Ignacio Pérez: «La investigación debe ser un valor por el que se reconozca a la Universidad»

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Cristian Suñer / 2º Periodismo

Doctor y biólogo por la Universidad de Valencia, Ignacio Pérez Roger es el vicerrector de Investigación de la Universidad CEU Cardenal Herrera. Fanático de los Beatles, en su despacho cuelga un cuadro con cinco de las guitarras más representativas del grupo. No se atreve a decantarse por una canción, pero sí por un disco, ‘Revolver’. Se considera inconformista y exigente consigo mismo, a la vez que gracioso. “Me gustaría que la gente pensara que lo pasa bien cuando trabaja conmigo, sobre todo en el laboratorio, que es muy duro”.

Pregunta. ¿Cuál es el balance de estos meses al frente del Vicerrectorado de Investigación?

Respuesta. Estoy contento porque creo que estamos haciendo bien las cosas.

P. ¿Cuál es el objetivo fundamental del Vicerrectorado?

R. Darle valor a la investigación. Eso tiene que ver muchísimo con la comunicación a la sociedad. Cuando trabajamos en ciencia recibimos dinero para hacer experimentos, y ese dinero es dinero público. Lo que hay que conseguir es devolver el dinero a la ciudadanía, que sepan la importancia de investigar. Me gustaría poner la investigación como valor de la Universidad y como proyección hacia el exterior. Que la investigación sea un valor por el cual se reconozca a la CEU-UCH.

P. ¿En qué nivel situaríamos a la CEU-UCH en materia de investigación?

R. Somos una Universidad privada, no lo tenemos fácil, porque no recibimos fondos públicos para investigar, pero sí somos beneficiarios de los programas del Ministerio. Los resultados siempre se publican en revistas internacionales de los cuales también hay un ranking en el que te califican en distintas categorías. Dentro de las universidades privadas nos encontramos entre las cinco primeras. Aquí en la Comunidad Valenciana somos la primera .

P. La Universidad constantemente es noticia por numerosos estudios. Unos profesores diseñaron un algoritmo que predice crisis epilépticas con 20 minutos de antelación…. ¿En qué medida todos estos descubrimientos y avances se han puesto en la práctica?

R. Es muy complicado saberlo. Oí una vez en una conferencia que desde que se descubre un medicamento hasta que se pone a la venta pasan 20 años. Los tiempos ahora se han reducido. En el caso del grupo de Juan Pardo, han descubierto un algoritmo que predice cuando un paciente va a recibir una crisis epiléptica. Habrá que ponerlo en práctica, diseñar cual es el sensor y de qué forma se va a implementar para que las personas con epilepsia puedan llevar ese dispositivo encima y les advierta que sus ondas cerebrales están cogiendo una dinámica que puede provocarle una crisis.

P. ¿Cómo es la labor del docente- investigador de la Universidad?

R. Complicada. Uno de mis objetivos es conseguir facilitar la labor de la ‘I’ sabiendo que nuestra obligación principal es la ‘D’. Somos docentes, pero también investigadores. Hay profesores que tienen mucha labor docente porque igual no tienen esa vocación investigadora. Mi objetivo es facilitar a aquellos que tienen una mayor actividad investigadora que puedan incrementarla. Investigar es estar aprendiendo constantemente.

P. Usted formó parte de la investigación en la que identificaban una proteína clave en el estudio de enfermedades neurodegenerativas.

R. La proteína se llama RhoE. Para estudiarla nos pasamos a un modelo de ratón modificado genéticamente para estudiar en vivo cual es la función de esta proteína. Eliminamos el gen de esta proteína y vimos que tenía síntomas en el sistema nervioso. Cambiamos el rumbo de la investigación y vimos que la presencia de esta proteína es esencial para el desarrollo del sistema nervioso central de modo que en su ausencia se producen alteraciones tanto morfológicas y estructurales como funcionales. Muchos descubrimientos se hacen así, buscas una cosa y encuentras otra. Un profesor me enseñó que el experimento que sale como tu esperas no te enseña nada, el que sale como no esperas es con el que aprendes.

P. En todos estos estudios destaca el trabajo en equipo.

R. Siempre. En la mayoría de disciplinas el trabajo es en equipo. Cada vez son más multidisciplinares, grandes y en los que se necesita colaboración de grupos de otros centros con conocimientos de otros ámbitos de especialización para poder avanzar.

P. Como bioquímico de la Universidad CEU Cardenal Herrera trabajó en una tipología concreta de leucemia, y su equipo descubrió una solución para los pacientes que presentaban resistencia a los fármacos habituales.

R. Una sola alteración genética es la causante de la enfermedad y se consiguió por casualidad. Cuando volví de Londres se puso en contacto conmigo Felipe Prosper con el que estuve colaborando muchos años. Él estaba estudiando esta leucemia, tenían un resultado que no sabían interpretar, hablaron con nosotros porque teníamos experiencia y nos pusimos a trabajar juntos. En algunos casos se desarrollaron resistencias al fármaco, y un empeoramiento de la enfermedad e incluso el desenlace fatal. Estudiamos cuales eran los mecanismos de resistencia, buscamos nuevos fármacos, pero aun así muchas veces fallaba. Buscamos entonces una diana alternativa, no atacar a la enfermedad sino al mecanismo común a todas las células, que en células tumorales son más sensibles a la inhibición de esos procesos que las normales. Así hicimos experimentos con otro fármaco que resultaba eficaz en pacientes que mostraban resistencia.

P. Usted realizó investigaciones en el Reino Unido, ¿dista mucho la forma de trabajar respecto a España?

R. Sí. Allí a las cinco es obligatorio irse al pub de cervezas y aquí trabajamos todas las horas del reloj. Aquí trabajamos muchísimas horas, pero tal vez no con tanta eficacia. Esto fue en los 90, lo cierto es que ahora las cosas han cambiado. En Reino Unido la investigación se financia con dinero privado, con cantidades enormes, y aquí es dinero público con cantidades limitadas. Allí no eres funcionario, se te evalúa por el trabajo y si no lo haces bien te reducen la financiación. La oportunidad que teníamos allí era de probar ideas que en España te lo piensas porque la disposición económica es la que es. Los tipos de experimentos que hacemos ahora aquí son muy similares a los que hacíamos en Londres.

P. ¿Cómo es el proceso de financiación de un proyecto?

R. Lo más importante es tener una idea y saber cómo abordarla. El proceso consiste en como decía Newton y luego OASIS en uno de sus discos en el año 2000, “subirse a hombros de gigantes para mirar más lejos”. Es necesario saber qué se sabe y en base a eso plantear el proyecto. Tienes que redactar un buen proyecto, creíble y original, con unos objetivos claros. Tienes que demostrar que eres capaz de hacerlo. Los criterios son muy exigentes y compites con otros investigadores. La financiación es para periodos de tres tres años.

P. ¿Cree que la Universidad debe ser un actor principal en el progreso de la ciencia y de la investigación que se desarrolla en nuestro territorio?

R. No debería serlo, lo es. La mayor productividad científica de España proviene de las universidades, luego tenemos el CSIC y algunas investigaciones privadas o de gobiernos autonómicos, pero la mayor parte es de las universidades. Tenemos el contacto directo con la realidad. Es importante tener relación con el entorno social. Otra diferencia es que en el centro de investigación dedicas todo el tiempo a investigar, mientras que en la Universidad nuestra labor principal es la docencia.

P. ¿Qué nos puede contar sobre el Programa Horizonte 2020?

R. Sentó las bases de lo que tenía que ser el objetivo de la investigación de toda la Unión Europea hasta el 2020. De aquí han derivado los programas nacionales de financiación de la investigación por parte del MINECO. Está diseñado en base a tres pilares: ciencia excelente, resolver los retos de la sociedad y trasferencia del conocimiento. Hay muchos programas dentro que cubren todos los ámbitos de la investigación. Es necesario tener notoriedad, es importante que la Universidad tenga reputación investigadora.