- El Palacio de Colomina ha acogido en Valencia este foro de encuentro en torno al papel de la familia en la Educación

El rector de la Universidad CEU Cardenal Herrera, Higinio Marín, ha impartido la conferencia inaugural del 4º Congreso Nacional de Educación en Familia, que se ha celebrado en el Palacio de Colomina. Bajo el título “El Estado como estado de perfección y la libertad de educación”, Marín ha explicado las raíces de “la hostilidad del Estado con la familia”, que obedece, según el rector, “a la matriz adánica por el que el ciudadano nace sin ombligo, sin ascendencia”. “Para el Estado, la ciudadanía es un estado de perfección de unos mamíferos en los que se han operado una serie de procesos de los que se ha obtenido una abstracción sin genealogía; es una operación casi metafísica”, ha asegurado.
El profesor titular de Antropología Filosófica ha señalado que el Estado hoy es una deformación del concepto de igualdad de San Pablo. Según Marín, el giro cristiano significó en la cultura occidental una ruptura con el modelo anterior, pues el cristianismo extendió la idea “de que ante Dios no había diferencia de rangos ni jerarquías”, como sí ocurría con anterioridad.
El Estado hoy persigue ese ideal de igualdad, pero “con mutaciones de las que se deriva el esfuerzo de cancelación” de todo lo que signifique ir contra ese espíritu. “Aquí está la raíz de la enemistad Estado-familia, porque la familia es una institución en la que sus miembros no son iguales”, ha asegurado.
El rector analizó el pensamiento de algunos autores de la filosofía heredera de la modernidad. Para Marín, la obra El origen de la desigualdad de los hombres, de Rosseau, es reveladora de la concepción estatal de la igualdad. En esta “reinterpretación” del Génesis, en el estado natural el hombre era feliz porque tenía sus apetencias y deseos cubiertos: «Cuando se institucionalizó la propiedad y apareció la palabra ‘mío’, el deseo se objetivó en uno nuevo: la posesión”.
Dentro de esa “propiedad privada” situó Marín el matrimonio, algo distinto al mero deseo sexual del estado natural. “Con el matrimonio se corrompió el estado natural basado en encuentros fortuitos, sin imaginación ni memoria; la familia es lo contrario, es genealogía, memoria”, ha asegurado el rector de la CEU UCH, que ha añadido que, además, es el lugar de la diferencia, “por eso hay quienes ven en ella la herencia heteropatriarcal que sojuzga a la mujer e hijo”.
Esta concepción, según Marín, queda evidenciada en Sigmund Freud. Para el padre del psicoanálisis, el complejo de Edipo era la manifestación del deseo de un niño contra “lo que considera la propiedad privada de su padre, la madre”.
El profesor de la Universidad CEU Cardenal Herrera habló también de otras “mutaciones” de las tesis anteriores contra la familia, como el marxismo y la revolución de mayo del 68, “más trascendente que las anteriores”. En opinión de Marín, todas estas corrientes se presentaron como agentes liberalizadores “de las ataduras familiares” y el Estado como el agente necesario para “cancelar la generalogía, la naturaleza” y reconfigurar el nuevo estado natural como si de un dios se tratase.

Además del rector de la CEU UCH, en el 4º Congreso Nacional de Educación en Familia han participado Jorge Sánchez-Tarazaga, abogado y profesor de la Universidad Europea de Valencia; Juan Antonio Perteguer, de la Fundación RenAIssance; Jose María Martí Sánchez, decano de la Facultad de Derecho UCLM; David Delgado Ramos, del departamento de Derecho Constitucional UNED; Amaya Cáceres Fresno, del ICAM; Ana María Cerezuela, Hannah International School, Universidad Isabel I; José Pérez Adán, Universidad Libre Internacional de las Américas; Laura Quintanilla Cobián, Departamento de Metodología de las Ciencias del Comportamiento UNED ; Renata Sarmento-Henrique, Department of Psychology, Saint Louis University; Aquilino Cayuela, Universidad CEU Abat Oliba; María Bellmunt, Universidad Internacional de La Rioja (UNIR); Leticia Poole Derqui, Universidad Europea de Valencia; Vicente Villar, vicerrector de la CEU UCH; Rafael Fayos, del Departamento de Humanidades de la CEU UCH; e Irene Briones, del Departamento de Derecho Eclesiástico del Estado de la Universidad Complutense.






