El profesor emérito de la CEU-UCH ha publicado recientemente en la UNED una recopilación de sus columnas, La Chispa, y tiene en imprenta un nuevo proyecto

Carlos Pajuelo, profesor emérito de la CEU-UCH.

Carlos Pajuelo de Arcos, profesor emérito de la Universidad CEU Cardenal Herrera, acaba de publicar una nueva novela, La Coz, que ha sido una de las finalistas en los Premios Valencia de Narrativa. Esta nueva iniciativa editorial se suma a la reciente edición de sus columnas en Las Provincias, con el título de su sección: La Chispa. En este periódico, el profesor Pajuelo coordina también el suplemento “Salus”, junto a Carlos Gener. En la sección “Ágora de la Ciencia” de este Suplemento colaboran diversos profesores de la CEU-UCH.
En estas líneas, Carlos Pajuelo repasa su actividad periodística y literaria, que sigue siendo intensa, a pesar de su jubilación como profesor, y cuyos detalles pueden conocerse en la página web que acaba de crear: www.carlospajuelo.com.

                            “A manera de balance-repaso”

Por invitación de la Universidad me es grato poner en común algunas cosas tras los dos primeros años desde mi jubilación y nombramiento como profesor emérito de la Universidad, en la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas.
En primer lugar hay que agradecer este nombramiento al interés del actual rector, el profesor Bullón de Mendoza, tras los pertinentes informes.
Desde ese momento, jubilosamente, espero ser llamado… hasta hoy;  desde entonces me sigo ocupando de asuntos y temas que tienen que ver con el mundo de la comunicación.
Ahí está mi “carpe diem” personal que comparto con el desarrollo de otras asignaturas pendientes.
Por circunstancias personales que no vienen al caso, estoy aprendiendo a cocinar y a participar en las labores domésticas y lo señalo porque de ahí surge el respeto por las tareas que las mujeres realizan cada día. Asumo y comparto la paridad. Más “carpe diem”. Amor y respeto, ahí está la clave. Bien.
Desde el momento del júbilo cronológico, que me aleja de las aulas, inicio el desarrollo y puesta en marcha de un Suplemento de Salud para prensa y hoy ese Suplemento es una gozosa -que se dice- realidad que comparto con el Dr. Gener Galbis, miembro en activo de ese claustro, que me honra con su afecto, que es mutuo. Las Provincias acoge en su cálido seno ese Suplemento y en él tiene cabida una sección llamada “Ágora de la Ciencia”, resultado de la convergencia cordial de Nuria de la Muela, Luis Lahuerta y yo mismo. Y hasta hoy.
Se sabe, dicen, que soy irónico, crítico, que repentizo con cierto sarcasmo a la vista de las cosas y, por eso, continúo de columnista un par de veces por semana, en el mismo generoso diario, bajo una columna propia llamada “La Chispa”.
Así que, entre chispazos, salud e integración doméstica podría quedar poco tiempo. No. He descubierto que el día tiene más de 8, 10, 12 horas y que incluso en algunos casos llega a 24 horas y he decidido dar un salto -pequeñín, vanidoso, a destiempo-, no son edades para iniciar aventuras literarias ni otras (aunque de todas formas estos días hay por aquí, en Valencia, un vasco de mi edad que ha dado la vuelta al mundo en solitario y en un barco de vela tres veces y siempre me he preguntado de que huirá este tipo, así que…).
En una comida-homenaje que se da a algunos que se jubilan, mi caso, dije en público que iba a escribir una novela larga (ya había escrito un par de libros de cuentos e incluso publicado) y lo he hecho.
Presentada la misma a algún concurso y pese a quedar entre los finalistas no me he comido un rosco literario y no pienso pagarme una autoedición.
 Me he convertido a la modernidad, me he comprado un dominio en internet y he montado una web con ayuda de unos amigos (donde por cierto he coincidido con algun@s ex-alumnos míos y nos hemos divertido mucho).
La web www.carlospajuelo.com está ahí, a disposición de quien quiera y si quiere más deberá pasar por caja virtual.
No confundir con un blog. Lo que pienso y digo lo digo en el diario y lo que creo, de crear, lo digo en la web. Cada cosa tiene su soporte.
No digo todo lo que pienso, claro. No hay que preocuparse por el morbo de “a ver que dice este”. Nada.
Me tengo que ir, que se me queman las patatas. Hasta pronto… Bueno, no sé. Da igual. Besos a los lectores.
Carlos Pajuelo de Arcos

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