Angulo: “El premio se basa en el trabajo, nadie te regala nada”

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Informan: Pepe Ferrer y Sara Pastor /// Imágenes: Patricia Pastor

Internacional con la selección y jugador histórico con el Valencia CF, Miguel Ángel Angulo analiza la actual situación del club, el paso de Koeman por el conjunto che, su futuro como entrenador valencianista y las tres etapas por las que pasa cada jugador profesional. En su palmarés encontramos dos Copas del Rey, dos campeonatos ligueros y una Copa de Europa y otra de España. Como jugador, fueron dos rasgos los que le hicieron llegar hasta lo más alto con en el club valenciano: su adaptación a múltiples funciones según las necesidades del equipo y los valores como el esfuerzo, la humildad, el trabajo y el sacrificio. Actual técnico de las filas del Valencia Mestalla, Angulo no descarta la posibilidad de dirigir el primer equipo y habla del nuevo fichaje para su plantilla.

Llegaste al Valencia de la mano de Paco Roig, pocos pensarían que te convertirías en el jugador con más títulos en la historia del club valenciano. ¿Cómo fue cambiar del Real Sporting B al Valencia CF B, en su momento? ¿Cómo se lo tomaron en casa?

Fue difícil, porque era una decisión complicada. Sobre todo, porque mis padres estaban en contra de esa decisión que yo había tomado. Es verdad que mis padres en esa situación me dejaban mucho poder de decisión y ellos encontraron una situación difícil donde su hijo de 17 años se iba a ir de casa a una ciudad como Valencia. Sí que es verdad que ellos vieron que era lo mejor para mí, para mi futuro y carrera. Con el paso de los años, con el tiempo… vieron que mi decisión fue buena.

¿Es duro verse en esa situación tan joven?

Cuando tomas este tipo de decisiones y eres tan joven, es difícil tomarlas por sí solo y te dejas aconsejar por el entorno. Escuchas a tu familia, amigos, representantes y, al final, siempre pienso que la decisión la tiene que tomar uno mismo y no se puede arrepentir de lo que decide. Después de poner todo en la balanza, decidí venirme.

Digamos que la llegada de Claudio Ranieri te facilitó la integración al equipo y el técnico italiano supo desarrollar tus cualidades, ¿fue para ti un buen entrenador?

Es un entrenador que vio en mí unas capacidades que, anteriormente, otros entrenadores vieron, pero no supieron tener esa paciencia y tranquilidad que necesitan muchos futbolistas para que desarrollen sus mejores cualidades. Ranieri vio en mí un jugador capaz de adaptarse a su idea de fútbol y yo le entendí bastante bien, en ese sentido de cómo quería él que jugáramos todos, de manera colectiva, y a mí de manera individual. 

Te encuentras entre los jugadores con más partidos de la historia del club, ¿qué significa para ti este reconocimiento?

Es un orgullo y una manera de identificar procesos en el fútbol, adaptaciones, momentos difíciles, de alegría… Es lo que, de alguna manera, mis padres me educaron y fomentaron cuando yo era joven. Trabajar, sacrificarse, ser humilde, respetuoso, responsable… Tener esos valores me hizo ir superándome. No sabía hasta dónde iba a llegar, pero eso me lo dio el tiempo, el trabajo y la constancia. El premio se basa en trabajo, nadie te regala nada. Y al final, conseguí los objetivos que me planteaba en el inicio de cada temporada que era el de mejorar la anterior.

“Cuando hay futbolistas que siguen a lo largo de los años en el equipo hay un sentimiento de pertenencia con el club”

Más tarde, Héctor Cúper siguió apostando por ti y tú no fallaste, incluso marcando dos goles en el triunfo ante el Barcelona en semifinales, ¿cómo definirías esa etapa?

Cada entrenador tiene su forma de trabajar y, tanto yo como mis compañeros de esa época, sufrimos adaptaciones en cuanto al sistema y la forma de trabajar del nuevo entrenador. Es verdad que había una base muy sólida de buenos futbolistas y eso hizo que el trabajo fuese mucho más sencillo. Cuando hay futbolistas que siguen a lo largo de los años en el equipo hay un sentimiento de pertenencia con el club. La estabilidad del núcleo del equipo, entre 12-15 jugadores repetíamos cada año, y la confianza del entrenador fue la clave dentro del club para formar una base sólida para poder disputar grandes campeonatos.

En el verano del 2004 tuviste la oportunidad de irte al Arsenal, pero diste marcha atrás. Y reconociste que cuando llegaste a Inglaterra, fue “una odisea” tu llegada. En Valencia, ampliarías tu contrato cuatro temporadas más, ¿qué supuso para ti esa vuelta inmediata? ¿Qué te hizo volver a Valencia y rechazar la oferta de Wenger?

Los objetivos del Valencia en esa época eran muy grandes, conseguir títulos de liga, que cada año nuestro club fuera uno de los grandes de Europa. Cuando yo me incorporé el club aún no era tan identificativo en Europa. Un equipo que solía entrar en la UEFA como sexto o séptimo de la liga española y llegamos a dar un pasito más y entramos entre los principales de España y muy respetado en Europa. Entonces, a mí me alagó mucho el interés del Arsenal, llegamos a unas negociaciones muy complicadas con el Valencia porque tenía unas pretensiones y el club no estaba dispuesto a ceder en ese sentido. Un poco ese arranque de nervios y rabia te hace dar un pasito a querer dar un cambio y probar en otro club, esa fue mi situación. Cuando llegué allí me di cuenta de que no necesitaba empezar de cero en otro club ni demostrar más cosas, sino que yo estaba muy a gusto y mi familia muy cómoda. En ese momento, había una diferencia económica muy grande y ahí pensé que el dinero no es todo lo que vale en el fútbol. Cuando volví, estaba Ranieri que para mí era muy importante, hablé con él y todo funcionó.

Koeman apartó del vestuario a los tres pesos pesados. Albelda, Cañizares y tú, ¿llegaste a hablar con él sobre lo ocurrido?

Nunca he llegado a tener otro contacto con él. Creo que no se tomaron las decisiones de la mejor manera ni de las mejores formas. Soy una persona que a veces se espera a tomar decisiones y que el tiempo coloque a cada uno en su sitio y, en ese sentido tomé una decisión de esperar y de que el tiempo me diera la razón y no crear más conflictos de los que había. El tiempo me dio la razón y creo que estuvo tres o cuatro meses y lo despidieron por los resultados. Creo que luego entró Voro y volvió todo a la normalidad otra vez.

A día de hoy, ¿crees que es buen entrenador el técnico holandés?

Cuando estuvo aquí en el Valencia a mí no me pareció un entrenador con una entidad propia ni con valores de equipo. Los entrenamientos y trabajos que realizábamos tal vez no eran los que estábamos acostumbrados a hacer con otros entrenadores atrás. Con el paso del tiempo no sé si habrá mejorado, espero que sí y que se haya actualizado y preparando. Si ha tenido equipos a lo largo de los años después del Valencia, tanto el Everton, selección holandesa o la vuelta al Barcelona es porque algo le habrán visto y porque estaría preparado para esos retos

“Bordalás puede ser un entrenador que, si se tiene paciencia y confianza, puede conseguir buenos resultados en el Valencia”

¿Cómo calificarías su temporada en el Barcelona?

Es verdad que el fútbol ha pasado por un proceso después de la pandemia y otro de reconstrucción económica que ha afectado a muchos clubs. Es posible que el Barça haya sido de los más perjudicados y, por eso, ha tenido que deshacerse de grandes jugadores de la plantilla y eso le ha pasado factura a nivel de resultados. No creo que el culpable de eso haya sido el técnico holandés, pero es la decisión más fácil cuando no van las cosas como uno quiere.

¿Ves un fútbol diferente al de tu época? ¿Ha cambiado mucho desde que tú jugabas en Mestalla?

En cuanto a las condiciones técnicas y tácticas eso se ha actualizado y mejorado. Las tecnologías son clave, ahora nos medimos mucho más. Hay aplicaciones, webs, GPS que estudian todo lo que tú quieras. En el área de la nutrición también se ha dado un paso muy adelante. En mi época no había tanta información como ahora donde te dicen hasta lo que tienes que comer cuando haces un entrenamiento, antes y después del partido. En cuanto al fútbol en sí, se están viendo estilos de fútbol muy diferentes, pero muy parecidos a los que había antes, tal vez un poco más perfeccionados.

Ahora, en tu etapa como entrenador, te surgen nuevos retos. Entre ellos, ¿está el de ser entrenador del primer equipo?

Yo no estoy con esa perspectiva de que esto ocurra a corto o medio plazo. Considero que tengo un proceso que tengo que estar varios años, no sé decirte cuántos. Creo que eso a cada uno le llega en el momento de decir que está preparado, ser ambicioso, dar un paso al frente y tener la confianza de poder hacerlo. Hasta el momento, tengo que seguir mejorando en este proceso, equivocarme, aprender de los errores y perfeccionarme como entrenador. Soy consciente que, si esto sigue por el camino por el que va, puede llegar el momento en el que se puede producir esa situación.

Hablando de Bordalás, ¿cómo le estás viendo? ¿Compartes su manera de jugar?

Creo que aquí cada entrenador tiene su filosofía y tiene sus maneras de trabajar y de jugar, el fútbol se mide mucho por los resultados y no tanto por la manera en la que lo haces. Sí que es verdad que muchas veces cuando tienes unos ideales y unos principios, a lo largo de mucho tiempo quiere decir que tu fórmula funciona y eso es lo que está haciendo Bordalás. Durante muchos años está trabajando de una manera constante y repetida, eso le está dando buenos resultados. Al final es la continuación de lo que estaba haciendo en el Getafe, lo está haciendo ahora en el Valencia. Creo que puede ser un entrenador que. si se tiene paciencia y confianza, puede conseguir buenos resultados en el Valencia.

“Mi mensaje a los jugadores es que no va a ser fácil, hay que trabajar cada partido”

Dijo en su presentación que viene a recuperar el ADN valencianista, ¿hablamos de un equipo con falta de sentimiento?

El sentimiento de los aficionados creo que siempre es el mismo en cuanto a su relación con el club, en cuanto a su fidelidad. Lo que ha cambiado a lo largo del fútbol es la propiedad y eso ha hecho que haya surgido mucha controversia en cuanto a que el club ahora ya no es de los socios valencianistas. Eso al final se tiene que mirar desde un punto de vista del entretenimiento, tú eres fiel a un club y a unos jugadores e independientemente de quien esté o no, tienes que animarlo y apoyarlo en función de lo que pienses. Entiendo a los que están disgustados y los que no están a favor de esa situación que son muchos, porque en el fútbol no hay una lógica estable. Surgen muchas inestabilidades y en eso hay muchas posibilidades de que el aficionado pueda cambiar.

Has empezado la temporada muy intensa y ya os encontráis en la primera plaza. El equipo se encuentra colíder con un partido menos empatado a puntos con el Roda, ¿crees que hay posibilidad de ascender? ¿Qué esperas de esta temporada?

Nosotros nos planteamos hacer un buen año y dentro de ese buen año está el ascender. Hay dos maneras de poder hacerlo: siendo primero vas directamente y si quedas entre los cuatro siguientes juegas un playoff que dura tres o cuatro partidos más. Nosotros tampoco queremos marcarnos expectativas que están a muy largo plazo y preferimos objetivos a corto o medio plazo. En este sentido, mi mensaje a los jugadores es que no va a ser fácil, hay que trabajar cada partido. Siempre estamos con esa frase famosa que es “partido a partido” con la que tenemos que dar con la fórmula más correcta de que los jugadores estén centrados en el ahora y no estén pensando en que va a pasar dentro de cinco o seis meses.

El Valencia CF Mestalla tiene ya su primer fichaje invernal. ¿Qué puede aportar LIBASSE GUÈYE a tu equipo?

Libasse Guèye es un jugador que hemos observado y viene del fútbol francés. Es africano y tenemos un problema con él con la comunicación, no entiende castellano y va a ser un proceso de adaptación que nos va a alargar un poco el proceso. Pero creemos que es un jugador que no es para un rendimiento inmediato, sino que lo vemos como un jugador con proyección a largo plazo. Tiene edad juvenil eso es una ventaja para él ya que puede jugar con el equipo inferior de juveniles y también competir con nosotros. Por lo tanto, le vimos cualidades óptimas para poder formar parte de la academia y por eso se decidió ficharle.

“No hay una fórmula concreta en la que determinar qué futbolista es el adecuado o perfecto”

¿Qué debe tener para ti un buen futbolista?

Yo entiendo el futbolista en sí, el que es de primera división. Hay de diferentes formas, físicos, técnicos, los que son mentalmente fuertes, los que psicológicamente son capaces de afrontar superioridades o inferioridades… Unos que son a nivel técnico muy altos, creo que no hay una fórmula concreta en la que determinar qué futbolista es el adecuado o el perfecto. El perfecto podría ser Messi o Cristiano que tienen una gran potencia, resistencia, velocidad, que además, son responsables y tienen valores muy buenos. Digamos que va por ahí un poco el futbolista idóneo de la academia, el que reúne condiciones que nosotros consideramos que son muy importantes para el fútbol. Pero también hay jugadores que han llegado y no tienen alguno de esos valores que tienen los que digamos que son top. En eso estamos trabajando, en identificar a jugadores que podrían ser los idóneos para formar parte de la academia, que tengan potencial y desarrollo para llegar al primer equipo.

¿Qué le dirías a un joven futbolista que quiere seguir tus pasos?

Hay tres etapas, la etapa inicial que es cuando es un niño que se tiene que divertir y estar jugando constantemente. Se supone que es lo que más les gusta, en la que yo creo que su proceso de aprendizaje va en autonomía y ser muy autodidacta. Aprender sobre el error y que sea él el que mejore independiente, que no haya nadie que le esté corrigiendo y diciendo lo que tiene que hacer.

Luego hay una segunda etapa, que es la de mejorar tus cualidades o desarrollos que llevas ya innatos de por sí y mejorar tus carencias. Y, por último, una tercera etapa que es competir, la de tener una mentalidad ganadora. Se supone que lo anterior ya lo has mejorado, ya eres un jugador más completo y tienes que ser un jugador profesional y responsable. El futbolista en esa etapa, ya es atención 24 horas, tienes que estar pensando en fútbol, cómo mejorar constantemente, tienes que pedir ayuda a profesionales, invertir en ti mismo. Además de tener las herramientas que tengas en ese momento para ser mejor, un jugador de élite requiere tener una profesionalidad muy grande.

¿Es importante el factor psicológico desde el principio?

Al principio no tanto pero sí que es verdad que hay una etapa complicada. Hemos detectado que hay una etapa complicada entre los 14 y 16 años, una edad en la que ellos dejan de ser niños y pasan a ser adolescentes. Hay mucho en el entorno exterior que les pueden hacer confundirse, de hecho, en unos estudios que hemos hecho aquí en la academia hay muchos jugadores que en esa edad dejan el fútbol o dejan de estudiar y pasan a hacer cosas o hábitos que anteriormente no tenían. Es una etapa complicada, si son capaces de -a nivel psicológico- saber uno lo que quiere, tiene las ideas claras, es ambicioso y es sacrificado, muchos de los jugadores que pasan esa época, llegan a filiales como el Valencia Mestalla o el Villarreal. Hay muchos de ellos que son capaces de vivir del fútbol, no a lo mejor a nivel top, pero hay muchos jugadores que pueden estar compitiendo en primera o en segunda división y pueden vivir y combinar, muchos de ellos están estudiando.