La fiesta fallera inunda de sátira y crítica la Ciudad de las Artes y las Ciencias con la Exposición del Ninot 2023

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Información e imágenes Rocío Muñoz

Domingo, 12 de febrero, 10:00 de la mañana. Abren las puertas del décimo día de la ‘Exposición del Ninot’. Desde antes de las 9:30, ya hay gente esperando para comprar su entrada y acceder a la sala repleta de ninots que representan a cada una de las comisiones falleras que forman la Junta Central Fallera.

La exposición fue inaugurada el primer viernes de febrero por las máximas representantes de la fiesta fallera de 2023, Paula Nieto, Fallera Mayor Infantil de Valencia 2023, y Laura Mengó, Fallera Mayor de Valencia con sus respectivas cortes de honor que estuvieron acompañadas por el alcalde de la ciudad, Joan Ribó, y el presidente de Junta Central Fallera, Carlos Galiana. Ellos fueron los primeros en admirar las obras que hasta el próximo 15 de marzo se exponen en el Salón de Arquerías, más de 3.600 metros de superficie, donde podemos ver ninots que combinan la crítica, la sátira y la propia esencia de la fiesta fallera.

Cientos de niños, abuelos, padres, falleros y hasta algunas personas que se han dejado llevar por la curiosidad se han acercado durante estos primeros días a contemplar los más de trescientos muñecos expuestos en una de las salas de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

Se podría decir que las fallas son un reflejo de la sociedad en la que vivimos, de todos los conflictos que azotan el mundo, sumado a la representación de personajes destacados del día a día. Es por eso que, mientras caminamos por los distintos pasillos que separan los ninots por secciones, de la más baja a la más alta, podemos encontrarnos desde líderes políticos, celebridades o hasta el propio Peter Lim, presidente del Valencia CF.

Diferentes temáticas, diferentes enfoques y hasta diferentes estilos son los que acaparan la atención tanto de pequeños como de mayores. “Mamá, ¿cuánto tiempo habrán tardado en hacer esto?”, le preguntaba Amaia, una niña de 9 años, a su madre. Impresionada por la respuesta, la pequeña, que nunca había visto lo que era una escultura fallera y cuyo asombro mostraba a través de sus ojos ilusionados.

A medida que recorría los pasillos, las obras iban cobrando vida y los visitantes adultos se sentían identificados con algunas de ellas, “eso lo hacía mi madre y yo, después lo hacía con mi hija”, comentaban dos señoras mayores frente a una imagen donde podemos ver a una mujer vestida de fallera que tiene en el regazo a una niña pequeña, también vestida de fallera, que están mirando los fuegos artificiales por la ventana. Con nostalgia, recordaban todo lo que ellas hacían en el mes de marzo, un mes tan ansiado por todos los falleros. Juntas se acordaban de anécdotas y de vivencias en relación con esos cuatro días intensos, pero especiales, que viven los valencianos entre el 15 y 19 de marzo.

Las reivindicaciones también están presentes mediante las esculturas, como la de la falla Archiduque Carlos – Músico Gomis que refleja la dura realidad de los refugiados, su debilidad y de las personas que no tienen los recursos básicos para sobrevivir. Esta, está compuesta por una madre ucraniana y una madre saharaui, ambas acompañadas con sus bebés. Imágenes, que pretenden impactar en el espectador para concienciarlo de la situación por la que atraviesan las personas con riesgo de exclusión. Con esta, la asociación Cáritas, como algunas otras, vuelve a estar presente un año más en la exposición del ninot.

La dulce espera para salvarse del fuego

Más de diez comisiones acudían ese mismo domingo a visitar la exposición con el deseo de poder ver dónde estaba su ninot y la ilusión de que, como cada año, sea el suyo el que se salve del fuego. Una salvación que viene dada en cada una de las categorías, tanto infantil como mayor, con el voto de los propios visitantes, quienes al final de la exposición pueden votar por el ninot que más les ha gustado.

Aitana Diaz, fallera mayor infantil en 2018 de la Falla Nàquera Lauri Volpi, recordaba la ilusión de ver expuesto su ninot en representación de su falla: “Es un sueño que toda fallera y amante de las fallas debería vivir, representar a tu comisión es un orgullo y ver un pedacito de tu falla es increíble”, apuntaba mientras, emocionada, recordaba todos los momentos vividos junto a su familia y amigos en el año de su reinado.

Los pequeños y no tan pequeños no se quedaban atrás porque mientras se avanzaba admirando la exposición, había niños revoloteando y otros de la mano de sus padres que estaban asombrados por los ninots, preguntando curiosos sobre el modo en el que se realizaban y si el ninot era el resultado del trabajo de una sola persona.

Todos querían tener un recuerdo de la visita y las nuevas tecnologías, en los más mayores, no se ha quedado atrás con multitud de personas haciéndose fotos o inmortalizando algunas de las esculturas que más gustaban. Precisamente, los iaios han sido recordados en múltiples escenas como el ninot presentado por la Falla Obispo-Amigó Cuenca que hace referencia al Alzheimer, una enfermedad que afecta al 10% de la población anciana, y cuyo desarrollo hace que los mayores vayan olvidando los recuerdos, las personas, su vida y quiénes son.

Los ninots que durante estas semanas ocupan lugar preferente en el Museo Príncipe de Asturias serán trasladados, cada uno de ellos, a su respectivo monumento, para que la noche del 19 de marzo vuelva a arder dando paso a un nuevo año fallero dejando atrás el ciclo fallero actual para que la fiesta vuelva a resurgir de las cenizas.