Información: Andreina Pietri / Imágenes: Laura Chofré
Después de dos días repletos de colecciones diversas, el final de la Mediterránea Fashion Week 2025 no pudo ser de otra forma que no fuera igual de impactante que los vestidos presentados a lo largo de todo el fin de semana. La riqueza intercultural de los artistas ofreció una visión panorámica del mundo sobre la pasarela. Desde Inniki que vino directa de Rusia, hasta Duly Romero llegada de Honduras, aterrizaron en España para unirse a Paloma Suárez y Mario Salafranca en la última ronda de desfiles de la edición.
La colección de primavera-verano para este año de la firma Inniki fue la primera en mostrar sus piezas inspiradas en la cultura yakuta, un grupo étnico de origen túrquico que habita en la República de Sajá, en el extremo oriental de Rusia. Los vestidos modernos gozaban de una estructura arquitectónica meticulosa y destacaron por su capacidad de fusionar tradiciones ancestrales con un diseño contemporáneo. Los accesorios que adornaban los diseños variaron entre gafas y tocados de plata que realzaban la identidad cultural yakuta con detalles inspirados en su orfebrería tradicional.
Duly Romero tomó el relevo con su propuesta titulada “El valor de las musas” en la que reflejó una metamorfosis desde el primero hasta el último traje. Como una mariposa, las creaciones fueron transformándose desde el minimalismo y la fragilidad de un capullo, hasta la extravagancia de una crisálida. El efecto se evidenció en la evolución de los tonos tierra hacia colores más vibrantes y en los volúmenes que las telas de seda, tafetán y tul aportaron a los cortes mini de las faldas.

Uno de los momentos más esperados de la velada fue el turno de Paloma Suárez, que sorprendió con una línea diferente a la habitual. Dejó de lado la exuberancia para ofrecer modelos casuales aptos para el día a día en su selección “Ready to Shine”. Contó con conjuntos estampados hechos de telas fluidas de inspiración boho-chic, combinados con botas cowboy en contraste cromático, así como también indumentaria deportiva con el logo de la marca, todo ello sin dejar de lado el brillo y la gama de colores vivos que tanto le caracteriza.
La clausura de la semana de la moda valenciana corrió a cargo del diseñador Mario Salafranca, originario de la comunidad que acogió este evento por tercera vez. Su desfile fue uno de los más multitudinarios y aprovechó la ocasión para presentar su colección “PARÍS 2025” ante una sala repleta de miradas expectantes. Los trajes presentaron exclusivamente las tonalidades negras, blancas y rojas en la confección de las lujosas estructuras que recibieron influencias de la capital francesa en la época de los 50/60. Los complementos que más impactaron en las modelos fueron los sombreros de ala ancha y las rosas aplicadas en los cortes para separar los diferentes volúmenes.
Esta entrega de la Mediterránea Fashion Week sin duda quedará para el recuerdo, no solo por la impresionante variedad de colecciones y diseñadores de todas partes del mundo que mostraron sus últimas creaciones, con vestidos y piezas que deslumbraron por su originalidad y detalle, sino también por un hecho inesperado que marcó un antes y un después: la Dana que afectó a Valencia. Aunque este giro de los acontecimientos llevó a una obligada necesidad de aplazar la muestra, todo y que representó un desafío para la organización, no empañó el espíritu de la semana de la moda, que supo adaptarse y seguir adelante con más fuerza y creatividad que nunca, pero sin perder de vista la catástrofe que marcó la entrega más solidaria de la Mediterránea Fashion Week hasta el momento.