Eugenio Nasarre (Madrid, 1946) es un hombre que conoce bien la educación española. Licenciado en Derecho, Filosofía y Letras y Ciencias Políticas y Económicas y graduado en Periodismo, ha pasado por diversos estamentos gubernamentales relacionados con el mundo educativo pues no obstante ha sido director del gabinete técnico del ministro de Educación, subsecretario de Cultura y en la actualidad es diputado vicepresidente de la Comisión legislativa de educación del Congreso de los Diputados. Invitado como ponente por la Fundación Bancaja, Nasarre explicó las novedades legislativas en educación y valoró la situación actual de la misma.
P. ¿Cree que la enseñanza en España es de calidad?
R. No, creo que tiene problemas muy serios. El principal es que produce un alto abandono educativo temprano, más del 25% de los alumnos abandona la escuela sin ningún tipo de cualificación y los rendimientos medios no son muy satisfactorios. El gran problema que tiene ahora nuestro sistema educativo es mejorar esa calidad.
P. ¿Qué medidas utilizaría para aumentar esa calidad?
R. Son muchas, y todas tienen que tener coherencia entre ellas. El factor más importante es el profesorado. En España en estos momentos hay más de 600.000 profesores y eso es la base de nuestro sistema educativo. La mejora que tenemos que hacer es en varios niveles. En primer lugar mejorar el proceso de formación y selección y en segundo término crear una carrera profesional que de estímulos al profesor y procurar unas condiciones profesionales que permitan o favorezcan que los mejores estudiantes vayan al ejercicio profesional de la docencia.
P. ¿Cómo puede beneficiar a los estudiantes la nueva ley?
R. Hay una medida muy importante y muy positiva que introduce evaluaciones generales externas en cada etapa educativa. En primer lugar eso va a permitir que cada centro se plantee unos objetivos para luego superar esas pruebas satisfactoriamente. En segundo lugar al introducir una diversificación entre los estudios que conduzcan al bachillerato y los que conduzcan a la Formación Profesional, que será algo más temprana, a los 15 años, mejorará la posibilidad de que los alumnos, de acuerdo con sus intereses y su situación, rindan más y vayan a carreras que les interesen. Y en último lugar también se produce una mejora del funcionamiento de los centros educativos, sobre todo, al profesionalizar la dirección de los mismos. Los directores tienen un papel importantísimo y van a necesitar unos cursos previos de formación y una selección rigurosa.
P. ¿Cómo se podría elevar el rendimiento de los estudiantes?
R. Hay que tener unos objetivos claros en cada etapa de crecimiento. Tiene que haber estímulos, de manera que el rendimiento, la dedicación y el esfuerzo, sean valorados en el sistema educativo y a los alumnos que no desarrollen una tarea satisfactoria hay que darles apoyos educativos desde el mismo momento en que se detecten esas dificultades.
P. ¿Debería reforzarse el papel de la Formación Profesional?
R. Es una de las prioridades educativas. Tenemos una Formación Profesional insuficiente. Cuando los alumnos terminan la ESO dos tercios se van a estudiar una carrera y un tercio la Formación Profesional. Deberíamos por lo menos conseguir que la mitad fuese a la Formación Profesional. Europa tiene una Formación Profesional más atractiva que nosotros, más cercana a la empresa y que da más oportunidades de trabajo. El Gobierno ha iniciado el camino que es introducir en España la Formación Dual, esto implica una Formación Profesional en la que una parte de la formación sea en la propia empresa, de carácter práctico.
P. ¿Piensa que se deberían destinar más fondos a la educación?
R. Los fondos de la educación siempre son insuficientes, pero ese no es el principal problema de nuestro sistema educativo. El gasto público en educación en estos momentos es casi el triple por ciento del PIB. En los últimos informes de la OCD España está por encima de la media en ese gasto. Hay recursos, pero hay que utilizarlos adecuadamente.
