Información: Carolina Sobieski – Imágenes: Paula Hernández
Los jóvenes talentos de Noia presentaron sus propuestas más audaces y desafiantes en la pasarela del CLEC Fashion Festival. Unas creaciones que demostraron su consolidación como voces innovadoras en la moda capaces de fusionar lo antiguo con lo moderno en un espectáculo visual y sensitivo. Unas colecciones que no solo desafían las tendencias actuales, sino que lanzan un grito de protesta contra los excesos de la industria y las normas sociales.
El desfile comenzó con la impactante presentación de Samurai Sai, cuyas prendas evocaban la fuerza y el espíritu guerrero. Cada diseño, con detalles como espadas o corsés de cuero, destilaron poder. La influencia asiática fue evidente tanto en los vestidos como en los sombreros que añadían un toque tradicional a la estética futurista. Las prendas de crochet ofrecieron un contrapunto artesanal, subrayando la maestría de Sai como diseñador, capaz de crear armonía entre la moda y el combate.
Rosa Gasent apostó por la combinación perfecta entre lo exagerado y lo minimalista, uniendo tendencias pasadas y actuales con una destreza única. Sus capas superpuestas y faldas voluminosas confeccionadas a partir de camisas recicladas destacaron como piezas clave. Las transparencias y los volúmenes acentuaron la fluidez y el dinamismo de sus propuestas capturando a la perfección las tendencias del último año.
Las diseñadoras de Adriana Estrada tomaron el control del denim, una tela omnipresente en sus creaciones. Su manejo del reciclaje en la moda se reflejó en diseños que evocaban la estética de los años 2000: shorts XXL, corsés de gasa y estampados de leopardo transportaron a los asistentes a una era de exuberancia y rebeldía. La reinterpretación de estos elementos clásicos mostró la habilidad de Estrada para fusionar lo antiguo con lo contemporáneo.
El cierre del desfile estuvo a cargo de Genis, quien transformó la pasarela en un espectáculo inmersivo. La música vibrante y el aroma del incienso crearon una atmósfera cautivadora que envolvió al público. Sus diseños, con aberturas estratégicas y espaldas descubiertas, revelaron la identidad audaz y provocadora del diseñador. El momento más impactante llegó cuando las modelos realizaron una performance en torno a la temática del consumo de drogas, desafiando convenciones y provocando reflexión. El clímax fue la aparición de una novia moderna, vestida con un conjunto que incluía una gorra de béisbol con velo, similar al icónico traje de Kylie Jenner en la Met Gala 2022, firmado por Off-White.
