Hermanos Amiguet CEU-UCHConozco a Fernando desde que nació. De hecho recuerdo el momento en el que me despertaron un día de esos sin colegio para decirme que había nacido mi hermano. Recuerdo que salté sobre la cama e imagino que quise correr a conocerle.
Fue creciendo hasta superarme en estatura, lo cual no es muestra de buena educación para el que figura en el Registro como el hermano pequeño.
Acostumbra a ser lo suficientemente cabezota como para poner toda la pasión en lo que hace.
Practica la suficiente flexibilidad como para cambiar cuando de verdad es necesario.
Así es Fernando, al que recuerdo como niño y, sin embargo, acaba de ser padre hace unos meses. 

-¿Cómo recuerdas tus primeras semanas de trabajo en el CEU?

Con mucha alegría y ganas de empezar un proyecto nuevo en la ciudad. Por poner en marcha algo que no existía. Hasta ese momento sólo estaba la Universidad de Valencia dando Enfermería en el Hospital General, así que éramos una alternativa buena. Y recuerdo mis ganas de trabajar para levantar el proyecto y hacer que funcionara todo bien.

Suponía mucho jaleo al principio, no se parecía a nada de lo que estaba haciendo anteriormente, pero con la ayuda de la gente: Marga, Rosa y Joaquín, se pudo funcionar bien. Y con Eladio, por supuestísimo, sin él no se hubiera podido conseguir.

-Al principio estabas un poco “abandonado de la mano de Dios”…

Sí, estaba en un cuartito donde pegaba el sol. A veces nos teníamos que ir Eladio y yo al jardín a trabajar. No teníamos conexión a internet y teníamos que coger la del Hospital. Pero bien. Íbamos funcionando.

-Esos que narras son los típicos inicios del CEU en cualquier proyecto. Con cuatro cosas para arrancar y luego ya va creciendo.

Sí, poco a poco creció, llegó el traslado a “Penyeta”, unas instalaciones de las que luego hablaremos. Los alumnos lo cogieron con mucho énfasis y se te quitaban las penas cuando hablaban contigo.

-Yo recuerdo ir a “Penyeta” un sábado y la imagen me recordaba al hotel de “El Resplandor”.

Sí. O la película de “Saw”. Luces temblando, contrachapado de paredes blancas (risas), pero bien, se podía estar.

-¿Alguna anécdota especial de esa época?

Lo que más me gustó es que unos alumnos nuevos que no nos conocían, tras los exámenes de enero me regalaron un reloj buenísimo porque sabían que me iba a casar en junio, y me quedé sorprendido. Aquel fue el primer regalo que me hicieron los alumnos, a los tres meses de estar con ellos.

También me gustó el detalle de la Universidad de permitirme leer los nombres de la primera promoción el día de su graduación.

-Parece por lo que cuentas que a pesar de unas instalaciones tipo “El Resplandor”, la gente que había allí era muy buena. ¿Guardas relación con alumnos de aquella promoción de Enfermería? ¿Sabes si trabajan?

Con todos, con las tres primeras promociones de la diplomatura. Como aquello era familiar, la relación era estupenda. No eran alumnos sino compañeros, una familia. Comíamos juntos, íbamos al parque, nos acompañábamos cuando se iba la luz…

Sé que trabajan el 90% en el mundo de la enfermería después de haber terminado la diplomatura.

-Si hacemos un rápido recorrido histórico desde los 65 pioneros de “Penyeta” hasta ahora en este nuevo edificio, con muchas más titulaciones y alumnos… ¿Qué ha significado el CEU en Castellón? ¿Cómo ve la gente de Castellón el CEU?

La gente de Castellón no ve el CEU en este momento.

-Ah, entonces debemos estar en el camino correcto (risas).

A ver. Para algunas titulaciones todavía somos la segunda o tercera opción que existe en Castellón. Nos falta promoción y publicidad en el centro de Castellón. 

-Bueno, un punto de reivindicación es necesario…

Cerramos la oficina de Información y Nuevo Alumno. Según comentó un publicista del CEU en una cuña que se emitía en Onda Cero, «hay que invertir en publicidad en tiempos de crisis». No sé quién sería ese publicista… (Risas. Se está refiriendo a su hermano y entrevistador). 

Creo que se cometió un error cuando cerramos la oficina del centro. Más vale invertir ese dinero, pero que la gente nos identifique en algún sitio, que tener que venir hasta aquí para encontrarnos.

-Pero estas instalaciones están bien comunicadas.

Sí, si tienes carné de conducir.

-¿Cuál es tu principal función de trabajo no predefinida, de éstas que están en la actitud y en el ambiente?

Soy el que lo sabe todo (risas). Cualquier cosa que necesita la gente que viene de fuera. Todos “tienen que preguntar por Fernando”.

-¿Pero Fernando se lo inventa o lo sabe?

(Risas) O lo intenta solucionar o se lo inventa o lo pregunta. Se busca la solución.

¿Ha multiplicado mucho el trabajo el arranque de la titulación de Medicina?

-No. El año pasado me trasladé a biblioteca y no noté el jaleo que hubo, pero es que la gestión de muchas cosas se estaba haciendo desde Valencia. Este año sí he podido colgar las guías docentes y me he encargado de los anexos de prácticas, con lo que poco a poco la secretaría de Castellón ya está prestando todos los servicios a las titulaciones.

-En este clásico español de vecinos, que no tienen por qué llevarse bien, y hay lucha territorial, ¿los del CEU de Castellón cómo ven a los de Valencia? ¿Existe la expresión “los de Valencia”?

Aquí existe la expresión de “las respuestas se las lleva el viento” o “son los hombres invisibles; solamente se ven cuando se ponen el traje”.  Porque aquí no vemos a los responsables en Valencia tanto como quisiéramos, no tenemos por ejemplo un comedor en condiciones, y esa es una petición ya del año pasado y que puede acabar siendo un problema… Umm, pensándolo, sí existe la expresión “los de Valencia”.

-Me consta que el tema del comedor es un problema que está en vías de solución en breve.
Seguimos. Si tienes que elegir, ¿papeles o contacto con los alumnos?

Al 50%, porque hay mucha documentación que implica contacto con los alumnos, como los anexos de prácticas.

-Y ahora te voy a obligar a quedar mal. Si tienes que elegir, ¿los alumnos de Enfermería o los de Magisterio?

En la actualidad no tengo preferencia ya por ninguno de los dos. Si esta pregunta se plantea hace dos años, en que todavía estaba la diplomatura, evidentemente la respuesta es Enfermería, más que nada por el trato que se ha tenido con ellos durante tanto tiempo. Es que ahora no se distingue ninguna titulación y con todos te llevas igual.

-¿Puerta abierta o puerta cerrada?

Siempre la puerta abierta. Lo que pasa es que ahora no puedo. Con la función de secretaría académica mi documentación es confidencial y no puedo atender a un alumno en mi mesa.

-¿Escuchar o hablar?

Hablar, siempre hablar. (Risas)

-¿A mano o a máquina?

A mano. Si no existiera la informática, mejor, por el caos que nos está creando aquí. Pero no lo digo por el Servicio de Informática, sino porque hace falta que alumnos y profesores conozcan más los recursos informáticos que tenemos para aprovecharlos y mejorar el trabajo. Si no se conocen, mejor a mano. 

-¿Consideras que en este centro tienes sólo compañeros o también tienes amigos?

La palabra amigos no se usa bien en España. Aquí son compañeros. Un amigo tienes que tenerlo de mucho tiempo y cuidarlo. Por eso, ahora compañeros; y dentro de quince años, posiblemente amigos.

-¿Cómo te gustaría que fuera el centro de Castellón dentro de diez años? Por hacer ciencia ficción…

Me gustaría que tuviera excelencia académica, que persiguiera ese objetivo, y una organización bien estructurada, que las cosas no se hicieran a salto de mata corriendo e improvisando. Y tener un edificio en las mejores condiciones.

-En el plano personal y acabando ya, ¿qué tal tu vida con Ferrán? ¿Es más complicado sonreír en el trabajo cuando no duermes por las noches?

¡Qué va! Si la vida con Ferrán es estupenda. Ferrán solamente se porta mal durante el día. Por la noche duerme hasta que yo me voy. Él se engancha al pecho de su madre durante las noches…

 Pero tú lo sabrás, ¡que tienes tres!

-Sí. De hecho, me he levantado siete veces esta noche… Y para concluir: ¿Crees tú que nuestros padres saben lo que hacemos tú y yo en el CEU?

Ellos piensan que tú eres el jefe de Valencia y yo el de Castellón.

-Nos falta un hermano, que no tenemos, para enviar a Elche…

(Risas) Sí. Como cuando estaba en “Penyeta” estaba solo y era “el jefe”, se han quedado con ese concepto. Si hubiera que explicarles lo que hacemos de verdad tendría que ser en un libro más largo que los de Ken Follet.

-Pero seguramente no se lo leerían. Así que mejor se quedan con el titular y así son felices. Y nosotros también.

 Pues sí.

José y Fernando Amiguet, CEU-UCH

 

 

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