Santiago Posteguillo: «Gran parte de nuestras luces y sombras proceden de Roma»

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Lucía Gómez / 2º Periodismo

Santiago Posteguillo Gómez es un escritor, filólogo y lingüista valenciano cuyas novelas transcurren en la Antigua Roma. Se ha consolidado como uno de los mejores autores españoles de novela histórica, lo que le ha llevado a ganar varios galardones, entre ellos el Premio de las Letras Valencianas (2010) y el Premio de Literatura Histórica (2013).

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El escritor Santiago Posteguillo en una firma de libros. / Foto: S.P

Entre las publicaciones de Posteguillo destacan sus dos trilogías, la primera sobre Escipión y la segunda de Trajano. Sobre la segunda, acaba de publicar el último libro, La legión perdida, que narra el emprendimiento de Trajano de la mayor campaña militar de la historia para cruzar el río Éufrates, tal y como lo hizo la legión perdida de Craso.

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Pregunta: ¿Por qué comenzó a escribir sobre la Antigua Roma?

Respuesta: Creo que en gran medida Roma es nuestros orígenes: hablamos un idioma derivado del latín, nuestro Derecho viene del Derecho Romano, muchas de nuestras costumbres…Es decir, gran parte de nuestras luces y nuestras sombras proceden de Roma y entender ese pasado nuestro nos ayuda a entender mejor nuestro presente, y ojalá que nos ayude a corregir errores para mejorar nuestro futuro.

P: Usted ha dicho que La legión perdida es la novela más completa y de la que más orgulloso de siente hasta ahora. ¿Qué tiene este libro que no tengan los demás?

R: El esfuerzo documental que he tenido que hacer es mayor que en los anteriores, puesto que he tenido que trabajar con fuentes en parto, en silabario kushana, en sánscrito y hasta en chino clásico. Por tanto, manejar todo eso es muy complicado y no es que sea experto en todos estos idiomas, pero he tenido que buscar expertos que me ayudaran para interpretar textos y grafías, así como trabajar con traductores. Además, hay que sumar la labor de filtrado narrativo para ser capaz de contarlo de manera muy sencilla, para que el trabajo quede del lado del escritor y el disfrute del lado del lector.

P: En este sentido, ¿cuáles fueron los pasos hasta que logró escribir La legión perdida?

R: En una fase inicial estuve varios meses recogiendo y recopilando información, luego hay una segunda en la que intenté organizar esa información de una forma argumentativa y lógica para construir el texto y el organigrama, es decir, la estructura de la novela. Posteriormente, hubo una fase de redacción donde tuve que ponerle palabras a toda esa estructura, y finalmente, se pasó a la revisión.

P: En su obra, ¿dónde acaba lo real y empieza lo ficticio?

R: Una novela histórica tiene una mezcla de muchísimos acontecimientos reales pero hay vacíos en la historia que uno tiene que completar en el relato, sobre todo en lo que respecta a la vida privada de los personajes. Lo que ocurre es que esos insertos que hace el escritor deben estar hechos con verosimilitud y atendiendo a lo que es probable. Es decir, lo que yo añado es algo que conecta un hecho histórico con otro y que puede ser un puente razonable próximo a lo que ocurrió. Al final lo que queda es un relato que es lo que sucedió o algo muy cercano.

P: Cuando comenzó a escribir Los asesinos del emperador, la primera parte de la trilogía de Trajano, ¿fue consciente de que habría segunda y tercera parte?

R: Sí. Cuando empiezas una trilogía has de tener claro un esquema, un mapa de todo lo que quieres contar sobre esos personajes. Es cierto que no al detalle, pero sí una idea del ascenso de Trajano, concentración en los años de la conquista de la Dacia y finalmente la conquista de Partia.

P: ¿Qué similitudes o guiños puede encontrar el lector de la primera y segunda?

R: Mantengo un mismo estilo de prosa ágil y cinematográfica, donde corto una escena y salto de un escenario a otro, donde hay muchísimo diálogo y donde el lector navega por la historia siempre de la mano del entretenimiento, y eso es algo que permanece en todas mis novelas