Hasta el inicio de la crisis, este graduado en Enfermería por el CEU, y alumno de 4º de Medicina, compaginaba su trabajo en Ambulancias Sierra Calderona con su segunda carrera. Cuando le reclamaron para reforzar el dispositivo sanitario contra el Covid-19, no lo dudó. Manuel Domingo ejerce ahora su vocación de servicio a los pacientes en Urgencias del Hospital Universitario de La Plana.

Tu vida ha cambiado radicalmente. Ahora estás en la primera línea de la lucha contra el coronavirus. ¿Qué pensaste cuando te lo pidieron?

Al principio de esta crisis, estaba confinado en casa, como toda la población, aunque estaba ansioso por poder ayudar haciendo lo que mejor sé. Así que no dudé en aceptar cuando me llamaron, aun sin saber en qué servicio me iban a requerir.

Cuando me dijeron que iba a trabajar en Urgencias, lo primero que me vino a la cabeza fue empezar a repasar tema de medicación y protocolos de actuación. A día de hoy, aún sigo estudiándolo a modo de autorreciclaje y, gracias a eso, voy más tranquilo en mi día a día, aunque también me instruyeron mis compañeros antes de empezar.

‘Lo que más cuesta es estar separado de mi familia, de la que me aislé para evitar un posible contagio’

Además de esta formación extra, tienes que seguir estudiando, porque estás cursando Medicina, también con nosotros. Y eres subdelegado de curso y delegado de titulación. ¿Cómo lo logras?

Obviamente, el tener que compaginar los turnos del trabajo, las videoclases, trabajos, estudiar y la incertidumbre de cómo acabará el curso… no es fácil.

Está siendo difícil, tanto para los alumnos como para los profesores, porque es una situación extraordinaria y no es fácil gestionarla, pero sí que estoy contento con que haya esa continuidad. Considero que no se podía haber acabado el curso a mitad, ya que un médico no puede dejar incompleta su formación.

Lo que más cuesta es estar separado de mi familia, de la que me aislé para evitar un posible contagio. Se echa en falta su apoyo. Aun así, siendo lo más organizado posible, y gracias a las videollamadas, se consigue hacer más llevadera la situación, aunque haya momentos en los que se vuelve difícil la situación.

En el Hospital de La Plana, con compañeras del servicio

Tiene que costar, sin duda.

No voy a mentir. Hay días que me dan ganas de tirar las cosas por la ventana. Aun así, por ahora lo llevo bastante bien, ya que tengo la suerte de que en mi trabajo regular lo tienen bastante en cuenta y me dan bastante flexibilidad en los horarios.

Eso sí, tengo mucho que agradecer a mi familia y a mi pareja (alumni de Medicina), porque son los que me ayudan a salir de los baches que me encuentro en el camino, que a veces me han hecho pensar en abandonar. No cabe duda de que ellos habrán dibujado gran parte de la firma que estamparé en mi diploma.

‘La sensación de soledad es un sentimiento bastante generalizado entre el personal sanitario, que no puede ni abrazar a sus hijos’

Si te pregunto qué es lo más duro de esta etapa, creo que ya has respondido…

Sí. La soledad con la que te quedas al llegar a casa, o no poder dar una muestra de afecto a tu familia por miedo a transmitirles el maldito virus.

Por lo que he podido ver, es un sentimiento que está bastante generalizado entre el personal sanitario, ya que no pueden ni abrazar a sus hijos pequeños, que no logran comprender por qué su padre/madre no les quiere como antes.

Junto a su pareja, la alumni de Medicina Carmen Montoya, que también nos ha contado su experiencia en esta batalla contra el Covid-19. VER ENTREVISTA

¿Y lo más gratificante?

El trato con el paciente. Poder proporcionar ese trato humano, acompañarle e intentar hacerle lo más llevadera posible la situación (a él y a su familia) es lo que de verdad me reconforta. Sentirme útil para los pacientes es lo que me hace seguir.

Puede que esto parezca un formalismo, pero no lo es: en este punto, he de agradecer al CEU cómo me formó, y a los trabajos que he tenido y actualmente tengo, ya que también me han ido formando y puliendo hasta ser el profesional que hoy soy. Esta muy buena formación me permite realizar mi trabajo lo mejor posible en este difícil contexto, en el que mi vocación se ha visto reforzada.

‘Lo más gratificante es proporcionar un trato humano al paciente (…) Sentirme útil es lo que me hace seguir’

Y tan difícil. ¿Alguna vez imaginaste que ibas a afrontar algo así?

Sinceramente, en la vida me había imaginado vivir una situación como esta. Pensaba que esto solo pasaba en las películas.

Creo que todos compartimos este sentimiento. ¿Algún mensaje para la ciudadanía?

Les diría que esta ‘guerra’ no solo se libra en los hospitales, sino en cada casa. Los ciudadanos están haciendo un esfuerzo increíble, porque, admitámoslo, no es fácil encerrarte en casa todo el tiempo que llevamos… y el que dure. Siempre digo que el aplauso no solo va por el personal sanitario, sino que va por el trabajo que estamos haciendo todos.

Permítenos que hoy el aplauso sea para ti, Manuel. Muchas gracias, un abrazo y nos vemos en la Uni.

No se merecen las gracias. ¡Solo hacemos lo que amamos!

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