La CEU UCH organiza un nuevo encuentro universidad-empresa para abordar sus implicaciones en la geopolítica mundial
La Universidad CEU Cardenal Herrera ha organizado un nuevo desayuno con profesionales para compartir reflexiones y puntos de vista en torno a temas que afectan a diversos sectores en nuestra sociedad. El tema abordado en esta ocasión ha sido las implicaciones de los nuevos aranceles unilaterales de EE. UU en la geopolítica mundial, concretamente en el comercio internacional.


Los profesionales que han participado han sido: Consuelo Sevillano, Socia Directora en Tributs PCAT; Ester Olivas Cáceres, Directora General de Emprendimiento e Internacionalización de la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo de la Genaralitat Valenciana; Juan José Enríquez, Decano Colegio Oficial de Economistas de Valencia; Nardi Alba Benaches, Directora de la Confederación de Cooperativas de la Comunidad Valenciana; Manuel Breva, Secretario General ANFFECC (Asociación Nacional de Fabricantes de Fritas, Esmaltes y Colores Cerámicos); Grácia Cicuéndez Martí, Unidad de Inteligencia y Análisis de la Cámara de Comercio de Valencia; Roberto Milán, Junta Directiva AVIA y Director General Comercial de Nunsys; María José Alarte Aceñero, VP de Legal y Sostenibilidad de Quibim; Emi Boix, Presidenta IVEFA (Instituto Valenciano para el Estudio de la Empresa Familiar); Francesc Maiques, Director Comercial de Isabel Sanchís | Alta Costura Valenciana; Álvaro Antón Antón, Vicerrector de Internacionalización y Vida Universitaria de la CEU UCH; Leopoldo García Ruiz, Decano de la Facultad de Derecho, Empresa y Ciencias Políticas de esta universidad y José Amiguet Esteban, Director de Desarrollo Institucional de la CEU UCH. También ha asistido Fiona Raquel Obando Espinoza, Estudiante del Doble Grado en Derecho y Ciencias Políticas.
Para poder comprender la situación actual, se ha tratado inicialmente sobre el contexto geoeconómico de las últimas décadas, ya que tras la Segunda Guerra Mundial el orden económico internacional se articuló en torno al GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio). Este acuerdo marcó las reglas del comercio global hasta la creación, el 1 de enero de 1995, de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Con el objetivo de fomentar el comercio internacional y el desarrollo económico, la OMC estableció un marco común basado en cinco principios fundamentales: nación más favorecida, trato recíproco, libre comercio, competencia leal y previsibilidad y transparencia. Esta organización (OMC), aunque fue concebida como árbitro global del comercio, se enfrenta actualmente a una crisis de relevancia, provocada en gran parte por las tensiones derivadas de medidas arancelarias unilaterales adoptadas por algunas potencias y, especialmente, por el bloqueo institucional promovido por Estados Unidos, que ha paralizado el funcionamiento de su órgano de apelación.


A continuación, se ha tratado extensamente sobre estos aranceles unilaterales, señalando cómo la actual administración estadounidense justifica los impuestos a la Unión Europea apelando a la necesidad de proteger su industria nacional frente a lo que considera un trato fiscal no recíproco, particularmente en lo relativo a la aplicación del IVA a las importaciones. Esta estrategia de defensa comercial tiene consecuencias directas para las empresas europeas, no solo para aquellas con vínculos internacionales, sino también para las que operan exclusivamente en el mercado interno, dada la naturaleza interconectada de la economía global. En este contexto, Consuelo Sevillano ha subrayado la urgencia de que el tejido empresarial tome conciencia de la situación y adopte planes de contingencia, pues sólo así será posible analizar con rigor el impacto económico, anticiparse a posibles escenarios y minimizar riesgos y pérdidas.



Otro tema de relevancia abordado en el encuentro ha sido los desafíos de la Unión Europea ante el proteccionismo estratégico, pues la actual guerra comercial y los movimientos geopolíticos emergentes la sitúan ante retos inéditos en su historia, viéndose obligada a repensar su papel en el mundo. Uno de los principales será articular una voz común entre los 27 Estados miembros, superando contradicciones internas y evitando que las asimetrías económicas generen fragmentación. La Unión Europea deberá mantener su capacidad estratégica para seguir desempeñando un rol relevante a nivel global, pero sin renunciar a sus valores fundacionales ni a su vocación multilateral, que siguen siendo el núcleo de su legitimidad internacional.