El Carmen es conocido como uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad de Valencia, y es que recorrer sus calles milenarias evoca vejez e historia. Forma parte del casco antiguo, que se construyó entre dos muralla defensivas: la Musulmana y la Cristiana.
Esta carismática zona llena de encanto ha sufrido muchas modificaciones a lo largo de su existencia. Construyéndose alrededor de la Plaza del Carmen, ha dado vida a espacios tan diferentes como arrabal y refugio musulmán, huerta, asentamiento gremial, zona proletaria durante la industrialización, y en los últimos años, espacio de ocio de la población.
Paseando por las calles del corazón del barrio, entre Serranos y Caballeros, la antigua parte musulmana, puede percibirse el abandono de algunas de las fachadas de edificios. Antes de llegar a la Plaza del Tosal se aprecia una casa en particular cuya restauración se encuentra prácticamente estancada. Lonas verdes y andamios dibujan el estado decadente del Carmen que diferentes colectivos llevan tiempo denunciando.
Y es que en el último siglo el casco histórico valenciano ha ido decayendo. Sus infraestructuras, higiene y remodelación de edificios sufren un abandono flagrante. Además muchos comercios han ido cerrando sus puertas. Existen solares en pésimas condiciones arquitectónicas como el edificio de la calle Santa Cruz o pendientes de dar usos públicos como el caso del antiguo teatro Princesa.
Si se continúa la ruta, llegamos a La Calle Alta, otro de los emblemas del Carmen. Allí se fundó una fábrica de chocolate en el siglo XVIII que supuso el despegue de esa industria en Valencia, a día de hoy inexistente.
La Calle Baja, por su parte, alberga dos palacios: e palacio de “Los Raga”, neoclásico. El segundo palacio, es de la época medieval y fue hogar del famoso pintor Valenciano Juan de Juanes.
A lo largo de ambas calles también puede percibirse esa dejadez general de la zona, acentuada en determinadas zonas prácticamente en ruinas. Paredes desconchadas, fachadas caídas, locales abandonados, edificios a medio construir y falta de higiene, son algunos de los aspectos que degradan la estética del barrio.
La asociación de vecinos Amics del Carme lleva denunciando esta situación desde hace largo tiempo.
“El Carmen es la zona que identifica a los valencianos, nuestros orígenes históricos, nuestras huellas a lo largo del tiempo, nuestros antepasados, sus calles nos cuentan quienes somos y sin embargo nunca está en la orden del día de las medidas políticas” reza uno de los integrantes.
Esta asociación se encarga de velar por las necesidades del casco histórico y de promover acciones para su rehabilitación y mejora. Entre ellas se encuentran la de facilitar la accesibilidad a determinadas zonas, la reutilización de locales abandonados en lugares de recreo infantil, impedir la destrucción y dejadez general de la zona, potenciar el establecimiento de plazas de aparcamiento, asegurar las medidas de higiene y mejorar la calidad del ocio.
La Plaza del Carmen, por su parte, es eje clave del barrio. Se encuentra rodeada por dos edificios, El Convento, que arquitectónicamente presenta características de varios estilos, desde el gótico al neoclásico, pasando por el Barroco y el Renacimiento. El segundo edificio que observamos es el Palacio de Pineda que acoge la sede de la universidad Menéndez Pelayo. Por aquí el mal estado arquitectónico de los alrededores no ha cambiado.
Hugo González, comerciante de una tienda de ropa de la zona explica que el Carmen lleva degradándose mucho tiempo. En este sentido alega “hay innumerables edificios y locales abandonados que no se remodelan, casas cuyas fachadas se caen, sobre todo por la zona de Belluters”.
Su compañera de negocio, Carmen Alval apostilla “con la crisis el camión de la basura y el de limpieza a penas pasan, y eso da muy mala imagen para los turistas que visitan valencia, que al ver el entorno que les rodea, tampoco colaboran para cuidarlo”.
Se llega al exterior del Carmen. Esta zona se creó por la evolución de barrios arrabales que todavía se conservan hoy en día como La Blanquería, Roters, El Arrabal dels Tints y la Morería situada entre las calles Quart y Corona. Aunque esta zona está más cuidada que el interior del Carmen, también se pueden apreciar algunos desperfectos y negocios cerrados.
Sin embargo, María Jiménez, vecina de toda la vida del barrio comenta que aunque todavía queda mucho por hacer, no hay que ser catastrofistas, ya que “los peores años del Carmen se vivieron en los años noventa, comparativamente está mucho mejor”.
En cuanto a los motivos que han producido esta situación otros comerciantes de la zona afirman que es mucho más barato construir y especular en otras zonas que “tomarse la molestia de reconstruir i reutilizar edificios en pésimas condiciones”.
Todos ellos coinciden que zonas como ruzafa han acaparado la atención de promotores e inversores que ya no ven al Carmen como “uno de sus proyectos”.
Este caos ya se ha denunciado en varias ocasiones. Algunos medios sacaron a la luz el estado ruinoso de más de 300 edificios protegidos de la Ciutat Vella. Y es que la la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano de 1998 obliga a que la condición para derribar una finca sea la existencia de licencia para la construcción que sustituirá la anterior, con el objetivo de evitar el abandono y el mal estado prolongado de tantos edificios y solares.
Sin embargo, tal y como y como se puede apreciar al dar un paseo por el Carmen, muchas veces esta medida no se cumple .
El presidente de la asociación de vecinos Amics del Carmen comenta que algunas instituciones no han respetado esta ley.
El Ayuntamiento ha concedido numerosas licencias de derribo sin tener recursos económicos para reconstruir posteriormente y el Institut Valenciano de la Vivienda, dejó varias obras a medias, aumentando el deterioro de la zona, dejando a los vecinos sin sus viviendas u ocupándolas ilegalmente. Partidos políticos como el PSPV exigen mejoras en cuanto a esta lacra urbanística.
Miguel Wiergo, presidente de la Asociación comenta“si las leyes no se respetan y sigue sin haber sensibilidad política y ciudadana por el mantenimiento de este barrio, todavía podemos ir a peor”. En este sentido continúa: “Hace falta más concienciación”.
Otro aspecto que potencia la decadencia de este simbólico barrio es la calidad del ocio que prolifera en sus calles. La asociación de vecinos junto con comunidades de propietarios de Pintor Zariñena, Mare de Deu de la Misericordia y Guillem de Castro 96 denunciaron al ayuntamiento este aspecto. En las mediaciones de las calles, la abundante presencia de grupos de personas conflictivas en las horas nocturnas, que consumen grandes cantidades de alcohol y drogas de manera habitual, alteran el orden público , contaminan acústicamente la zona, ensucian las calles y en última instancia contribuyen a empeorar el aspecto estético del Carmen.
Esta y otras medidas son iniciativas para tratar de salvaguardar el patrimonio común que supone el Carmen, zona que está perdiendo su esplendor y que necesita la colaboración, interés y apoyo de todas las instituciones y ciudadanos.