Es obra de Francisco Serrano Oceja, decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad CEU San Pablo
El director general del Libro, Archivos y Bibliotecas y miembro de la ACdP, Vicente Navarro de Luján, ha presentado en la Universidad CEU Cardenal Herrera el libro Ángel Herrera Oria y el diario El Debate, obra del periodista y miembro también de la ACdP Francisco Serrano Oceja, decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad CEU San Pablo.
En palabras del autor del volumen, Ángel Herrera Oria y el diario El Debate es una recopilación de las actas de las II Jornadas sobre “Prensa e Iglesia en la España contemporánea”, celebradas en la Universidad CEU San Pablo. A través de las ponencias de autores como Luis Suárez Fernández, José Andrés Gallego, Juan Velarde o Juan Cantavella, el libro transmite, según Francisco Serrano, “el concepto del periodismo de Ángel Herrera, su forma de entender la sociedad, el Estado y la persona, ideas que son raíz y razón de las instituciones educativas de la ACdP y, especialmente, de sus Facultades de Periodismo”.
Para Serrano, el éxito de las actuales Facultades de Periodismo del CEU, herederas de la Escuela de El Debate, será pleno “cuando tengamos un grupo de comunicación donde el pensamiento y el criterio que se gesta en nuestras Universidades se haga visible, público y social”. A su juicio, “para que nuestro proyecto educativo sea completo, tenemos que tener un grupo multimedia propio”.
En el acto, organización por la ACdP en Valencia, el director general del Libro, Vicente Navarro, ha realizado un análisis del ambiente histórico-político de la sociedad española en la que aparece El Debate, “con un catolicismo profundamente dividido por razones políticas, no tanto doctrinales”. “Existía la necesidad de una prensa católica como elemento de vertebración de la opinión pública católica, más allá de las opiniones política”, ha señalado Navarro de Luján.
Con El Debate, Ángel Herrera relanzó una cabecera fundada un año atrás para convertirla en un periódico moderno, con un accionariado repartido y de base popular, una línea editorial alejada de vinculación a cualquier partido político, estricta fidelidad a la Santa Sede y en el que se combinaba información y opinión. “El sustantivo era ‘periódico’ y el adjetivo ‘católico’, era un medio legible por su buena información también para los no católicos”.
