Portillo: “Quiero las historias humanas, con carácter”

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Manuel Portillo es un director de cine valenciano, que estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad CEU Cardenal Herrera y tiene en sus estanterías galardones internacionales y nacionales por su trilogía de los Fashion Film. El artesano, Pasos de sirena y Un largo camino, son las tres películas que ha dirigido y que narran la historia de distintos personajes en diferentes épocas pero con algo en común: la búsqueda de un imposible en la España de los siglos XVIII al XX.

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Primer plano de Manuel Portillo / Foto: M.P

Pregunta. ¿Cómo es para un director tan joven de ganar tantos premios en tan poco tiempo?

Respuesta. Ha sido sorprendente, cuando esta trilogía paseaba por festivales yo ya estaba sumergido en otros proyectos. Entonces empezaron a llegar las nominaciones y más adelante los premios. Al principio tímidamente pero después parecía un huracán, y ya van 9 premios internacionales. Creo que aún no soy muy consciente. de ello.
Volver a reencontrarte con la obra tiempo después te da otra perspectiva, por fin la comienzas a ver desde fuera, porque cuando estás rodando y montando, estás demasiado inmerso como para poder verla de una manera completamente objetiva. Es una inyección de adrenalina para seguir haciendo lo que mejor sabes hacer.

P. ¿Cómo se ha planteado las películas?

R. Siempre me gusta que haya una parte muy humana en ellas. Una búsqueda introspectiva y personal, creo que todos intentamos encontrar nuestro lugar en el mundo. Primero se busca la historia y el contexto, y después se definen los personajes y cómo interactúan con ese mundo. Después simplemente comienzas a verlo y a desarrollarlo. El estilo es otra parte muy personal en estas historias, amo la belleza naturalista y cuidadosamente imperfecta. Cuando te quedas mirando una pintura, y ves la mirada de un personaje, muchas veces te preguntas: ¿en qué estaría pensando?, ¿cómo sería su día a día?, a veces como director me encantaría traspasar el lienzo y meterme con una cámara para observar de manera cercana esa vida. Y eso es lo que he tratado de hacer con estas obras.

P. ¿Qué destacaría de ellas?

R. Han sido una pequeña parte de mi vida, estuve totalmente inmerso cuando las estaba haciendo, hasta tal punto de utilizarlas como referencia temporal. En lugar de decir “el año pasado”, digo “cuando estaba con esta obra”.  Han sido unos proyectos muy importantes en mi carrera, porque después de años trabajando en esto, y guiándome por el instinto para determinar el estilo que imprimía en cada pieza, por primera vez me senté a definir un estilo propio que debía estar presente en mi obra. Analicé lo que llevaba hecho y lo que me gustaría hacer, y revisé todas esas libretas de apuntes que llevaba años apilando para conseguir definirme como director. Me refiero a la parte técnica y visual. Creo que un director siempre se está buscando, y nunca debe dejar de hacerlo. Además siempre somos muy camaleónicos, porque hay proyectos que te piden un cambio radical. No sé cómo será mi obra en unos años, pero siempre guardaré el recuerdo del viaje, interno y externo, que supuso.

P. Sus películas se han quedado por delante de marcas tales como Prada, Jean Paul Gaultier o Hermés…

R. Al final, lo importante es la historia y el talento, independientemente del número de ceros en un presupuesto. Evidentemente, con más dinero tienes más posibilidades a nivel de producción y todo es más fácil de hacer. Pero Hollywood nos enseña constantemente que una producción multimillonaria no es una buena película.

P. ¿Qué puede destacar de cada una de sus películas?

R. Son un pequeño parto. Tienen mucho de mi, de mi infancia, traumas, momentos, recuerdos, etc. La gente que me conoce a veces se sorprende con el tono tan profundo de las piezas, porque soy una persona muy sencilla, y no suelo dar discursos existencialistas ni nada parecido. Supongo que todos buscamos una manera de expresarnos, yo lo hago con la cámara y todo lo que viene después. En el fondo, y sin eclipsar la historia principal, esta trilogía habla del proceso vital de un individuo.
La primera,  El artesano, retrata la inocencia y el inicio del camino, la pureza que tantas veces tratamos de recuperar, y la simpleza de un amor por la creación que aún no está manchado por nada ni por nadie. Sólo piel con piel.
La segunda, Pasos de Sirena, habla del núcleo de la búsqueda, la mitad del camino. Es la búsqueda del imposible más tangible, una historia de amor entre dos personas que nunca llegaron a conocerse, y cuyo final nunca podrá ser feliz. Sólo agua y cielo.
La tercera, Un largo camino, es el final del camino. Es la responsabilidad y la pérdida, es cómo dejas huella y cómo todo sigue después, de manera natural. Sólo silencio y tierra.

P. Sus películas van más allá de lo que se entiende como publicidad convencional, ¿Cómo lo consigue?

R. Los directores prácticamente nunca tenemos  libertad creativa en publicidad. Siempre aportamos algo, aunque a veces sólo sea el estilo narrativo y visual, pero nunca podemos hacer lo que queramos. Estas piezas fueron muy peculiares porque tuve libertad creativa dentro de los valores que quería comunicar la marca.

P. En los Fashion Film se trata de contar una historia en la que la marca que produce la obra tiene una presencia en el argumento, ¿cuándo estaba en la Facultad pensaba que se iba a dedicar a ello?

R. Para mi es sencillo, siempre soñé con contar historias, da igual el formato. Terminé eligiendo el vídeo porque es la caja donde uno puede meter mayor número de artes. Cabe la fotografía, la música, la interpretación, también tiene un punto obsesivo, en cuanto a capturar momentos y eso es lo que pretendo con todas ellas.

P. ¿Cómo es la búsqueda de lo imposible en España entre XVIII al XX?

R. Creo que la búsqueda es lo que define al ser humano. Buscar lo imposible es algo muy común en los soñadores, da igual la época y el lugar. A mi me fascinan estos personajes.

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