O’ Dogherty: «A la hora de actuar tienes todo el poder y el alma en el escenario»

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Esperanza Luque / 1º Periodismo

Alex O’Dogherty ha vuelto a Valencia con su banda La Bizarrería con el espectáculo Mi imaginación y yo y como Maestro de Ceremonias en The Hole 2, continuación de The Hole. O’Dogherty es un artista polifacético que ha trabajado tanto en el mundo del cine, la televisión, el teatro, como cantando y haciendo monólogos. Es conocido por haber participado en Camera Café dando vida a Arturo Cañas y en Doctor Mateo como Alfredo Escobar, además de haber actuado en Aquí No Hay Quien Viva, El Comisario, Los Hombres de Paco o El Reino de los Cielos, entre otros.
Alex O’Dogherty tiene una extensa carrera teatral entre la que destaca Mi Imaginación y yo, The Hole y Y tú, ¿de qué te ríes?, espectáculo creado, en un principio, por sus monólogos en el canal Paramount Comedy. El 29 de octubre de 2013 salió a la venta su disco (CD + DVD) Mi imaginación y yo, que grabó junto a su banda La Bizarrería.

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El actor durante una de sus actuaciones de ‘Mi imaginación y yo’. / Foto: Noemí Núñez

Pregunta. ¿Cuándo decidió que quería ser actor y músico?

Respuesta. Cuando tenía nueve años empecé a estudiar en el Conservatorio de Música de Cádiz porque viendo las procesiones de Semana Santa, quería tocar la flauta travesera. Aunque al final es uno de los instrumentos que no toco. Entonces, mi madre me apuntó a unas clases de música,  y empecé con clases de piano. Luego a los quince años en un campamento de verano que hacía la Junta de Andalucía decidí que quería ser actor después de hacer un taller de teatro allí.

P. ¿Qué decidió primero?

R. Aunque en realidad empecé a estudiar música antes, lo único que dije que quería ser era actor. Y eso es lo que soy al fin y al cabo, porque músico no.

P. ¿Cómo es un día en la vida de Alex O’Dogherty?

R. Lo primero, me monto en un tren y voy a un sitio. Es muy raro decirte uno, cada día es diferente. Depende de dónde esté, de lo que tenga que hacer ese día, de dónde me levante. A veces, miro a mi alrededor y tengo que pensar dónde estoy porque a lo mejor la noche anterior he estado en un sitio y al día siguiente me tengo que ir a otro lado. Generalmente, si pudiera tener un día normal me levantaría, desayunaría, me iría al gimnasio, miraría el correo, ensayar si pudiera, me haría la comida… Eso sería un sueño idílico. Me acostaría para la siesta, me levantaría, volvería otra vez a tocar o a escribir, una siesta que llegara a la cena, vería la tele y me acostaría. Si tengo función más o menos procuro hacerlo pero luego tengo que ir al teatro.

P. Durante los primeros años de su carrera estuvo en una ONG llamada Payasos Sin Fronteras, ¿cómo fue la experiencia de estar en el Sahara, Palestina, etc.?

R. Fue impresionante como persona y como artista también, porque descubrí el mundo de los payasos, cosa que me gustó mucho y lo de los instrumentos también salió de allí. Vi a payasos que tocaban muchos instrumentos y yo quería hacerlo. Luego, personalmente, evidentemente cuando vas a un sitio de tanto conflicto es todo muy impresionante, la verdad. Con el tiempo nos hemos ido dando cuenta más de lo que hay allí, de lo poco que tiene la gente y de lo mucho que tenemos nosotros, de lo mucho que nos quejamos con todo lo que tenemos…

P. ¿Cómo se siente al haber presentado galas como los Premios FORQUÉ y haber hecho números musicales en los Goya?

R. Me siento muy bien, la verdad, porque es una cosa que me gusta mucho y que la gente confíe en mí para hacer eso significa que algo estaremos haciendo bien. Los Premios FORQUÉ han sido en realidad siempre muy guay los cuatro años que los he hecho y el resultado también. En los Goya igual, estoy muy contento. Son pequeños pasos que vamos dando.

P. Tendrá un montón de anécdotas tras llevar mucho tiempo siendo actor, músico y haciendo monólogos. ¿Puede contarnos alguna?

R. De Camera Café te puedo contar mil cosas porque fueron muchos años. Era un sitio maravilloso, en el que todos nos llevábamos muy bien, y nos lo pasábamos genial. La gente se sorprendería también de ver lo que era eso,  era una caja con una ranura y ahí metíamos la moneda. No siempre estábamos todos juntos, creo que sólo una vez coincidimos todos juntos en cuatro años de diecisiete que éramos. Una vez hicimos un ‘sketch’ en el que salía el abuelo de mi personaje, el abuelo Cañas. Le dábamos un pastel porque era su cumpleaños, él nos la tiraba a Arturo Valls y a mí, acabamos con el pastel en la cara y tuvimos que estar una hora con el pastel en la cara para grabar todo. Cuando nos quitamos el pastel nos había dado una reacción alérgica a Arturo y a mí, aunque a Carlos no le pasó pero a nosotros dos sí.

P. Actualmente está en Valencia con La Bizarrería en Mi imaginación y yo y con The Hole 2, ¿qué destacaría de ambos shows?

R. Lo que tienen en común los dos es que se lo pasa muy bien la gente y que los he escrito yo. En The Hole destaco la alegría que transmite y las ganas de vivir que da a la gente y el buen rollo que genera porque para eso se hizo en cierto modo. Mi imaginación y yo es un espectáculo un poco más íntimo. Destaco que es un sueño que he cumplido, el poder tener un espectáculo en pie, han sido muchos años los que he estado escribiendo canciones.

P. ¿Cómo surgió La Bizarrería?

R. Surgió porque yo me apunté a unas clases que daba Miguel Marcos en Madrid. Nos hicimos amigos y le conté mi idea, mi historia de lo que yo quería montar de música con canciones. Él me animó, llamó a los músicos y empezamos a ensayar.

P. Estuvo un año en Estados Unidos, ¿ha hecho monólogos allí?

R. Yo estudié COU allí y cuando se celebró el veinte aniversario de mi graduación fui otra vez allí y entonces sí que hice monólogos por bares durante dos meses en Los Ángeles, San Francisco, Nueva York… pero todo de una manera un poco aficionada, por probar, por divertirme, por ver cómo salía en inglés, cómo reaccionaba la gente… Hay algunos vídeos en YouTube.

P. ¿Qué diferencias ve entre el humor americano y el español?

R. Fundamentalmente, ellos pueden ir siempre mucho más allá, pueden ser mucho más agresivos. Determinados tipos de monólogos aquí resultarían ofensivos, hay cosas que la gente no se lo tomaría bien. Son mucho más directos con el público y si tienen que meterles caña se la meten, pero bien. Pero, aun así, hay gente buenísima, son unos maestros en eso. Fundamentalmente, es eso lo que más me llama la atención.

P. ¿Cómo se le ocurrió la idea de hacer monólogos cantados?

R. Surgió un día que iba a hacer una canción por una chica que me había dejado, y en vez de hacer una canción dramática, pues me salió un poco reírme de la situación. Entonces, quedó una canción divertida. Me pareció que eso era otra cosa nueva que yo no había hecho antes y que estaba bien. Por eso, a veces cuento monólogos hablados y a veces los canto.

P. En alguna ocasión ha comentado que es bastante tímido, ¿cómo se supera esa timidez a la hora de actuar?

R. En realidad, a la hora de actuar, tengo todo el alma y el poder en el escenario. Lo difícil es superar la timidez cuando no estás actuando. Encima del escenario te sientes bien y te sientes dueño y es el momento justo en el que lo sueltas todo. En el escenario no tengo grandes secretos. Después me cuesta más cuando estoy abajo, en la calle, y quiero acercarme a la gente o preguntar algo. Pero bueno, tampoco me supone un problema.

P. Durante su estancia aquí en Valencia, ¿cómo está viviendo las Fallas?

R. Ahora bien. Me da pena irme porque, en realidad, me gustaría quedarme más. Es bonito ver todas las Fallas,  ver cómo se divierte la gente.  Pienso que todas las fiestas populares están muy bien.

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