Claudia Almela, alumna de Magisterio, trabaja los fines de semana en el Asociación ARTES desarrollando actividades que ayuden a su inclusión social
A sus 22 años, Claudia Almela Ibáñez no solo tiene tiempo para estudiar un doble grado de Magisterio, sino que dedica los fines de semana a integrar a personas con discapacidad de la Asociación ARTES Cultura y Ocio. Allí, crea y busca actividades “que les hagan sentirse cómodos y contentos. La finalidad de este servicio es que todas y cada una de las asociadas se integren al máximo y se realicen cómo personas”. Un experiencia maravillosa y enriquecedora, a la que llegó gracias al impulso de las profesoras Nuria Andreu y María Ángeles Jaén.
¿Por qué te has decidido a realizar esta acción solidaria con ARTES Cultura y Ocio?
Comencé en la asociación de Artes Cultura y Ocio gracias a las prácticas que debíamos hacer con nuestra profesora Nuria Andreu de la asignatura de Trastornos del desarrollo. A los dos meses de terminar las prácticas María Ángeles Jaén, la directora de la asociación, me llamó para ver si estaba interesada en trabajar en el servicio de ocio. Sin dudarlo le dije que sí y hasta el día de hoy creo que es la mejor decisión que he tomado. Es una oportunidad de integración personal y sobre todo para las personas con discapacidad, a la vez que una experiencia enriquecedora a todos los niveles.
¿Cómo crees que influye en tu formación como futura maestra la actividad que realizas en la asociación?
Influye de manera positiva ya que me aporta muchísima experiencia para trabajar y tratar con personas con discapacidad. Entre otras, trabajo en equipo, organización, responsabilidad y el trato con las familias.
Trabajar con una sonrisa
¿Qué te aporta como persona estar en contacto con personas con discapacidad?
Me aportan valores como la constancia, la empatía o el afán de superación. No tengo palabras para describir lo bonito que es estar con cada uno de ellos. La alegría que transmiten todo el tiempo es increíble y son expertos en sacarte sonrisas. Gracias a este trabajo he crecido cómo persona.
¿A qué te gustaría dedicarte cuando finalices la carrera y por qué?
Me gustaría trabajar en un centro donde se fomente la inclusión a todos los niveles y de alguna manera aplicar los conocimientos y experiencia que me ha dado el trabajo en la asociación. Por otro lado, quiero especializarme en pedagogía terapéutica y adquirir las herramientas y competencias necesarias para actuar como un agente de inclusión educativa dentro del aula.
¿Cómo valoran en tu entorno ese compromiso social que desarrollas?
Lo valora muy positivamente tanto por la experiencia que me aporta cómo por a quiénes va dirigido esta labor. Es muy importante para las personas que queremos formarnos en éste y en cualquier campo, sentir el apoyo de las personas que nos rodean. Así como su implicación con nuestros proyectos.
La profesión más gratificante
¿Por qué decidiste estudiar esa carrera universitaria?
El principal motivo, es la pasión que tengo por los niños y niñas y por la enseñanza. Pienso que los docentes somos una pieza fundamental para los niños y que es una de las profesiones más bonitas y gratificantes que existen.
¿Por qué optaste por estudiarla en el CEU?
Elegí el CEU ya que, al venir de un grado superior de educación infantil, muchas asignaturas de la carrera nos las convalidaban. Además, te dan la opción de realizar el doble grado. Por otro lado, algunas personas conocidas que ya habían estudiado aquí me han hablado positivamente de esta universidad. Y certifico que no se equivocaban.
¿Cómo valoras tu paso por ahora por la universidad, tanto a nivel de formación académica como en otros ámbitos?
Está siendo enriquecedor tanto a nivel académico cómo a nivel personal, ya que me está ayudando a crecer cómo persona y a motivarme para conseguir mi objetivo que es ser docente.