Un estudio, liderado por el profesor Jaume Morera, explora las percepciones de los padres de niños con discapacidades físicas sobre la calidad de su interacción con los profesionales de la salud

¿Qué perciben los padres de niños con discapacidad sobre la calidad de la interacción con los profesionales de la salud que trabajan en la atención temprana? Este ha sido el objetivo de la investigación liderada por el profesor de Fisioterapia de la Universidad CEU UCH, Jaume Morera, y en la que han participado investigadores de las universidades Miguel Hernández de Elche, Murcia y León. El estudio identificó varios factores que mejoran la calidad percibida de la atención. Así, se sugiere que un intercambio de información con las familias, incluida la educación, y el uso de buenas habilidades interpersonales con la familia y el niño son esenciales.

“Es una investigación sobre las percepciones que padres y madres (en realidad: cuidador principal) de niños atendidos en Atención temprana tienen sobre las interacciones con el personal sanitario que trata a sus hijos. Es decir, qué aspectos contribuyen a que la interacción sea considerada, desde el punto de vista del cuidador, de alta calidad”, asegura Morera. En ese sentido, los resultados pueden ayudar a profesionales y gerentes de instituciones sanitarias dedicadas a la Atención Temprana a mejorar dicha percepción, advierte. Y no sólo eso. “Al mismo tiempo influye en la satisfacción del usuario, en su percepción de calidad global del servicio ofrecido, en la adherencia del paciente (en este caso de los padres) y en los resultados clínicos”.

Y es que, a pesar del consenso sobre la necesidad de la Atención Centrada en el Paciente y la Familia, aún existen dificultades a la hora de ejecutar dicha atención. “La calidad de la interacción entre pacientes, familiares y profesionales es fundamental para facilitar la implementación de los programas”, reconocen estos investigadores. En el caso de la Atención temprana las acciones que se dirigen a niños de entre 0 y 6 años con trastornos del desarrollo o con riesgo de padecerlos.

¿Qué valoran los padres?

Para realizar el estudio, los investigadores recopilaron datos a través de siete grupos focales con 28 padres de niños con discapacidades físicas que estaban siguiendo programas de atención temprana en diferentes escenarios: hospital, centro privado y asociación de padres. La investigación identificó qué elementos de la interacción profesional-padres son considerados por los padres a la hora de evaluar la calidad de su interacción con el proveedor de salud de sus hijos.

Los investigadores señalan que los padres identificaron varios aspectos que influyen en su percepción de la calidad, destacándose el intercambio de información y educación, y las relaciones interpersonales. “También percibimos que para ellos la relación entre los profesionales de la salud y las familias es tan importante como la aplicación de conocimientos y habilidades por parte del profesional de la salud”. Entre los aspectos que influyen en su percepción de la calidad, los padres destacaron la importancia de intercambiar información integral sobre el plan de tratamiento del niño y otros aspectos. Asimismo, los padres valoraron que la información recibida se actualizara de acuerdo con la edad del niño o las necesidades cambiantes. “Algunos problemas identificados en esta área estaban relacionados con la falta de información sobre cómo manejar a los niños durante las actividades de la vida diaria a medida que crecían. Los participantes en nuestro estudio expresaron claramente sus necesidades de actualizar el programa de Atención Temprana e incluir recomendaciones para las actividades de la vida diaria”, apuntan los investigadores. Además, los padres también apreciaron el   que las pautas recomendadas por los profesionales fueron respaldadas verbalmente por pautas escritas.

La importancia de la información

El estudio revela, por otra parte, la importancia que los padres le dan al intercambio de información con los profesionales sobre los programas en el hogar, especialmente en cómo se enseñan estas actividades y/o habilidades. “Sin embargo, tanto en nuestro estudio, como en la literatura científica, los padres detectaron problemas en la comunicación e interacción con los profesionales sanitarios. Entre otras: recomendaciones inespecíficas, falta de información sobre dosis o falta de recomendaciones específicas. Teniendo en cuenta que este es un componente clave de la planificación y evaluación e la atención médica, las habilidades de comunicación y la transferencia de conocimientos a otros adultos también son deseables en los profesionales de Atención Temprana y podrían capacitarse más”.

En este sentido, el estudio demuestra cómo los padres apreciaron el seguimiento de las recomendaciones, y valoraron cuando los terapeutas las corrigieron si era necesario. Esto ayudó a aumentar la autoconfianza de los padres en su capacidad para realizar estas recomendaciones. Asimismo, se identificaron una serie de experiencias relacionadas con las habilidades interpersonales del profesional (tratamiento, apoyo…) que incidieron en la percepción de calidad de los padres. “En general, los participantes relataron que los profesionales se comportaron con respeto y cortesía durante el diálogo establecido con ellos. Además, reconocieron que el apoyo constante que les brindó el profesional les ayudó a aumentar su confianza en sí mismos”.

No obstante, los autores consideran fundamental que “tanto los profesionales como los administradores redoblen sus esfuerzos para mejorar estos aspectos interpersonales, teniendo en cuenta la influencia que esto tiene en la calidad percibida, la satisfacción y el entendimiento de que la mala comunicación entre padres y profesionales puede provocar una mayor ansiedad y depresión que puede derivar en a una baja adherencia al tratamiento y peores resultados clínicos. Y se debe dar mayor importancia a estos aspectos durante la formación tanto de pregrado como de posgrado”.

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