Teatro a la carta y un café

Oír los susurros, escuchar latidos de un corazón, ayudar a ponerse un vestido, percibir el nerviosismo y oler el perfume de un actor de teatro es posible ahora gracias a Microteatre. 3.500 personas han tenido ese sentimiento durante el primer mes de la organización que se ha instalado en el barrio valenciano de Ruzafa. “Ofrecemos piezas teatrales de quince minutos, para quince espectadores máximo, en menos de quince metros cuadrados”, afirma su directora artística, Paula Esquembre.

Las representaciones están llenas de fuerza, esfuerzo, entusiasmo e ilusión. En este sentido, Esquembre señala: “Buscamos que la gente pueda vivir experiencias culturales cortas pero intensas”. En un espacio tan reducido, los asistentes forman parte de la escena, de la trama y se sienten uno más. De esta manera, el público traspasa el tradicional telón, sube al escenario y se sienta a pie llano con el actor.

Su funcionamiento es muy distinto a lo habitual. La programación se establece mensualmente bajo un lema, que engloba mínimo diez minipiezas escritas y dirigidas por profesionales del sector, incipientes o maduros.

De esta manera, la entidad abre el buzón de sugerencias teatrales que completa con un cupo de propuestas inéditas, que cumplen las características propias del microteatro. El pasado mes fue el turno de “Por el futuro”, una temática que ha englobado obras como “Goodbye Amparito”, “Tú cambiarás” o “El desahucio de Bernarda Alba”.

Así pues, simultáneamente se representan varias obras de manera continuada y el espectador tiene la libertad de elegir a la carta el orden, el número y cuánto se quiere gastar. “De este modo, se crea una nueva forma de consumir la fusión entre el ocio y la cultura”, que se “adapta al ritmo de vida actual y a la situación económica”, señala Elena Burgos, actriz de “Goodbye Amparito”.

Por otro lado, otro elemento diferenciador es el bar-cafetería que separa apenas unos metros de las salas de Microteatre. En realidad, supone un incentivo para el consumo de las piezas “porque a nadie le da pereza ver quince minutos de comedia mientras se toma un café”, según cuenta José Bosh, dramaturgo y autor de “Tu Cambiarás”.

Además, hay que señalar que la diversidad de audiencias es extensa. “Con este formato, es más fácil llegar a un público poco habituado a la experiencia teatral. Y para el público ya existente, es otra opción a tener en cuenta dentro de la oferta valenciana”, declara Esquembre. Un hecho que contribuye a esta multiplicidad es, sin lugar a duda, las tres franjas horarias en las que se divide Microteatre: matinal, tarde y golfa.

En definitiva, la entidad trata de poner “su granito de arena”, según  indica su directora artística. En vistas al contexto actual, Esquembre señala: “La creación de nuevos públicos y el mantenimiento del ya existente es una tarea ardua y dura pero indispensable para el sector. Sería fantástico poder decir de aquí a un tiempo que somos el caldo de cultivo de algo más grande”.

Al fin y al cabo, la cultura no ha podido sortear los efectos de la crisis. Según sostiene Bosh, dramaturgo valenciano, hay gente “con talento”, pero “no existe ningún tipo de apoyo por parte de las instituciones». «No se fomenta el gusto por la cultura”, y por eso, “no hay público”, defiende.

“La situación del teatro actualmente es de muerte total”, sentencia Montesinos. “La cultura, se ha convertido en un lujo, y no es así, porque es algo necesario”, añade

Asimismo, esta iniciativa supone una reinvención para el sector, una especie de estímulo para que vuelva a activarse la cultura teatral. En esta línea, Montesinos espera que Microteatre sea “el incentivo para que la sociedad demuestre que tiene hambre de teatro, y así se den cuenta de que esta profesión no puede morir, como hasta ahora, lentamente”.

En realidad, el origen de esta agrupación reside en Madrid. Miguel Alcantud, dramaturgo y creador audiovisual valenciano, apostó por esta modalidad en la capital en 2009.  A día de hoy, es todo un éxito, y por ello la idea se ha extendido por dispersas ciudades españolas como Málaga y su ciudad natal, la capital del Turia. Se une así a la red de minipiezas que se ha difundido por todo el mundo: Buenos Aires, Londres, Ciudad de México, etc.

Se demuestra, de este modo, una vez más, que el low cost, triunfa en una época en la que 3,50€ por una obra de teatro parece haber salido de la mente de Eduardo Borrás o alguno de los grandes dramaturgos españoles, que han marcado la historia de nuestro país.

¿Qué significa Microteatre para…

LOS ACTORES…?

José Montesinos, es licenciado en Arte Dramático por la Escuela Superior de Arte Dramático de Valencia (ESAD), en 1990. Lleva 23 años en la profesión y ha trabajado con directores de la talla de Pepe Sancho. En Microteatre, es actor de “El desahucio de Bernada Alba”.

“Las actuaciones en espacios tan reducidos son diferentes en el sentido de que se proyecta menos”, confirma Montesinos. Sin embargo, para él, esto no supone una desventaja: “Es mucho más rico porque puedes jugar con matices”.

En lo referido al modus operandi, el actor manifiesta: “La energía y la interpretación es la misma que si estuviera delante de 400 butacas”. “Lo que realmente le gusta al público es ver la fuerza que les trasmitimos porque al estar tan cerca son como un miembro más”, añade.

Asimismo, cuenta que las dimensiones de la sala permiten incluso tocar al espectador durante la obra. “Lo recomiendo a cualquier actor, porque es una experiencia enriquecedora, dura pero inolvidable”, finaliza.

LOS AUTORES…?

José Bosh, empezó escribir teatro hace tres años con la realización de su obra “Pizza”. Desde entonces, se ha centrado en formarse como dramaturgo. Actual- mente, es parte de la compañía La Bar- barie. En Microteatre, es autor de la pie- za “Tu Cambiarás”.

Escribir una obra que se tiene que resolver en quince minutos, a priori, no parece nada fácil. “Es un reto, tiene una gran dificultad, pero a la vez, es fácil y divertido”,  enuncia Bosh.

Se acelera al máximo, lo que en una película o en una obra de teatro convencional se denomina introducción-nudo-desenlace. Así pues, el dramaturgo expresa: “Tenemos que conseguir que todo eso se produzca en quince minutos sin que parezca forzado”.

No obstante, expone que hacer minipiezas es una ventaja porque se puede “ir al grano”. De este modo, se eliminan las largas situaciones, los personajes secundarios y las subtramas. En definitiva, Bosh sostiene que Microteatre es una forma “muy divertida de ver y hacer teatro”.

Para un director de una obra de teatro en la que el estrés es el mejor aliado parece un disparate hablar de frescura. Pues así es como Mamen García define su trabajo en Microteatre.

LOS DIRECTORES…?

Mamen García, es miembro del colecti- vo Ameba, creador del espectáculo CIR- CUS SHOW 2114. Ha llevado proyectos culturales como “Dona’t Temps”, “Ci- nesin.net” y colabora en la Asociación Murgola. En Microteatre, es directora de la pieza “Goodbye Amparito”.

Para un director de una obra de teatro en la que el estrés es el mejor aliado parece un disparate hablar de frescura. Pues así es como Mamen García define su trabajo en Microteatre.

“Es un formato original en el que se plantea una acción, se condensa una historia y se da una evolución de personajes en un periodo de tiempo mínimo”, comenta García. Además, añade: “En realidad, resulta más estresante explicarlo que realizarlo”.

Cuando se le pide que explique cómo puede repercutir en la cultura valenciana  asevera que el teatro “solo puede enriquecer”. De este manera, admite: “Sería bonito pensar, que con ésta nueva fórmula, aquí en Valencia, vamos a crear espectadores activos y artistas receptivos”.