Información: Andreina Pietri y Laura Chofré / Imágenes: Paula Hernández
La Ciudad de las Artes y las Ciencias acogió por segundo día consecutivo la V edición del CLEC Fashion Festival en su jornada de cierre que despertó mucha expectación al volver a Valencia la diseñadora Agatha Ruiz de la Prada. Una jornada que arrancó con los tradicionales “Fashion Gastro”, espacios que fusionan la gastronomía con la moda y en la que también fue protagonista el periodista británico Tony Glenville quien compartió con los asistentes su visión sobre el futuro de la moda. Glenville destacó la moda como el reflejo de los cambios profundos en la sociedad, desde cuestiones de identidad y género hasta la creciente conciencia sobre la sostenibilidad y la responsabilidad social.
La jornada de desfiles fue inaugurada por los diseñadores con sus piezas originales en las que las formas rompedoras y los colores vivos fueron las estrellas de la pasarela. Cada conjunto mostró una combinación audaz de texturas y materiales, resaltando la creatividad y la libertad de expresión que caracteriza a la nueva generación de talentos. El grupo Noveles Noia formado por Rosa Gasent, Adriana Estrada, Gemis Betrian y Samurai San by Ruth Durendez presentaron diversas colecciones que compartieron elementos como el uso del negro, el cuero y las tachuelas dando un aspecto oscuro y magnético al desfile.
El momento más esperado de la tarde llegó de la mano de Ágatha Ruiz de la Prada quien, una vez más, presentó sus coloridos diseños adornados con diademas en forma de beso, acompañados de sus clásicos estampados tan reconocibles. La novedad de este desfile fue la aparición de carritos de la compra que rodaban al lado de los modelos al ritmo de la música. Por su parte, el diseñados valenciano Jaime Piquer no decepcionó con su propuesta inspirada en la cultura japonesa mediante el uso de sombreros y grandes tocados junto a los vestidos en forma globo y las siluetas estilo kimono.
Tras la actuación de Bety Dumitru, Alineo presentó su colección genderless caracterizada por siluetas fluidas y con volantes. Las telas con transparencias y brillos fueron las reinas de este desfile mágico y fantasioso. Unos diseños que mostraron toda la paleta de colores en un guiño a a la diversidad y a las personas del colectivo. Cerró los desfiles Bibencia con un colección melancólica y creaciones de tonos oscuros, bolsos con flores y patrones clásicos.