Alma Andreu, una «cronista de la vida»

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Celia Monleón López / 4º Periodismo

Alegre, natural y divertida, así es Alma Andreu, más conocida como La Forte”. Estudió Periodismo en la Universidad CEU Cardenal Herrera y decidió seguir su instinto hasta convertirse en lo que es ahora, una influencer distinta a las demás. Se considera “cronista de la vida”, porque como ella misma dice, escribir es una necesidad que hace inconscientemente y le ayuda a ordenar todo lo que pasa por su cabeza.

Su pasión es escribir, y no tardó en descubrirlo, porque como ella cuenta, escribe desde siempre, desde que era pequeña y de forma vocacional, “a los trece años escribí mi propio Manolito Gafotas, hacía periódicos con noticias de la familia, otro con información sobre mi colegio… así que las redes sociales y la blogosfera no fue más que otro canal, otro medio en el que contar mis cosas”.

Ser influencer está de moda, las redes sociales están plagadas de ellas, o con menos frecuencia de ellos, pero Alma tiene algo diferente, le gusta la sencillez y la vida como tal, el día a día que todos conocemos. “Cuento historias. Cuento lo que veo, y suelo fijarme en historias cotidianas. Me gusta la vida sencilla y las personas fáciles, las que no llegan a fin de mes, las madres, los señores de pueblo, los valores más básicos. Lo primario: el amor, la salud, la familia, los amigos…”, así lo explica.

Las chicas de moda suelen ceñirse a las redes sociales, en concreto a Instagram y Youtube, una página que acaba de cumplir once años y que es la tercera más visitada, según un estudio realizado por El País. Pero Alma ha tratado de diferenciarse de ellas, y uno de los logros que la distinguen es que acaba de publicar un libro, La vida de las cosas pequeñas, una obra que como ella misma cuenta es “un reflejo muy fiel de mi vida desde que era pequeña hasta ahora. Habla de personas, de gente que me ha marcado en estos 32 años de vida.”

Otro mérito destacable es que no es una influencer de moda como las que estamos acostumbrados a ver, aquéllas que enseñan en las redes vidas que parecen perfectas. “Supongo que hay un nicho de usuarios de redes sociales cansados de vidas perfectas (reales o inventadas). A mí también me gustan los bolsos caros, pero me fijo más en las señoras que van a por el pan con el delantal puesto”.

A raíz de este fenómeno muchas personas se han olvidado de disfrutar el momento a cambio de contarlo, como ella misma cuenta “en ocasiones vemos más a través del objetivo que con el ojo propio”. Pero de lo que parece ser un problema ella lo convierte en positivo y dice: “Lo que gusta de mis publicaciones es que yo las cuento, pero todos las viven. De hecho mi claim desde hace años es: ‘No basta con vivirlo, hay que contarlo’.”

A pesar de la reciente publicación de su libro, de los 89,1 mil seguidores en Instagram y del aumento de suscriptores en Youtube, cuando se le pregunta sobre el éxito, se ríe y responde: “El secreto del éxito… ¡eso querría saber yo!”.

Cuenta lo que hay tras esa cantidad de seguidores, tras lo que hoy en día muchos consideran exitoso por el boom de las redes sociales, y comenta que ella sigue siendo la misma “pringadilla” que antes de publicar su libro. Pero también enseña el lado bueno, y es que se siente muy querida por sus seguidores, como explica: “Los seguidores me gustan en tanto que son personas con una cabeza y un corazoncito que respira al otro lado de la pantalla.

Uno de los factores que más llama la atención de este tema es el sueldo de las influencers. ¿De dónde o de qué obtienen beneficios? Se conoce que provienen de publicidad, tanto en Instagram como en Youtube. Como Antonio Traugott, director general de IAB Spain, cuenta en una entrevista para El País:  YouTube es la plataforma más conocida y utilizada. Nos consta que atrae cada vez más anunciantes. Además, el vídeo es, de largo, el formato publicitario con mayor aceptación.”

Alma se muestra a favor de estos beneficios, porque defiende el trabajo que hay detrás de lo que muchos seguidores entienden como diversión, “la mayoría de esas influencers trabajan como si no hubiera un mañana”

Alma afirma que tiene como objetivo vivir de esto, de lo que le gusta hacer, de su manera de contar las cosas y así lo manifiesta: “Yo lo que quiero es vivir de mi forma de comunicar. La gente me lee, les gustan mis textos, mis videos y cómo cuento la vida. Ahora solo me falta vivir de ello. ¡Casi nada!”

La aparición de las redes sociales ha afectado a la comunicación y lo que muchos entienden como una crisis en la comunicación ella le da la vuelta y lo ve positivo, dejando entrever un rayo de esperanza en el mundo del periodismo: “No creo que vayan a desaparecer los medios tradicionales ni que la comunicación viva un mal momento. Todo lo contrario, es una crisis para que todo cambie y no me parece negativo.”