Un análisis sobre el descenso en la participación del 10N

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Informa: Pau Alemany / Imagen: Ministerio Interior

La participación en estas Elecciones Generales a las 18:00 de la tarde ha descendido, tal y como han confirmado desde el Ministerio del Interior, un 3,8% respecto a las elecciones del 28A. Un descenso que se debe a diversos motivos que analizaremos a continuación.

En un primer momento es obvio el desgaste producido por la repetición de elecciones. Hay un porcentaje de los votantes desencantado con la falta de negociación entre los políticos que ha decidido abstenerse para mostrar su enfado. No es de extrañar, ya que son las cuartas elecciones en menos de cuatro años. Históricamente, el votante de izquierdas ha sido más crítico con la falta de acuerdo entre las fuerzas políticas de su ideología y presenta menos reticencias para abstenerse. Este hecho se está pudiendo comprobar mediante el censo de participación en por barrios, donde se refleja una mayor participación en los barrios de derechas.

El discurso de movilización de la izquierda del PSOE en las elecciones anteriores argumentando que era necesario frenar a la extrema derecha ha perdido fuerza. Esto se debe a que, en los últimos meses, el discurso de Vox se ha normalizado y se ha introducido a través de los medios de comunicación. Un blanqueamiento que ha permitido ver al partido de Abascal como una opción más de derechas y no como un partido neofascista. Incluso el PP y Ciudadanos se han visto obligados a virar hacia la derecha en sus propuestas para evitar la fuga descontrolada de votantes a Vox. Un viraje que hemos visto en la última semana con la propuesta de Vox de ilegalizar partidos independentistas en la Asamblea de Madrid que contó con el apoyo de PP y Ciudadanos.

A pesar de todo, parece que la campaña de movilización en la última semana, especialmente de Unidas Podemos y el PSOE, ha evitado un descalabro mayor en la izquierda como se intuía semanas atrás. La aparición de Más País también ha influido para que los votantes desencantados con la falta de negociación hayan podido tener una tercera opción y no protestar mediante el absentismo. Parece claro que, en caso de que el bloqueo continúe, unas terceras elecciones no favorecerían en absoluto a los partidos de izquierdas.