Informan Lola Caballer y Josephine Burgos
La Universidad CEU Cardenal Herrera se llenó de alegría e ilusión para celebrar su tradicional fiesta navideña. La luz y la esperanza que caracterizan estas fechas tan especiales iluminaron cada rincón del campus transformándolo en un lugar de encuentro donde niños, estudiantes, padres y docentes compartieron momentos llenos de felicidad y emoción. Fue una jornada inolvidable que reflejó el verdadero espíritu de la Navidad reuniendo a toda la comunidad universitaria en un ambiente cálido y familiar.
Desde las primeras horas de la tarde, se respiraba la emoción entre quienes se acercaban al evento. Un encuentro que comenzó con la merienda de chocolate con churros que llenó el campus del aroma del chocolate caliente y los churros recién hechos confundido con las risas y las conversaciones animadas de quienes disfrutaban del momento. No importaba la edad ni la ocupación: familias enteras compartieron esta experiencia en un ambiente familiar que marcó el inicio de una tarde llena de sorpresas.
Al mismo tiempo que se repartía la merienda, en otro espacio del campus se había organizado un mercadillo solidario con el propósito de recaudar fondos para ayudar a los afectados por la DANA. En él, los asistentes pudieron adquirir artículos de merchandising de la CEU UCH sabiendo que la colaboración contribuía a una causa noble. Un evento lleno de actividad y entusiasmo que vino a demostrar que la solidaridad también forma parte esencial de estas fechas.
A medida que atardeció, la atmósfera del campus se volvió aún más especial. Con el cielo oscurecido, los presentes comenzaron a dirigirse hacia la plaza del paraninfo donde los Reyes Magos harían su esperada aparición. Un instante que vino precedido por el recogimiento y la emoción en la bendición del belén. La ceremonia, acompañada de música navideña, reunió a todos los asistentes frente a un belén que destacaba por su detalle y simbología. Un momento de espiritualidad y reflexión que conectó a los asistentes con el verdadero significado de la Navidad.
La bendición dio paso a un cielo iluminado con un impresionante espectáculo de fuegos artificiales que arrancaron las exclamaciones de asombro de pequeños y grandes. Era el preludio, perfecto, para el momento más esperado por los niños: la llegada de los Reyes Magos. Bajo la luz de la noche aparecieron Melchor, Gaspar y Baltasar montados en camellos y saludando a la multitud que los recibió con los brazos abiertos. Un momento mágico en el que todas las luces decorativas iluminaron el campus creando una vista espectacular llena de magia.
Con la música navideña de fondo, los Reyes Magos avanzaron hasta llegar a sus tronos, situados en un escenario especialmente decorado para la ocasión. La emoción en el rostro de los niños era evidente: muchos sostenían con fuerza las cartas que habían escrito, ansiosos por entregarlas y compartir sus sueños y deseos con sus Reyes favoritos.
Así, uno a uno, los pequeños hicieron fila para sentarse en el regazo de Melchor, Gaspar o Baltasar, mientras sus padres inmortalizaban el momento con fotos cargadas de ternura. Además, un gran buzón estuvo dispuesto cerca del escenario para que los más pequeños pudieran depositar sus cartas, asegurándose de que sus deseos llegarán al corazón de la Navidad.
La noche avanzó entre risas, villancicos y abrazos, convirtiéndose en un recuerdo inolvidable para todos los asistentes. Una fiesta que no solo celebró la llegada de la Navidad al campus de Alfara del Patriarca sino que también reforzó los lazos de unión y fraternidad entre los miembros y familias de la comunidad educativa. Con los corazones llenos de emoción y las esperanzas renovadas todos se despidieron con la certeza de que habían vivido una tarde mágica donde el espíritu de la Navidad se hizo presente, más allá de esa noche.
