicar las tendencias y la propia moda a través, en este caso, de los ‘influencers’. ¿Cómo ha afectado todo esto a la industria?

No tenemos que negar que los ‘influencers’ existen y tienen un peso y una influencia en el mercado, guste o no, es una realidad, y hay que prestarles atención, porque la moda es comunicación. Si no comunicas, tu producto se queda en algo más del mercado. Si quieres que tu proyecto se desmarque de los demás tienes que comunicar. Los ‘influencers’ existen y hay que tenerlos en cuenta porque son personas que tienen opinión y dicha opinión es escuchada por un público que sigue ese pensamiento o valoración, que lo respetan.

Estamos viviendo un periodo de tiempo pandémico en el que también la moda se ha visto afectada. ¿Cómo ha visto la evolución de la moda en esta situación?

Querrá decir la evolución de la ‘no moda’ porque la moda se ha quedado congelada. Hemos estado paralizados y es lógico, porque la moda es una herramienta para socializar y cuanto te prohíben socializar o te ponen todos los impedimentos que a nosotros nos pusieron debido a la situación sanitaria, la gente pierde el interés. Creo que lo que ha pasado es un parón en el mercado e industria de la moda que ahora se está recuperando, pero que ha sido bastante duro.

Recientemente, Custo Barcelona se ha aliado empresarialmente con Velmar (Moschino). ¿Cómo está funcionando dicha alianza? ¿Qué papel juega en la misma?

Nosotros no hemos parado. La alianza va bien, pero ha llegado en un momento muy complejo, ya que ha fue formalizarla y llegar la pandemia. Nos cogió a todos descolocados y ahora es cuando estamos despertando para ver cuando se vuelve a abrir esa ventana y vuelve a ser todo como era antes. Y por lo que respecta a mi papel estoy en la dirección creativa. Siempre he estado en creatividad, mi trabajo y mi perfil siempre han sido creativos y es donde me siento mas cómodo. Gestionar la empresa es una parte que tienes que hacer y que la haces, pero yo me siento mas a gusto en la creatividad.

Un diseñador como usted y con una trayectoria tan dilatada, le da para tener una visión amplia del momento por el que atraviesa la industria de la moda. Con respecto a España, ¿cree que nuestro país se ha abierto hueco entre ciudades como París, Londres, Milán, Nueva York?

Desde el punto de vista de las pasarelas, creo que es difícil competir con las cuatro que ha nombrado. Creo que con esas capitales no se puede competir, no les podemos hacer sombra. Los grandes referentes ya están ahí, para siempre, y atraerlos hacia otras pasarelas es complicado porque esas capitales ya tienen toda una logística alrededor, una organización. Pero bueno, eso no quiere decir que aquí en España no tengamos una Madrid Fashion Week que cada vez va ganando mas peso. Y recientemente he estado en Valencia en el CLEC Fashion Festival y ha sido espectacular. El festival valenciano ha tenido una gran organización con un espacio icónico que no necesita ningún tipo de comentario porque ya se ha hablado muy positivamente de él desde hace décadas. La verdad que es el CLEC es una propuesta que solo lleva un año, pero hay que apoyarlo, y más en este año donde Valencia va a ser capital del diseño en 2022.

Cuarenta años dan para mucho profesionalmente y también para recoger galardones o reconocimientos públicos como el ‘Oscar de la Moda Italiana’ otorgado en 2003 o, recientemente, el Premio Honorífico al Diseñador de Moda en España.

A nivel profesional recoger estos galardones es muy bonito. Recuerdo que cuando nos dieron el Óscar de la moda en Italia, el premio mas importante que hay en moda, fue histórico porque sin ser italianos, nos lo dio Italia. Es el premio mas importante de la industria porque son unos premios con muchas categorías y en las que estaban todos los diseñadores más conocidos de todo el mundo, y conseguirlo es especial porque hicimos historia.

Con toda la experiencia acumulada a lo largo de los años, ¿qué le recomendaría a un estudiante de moda que se está iniciando en la industria?

Le diría es que se lo piense dos veces antes de querer llegar arriba, porque es un trabajo muy competitivo y duro. Actualmente, pienso que va a haber un nuevo ciclo en el mundo de la moda porque el mundo -en general- está cambiando y lo está haciendo de una manera muy rápida. La moda va a cambiar, no se va a quedar atrás y, por ello, lo mas importante es saber ver hacia dónde va a ir la industria para poder avanzarse porque la moda siempre se basa en anticiparse a las elecciones del consumidor y, para ello, tienes que saber anticiparte a los movimientos del mundo y del mercado.

No sé si está pensando en la retirada, pero si algún día llega ese momento, ¿hacia dónde dirigirá sus pasos en esa nueva etapa de su vida? Mi vida no es la moda, me lo he pasado muy bien porque ha sido una parte muy importante en mi día a día, pero mi vida en sí es algo mas que la moda, y espero no morirme trabajando en el taller. He tenido la suerte de disfrutar mucho con nuestro trabajo a lo largo de cuarenta años, pero tengo una maravillosa familia con cinco hijos, y para mí ellos están por delante de la moda, lo que ocurre es que sí que es verdad que la moda ha sido un puntal muy importante. ¿Qué voy a hacer cuando decida retirarme? Tengo pensadas muchas cosas, pero como he comentado espero no morirme trabajando en el taller, sino haciendo otras cosas con mi familia y disfrutando siempre de la vida.