Información: Andreina Pietri y Laura Chofré – Imágenes: Paula Hernández
El diseñador valenciano Jaime Piquer, caracterizado por su moda disruptiva, volvió a la pasarela del CLEC Fashion Festival de Valencia con una colección basada en la cultura asiática, por su clara influencia japonesa. El diseñador tiñó la pasarela de un vibrante rojo, verde y negro, unos colores que se reflejaron en cada uno de sus diseños, creando una experiencia visual impactante. Piquer logró transportar al público a un mundo de creatividad y vanguardia con una colección en la que fusionó influencias asiáticas con tendencias contemporáneas y en la que destacaron detalles únicos como los sombreros y el calzado con los que enriqueció la experiencia.
Diseños que se mostraron como grandes piezas de vanguardia y que no dejaron a nadie indiferente, al jugar con las distintas tonalidades del rojo, verde y negro lo que aportó una rica profundidad a la colección. Una paleta otoñal que no solo resaltó los tonos neutros, sino que también incorporó matices más fuertes que tornaron la simplicidad en algo sofisticado y elegante en diseños de faldas globo, cortes de estilo kimono y americanas con hombreras de corte irregular.
Pero la atención del público no solo recayó en los vestidos, sino que los sombreros también formaron parte importante del espectáculo al dotar a los conjuntos de un toque diferencial al resto de colecciones que desfilaron durante la jornada. Los flecos, los diferentes tejidos, sus colores llamativos y los diversos materiales empleados fueron los que hicieron destacar tanto este accesorio cautivando al público. Sin embrago, no todas las modelos los lucían ya que también se pudieron ver espectaculares peinados que creaban formas desiguales con los mechones aportando un gran dramatismo a los looks.
Otro gran acierto de Piquer fue el calzado, al escoger las botas altas y los tacones en forma de T. Con las primeras se volvió a ver envuelto en las tendencias actuales y con el segundo tipo de tacón consiguió que toda la atención se centrase en el diseño de sus vestidos. Además, el público pudo ver a las modelos mucho más seguras y cómodas a diferencia de desfilar sobre los míticos tacones de pasarela con los que es frecuente ver diversos accidentes durante los desfiles.