El catedrático de la Universidad de California-Davis afirma que está incluido entre los agentes potenciales de uso bioterrorista en EE.UU.
Miércoles, 16 de junio de 2010.- Uno de los mayores expertos a nivel mundial en enfermedades clostridiales, Francisco Uzal, ha afirmado que el Clostridium botulinum está considerado “altamente peligroso” y está incluido en EE.UU. dentro del “listado de agentes de posible uso terrorista”. La toxina botulínica es una de las armas biológicas “a la que más temor le tiene todo el mundo” porque “la ingestión de una cantidad muy pequeña de esta toxina puede producir la muerte”.
El catedrático participa como ponente en el XXII Congreso Nacional de la SEAPV, organizado por los profesores Juan Manuel Corpa y Joaquín Ortega de la Unidad de Histología y Anatomía Patológica de la Facultad de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera y que se celebra desde hoy, día 16, al 18 de junio en el Palacio de Colomina, sede de la CEU-UCH. A esta reunión también asiste el catedrático Sean Callanan de la Universidad de Dublín, experto en el campo de la neuropatología, en el que ha desarrollado un modelo experimental de barrera hematoencefálica.
Entre los primeros síntomas de la intoxicación, el experto ha destacado la “imposibilidad de tragar” y la “protusión de la lengua” y, a medida que avanza la enfermedad, ha señalado que comienzan los “problemas de movilidad y se paralizan los miembros y los músculos respiratorios, provocando la muerte”.
Uzal ha expuesto los tratamientos existentes para combatir el botulismo, basados en la inyección de anticuerpos en la sangre del individuo o animal que contienen una configuración opuesta a la de la toxina que la bloquea evitando que se dirija a la terminación nerviosa del músculo. “El tratamiento debe realizarse durante los primeros síntomas porque cuando la enfermedad está muy avanzada sólo se puede hacer un tratamiento de soporte del individuo basado en mantener al individuo vivo mediante respiración artificial”, ha declarado.
La Sociedad Española de Anatomía Patológica Veterinaria (SEAPV), consciente de la peligrosidad del uso de bacterias para ataques bioterroristas y de la importancia del estudio de las enfermedades que afectan a la salud animal, se encarga, por un lado, de propiciar la relación y cooperación entre sus miembros para el desarrollo de la investigación científica y, por otro, de difundir los conocimientos en las diferentes áreas de la Anatomía patológica veterinaria y Anatomía Patológica Comparada.