Información: Laura Chofré / Imágenes: Andreina Pietri
La semana de la moda valenciana vivió un segundo día completo tras la inauguración a cargo del diseñador Carlos Haro. En esta segunda sesión se presentaron colecciones tanto nacionales como internacionales de artistas de la talla de Hannibal Laguna o Andrea Veturoli.
El primero en tomar la pasarela fue Hannibal Laguna que presentó una colección toda al blanco titulada “WHITELAND” con una sucesión de vestidos para novias que se sale de lo convencional. Los volúmenes y telas esponjosas marcaron la estructura de las piezas con bordados florales que abarcaban gran parte de las siluetas.
La diseñadora colombiana Andrea Venturoli fue la siguiente en presentar su colección “ETHEREAL THREADS”, inspirada en la flora y la fauna de su país. Las creaciones artesanales en tonos tierra fueron un homenaje al café de la región y las prendas que variaban desde capas largas hasta trajes masculinos estaban ornamentadas con motivos de la naturaleza.
Maison Mesa presentó una propuesta disruptiva que desafió los cánones establecidos para la mujer elegante. Su intención fue demostrar que se puede sentir ella misma sin sacrificar su comodidad del día a día. El título “Séverine”, al igual que todos los diseños, estuvieron inspirados en la película de Luis Buñuel «Belle de Jour». La gama de colores que eligió sorprendió al ser llamativa en una colección otoño-invierno, pero como explicó el diseñador, en esta temporada es donde cobran mayor importancia.

Al contrario de Mesa, LI LAB desfiló su colección primavera-verano para 2025 bajo el nombre “Dinastía Rosa” en la que el estampado tartán, el encaje, los corsés y las capas fueron protagonistas de una pasarela que intentó resaltar la imagen de una mujer fuerte y segura.
El último desfile del día vino de la mano de Miguel LLopis, un diseñador valenciano que se inspiró en el mediterráneo para su colección “S´Espalmador”. El islote de Formentera determinó la gama de colores en la que predominaron los tonos azules, arena, blancos y rojos. En los vestidos fueron los volúmenes lo que destacaron sobre telas lisas y el protagonista de la pasarela fue un pequeño Pomerania que acaparó todas las miradas.
La jornada terminó por todo lo alto con un espectáculo al ritmo del jazz que ofreció el útlimo diseñador a modo de cierre para su desfile. Este día que abrió la puerta a diseñadores nacionales e internacionales dejó a los asistentes con ganas de descubrir lo que la Mediterránea Fashion Week tiene preparado para su última fecha de esta edición.