Mujer y gastronomía, a debate en la Mediterránea Gastrónoma de Valencia

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Informa Paula Hernández y Zhanzhi Chen / Imágenes: Paula Hernández

Mediterránea Gastrónoma abordó, entre el amplio programa de actividades y eventos que la componen, el papel de la mujer en la gastronomía a través de la ponencia titulada ‘Comunidad Valenciana, territorio gastronómico femenino’. Un evento dirigido por la periodista Esther Cerveró que reunió a referentes de la gastronomía valenciana como Mª José Martínez, del restaurante Lienzo; Carito Lourenço del restaurante Fierro; Aurora Torres del restaurante Lula; María Luisa Rivera de La Sastrería (Alicante) y Belén Arias, presidenta de la Academia de Gastronomía.

La mesa redonda sirvió para que las ponentes reflexionarán sobre el papel de la mujer dentro del mundo gastronómico, tanto al frente de su propio restaurante como en puestos ejecutivos, en un sector en el que la mujer ha ido ganando mayor visibilidad, no sólo en el ámbito regional sino también en el nacional. En ese sentido, las ponentes afirmaron que los datos, a pesar de ser positivos, son mejorables y que se debe luchar por una mayor presencia de la figura femenina.

En la actualidad son muchas las mujeres que dirigen cocinas, pero, aunque su presencia va avanzando en la industria, se sigue viendo cómo no todas tienen el reconocimiento y las condiciones que su trabajo merece. Si bien es cierto que en eventos de este calibre predomina la figura masculina, es la colaboración y la solidaridad entre cocineras lo que marca la diferencia. María José Martínez, dueña del restaurante Lienzo y poseedora de una estrella Michelín, habló sobre su experiencia en situaciones donde, ante su falta de disponibilidad, ofrece oportunidades a compañeras de oficio dándoles una oportunidad para impulsarse.

Junto a Martínez, la presidenta de Mujeres en Gastronomía, María José San Román, una de las figuras más influyentes dentro de la cocina mediterránea y referente a nivel Comunidad Valenciana y nacional para jóvenes cocineras, destacó por su defensa de la cultura gastronómica en la península, de los productos autóctonos, de la tradición y de la sostenibilidad. Ella compartió su iniciativa por la que ha creado una comunidad de apoyo donde las chefs se sienten acogidas y reconocidas por su labor, sin depender del género, algo que aún no se ha logrado en otras comunidades de España donde persevera el dominio masculino.

La figura masculina en la cocina

La cocinera Aizpea Oihaneder, de San Sebastián, incidió en la idea de que los nombres más conocidos dentro de la industria suelen ser los de los hombres. En principio, por la gran innovación y logro que han obtenido, incluso a veces vistos como figuras imponentes, lo que resulta difícil superar, según las ponentes de la charla. Todas ellas incidieron que, para llegar a ese nivel dentro del arte culinario, se requiere de mucho esfuerzo y sacrificio, lo que provoca que algunos se rindan o decidan no apostar por ello, pues existe cierto miedo. De ahí que haya mujeres que tampoco quieran asumir ese papel, tal y como aseguró María José Martínez.

Por otra parte, varias chefs en la charla afirmaron que es la ayuda de los hombres, tanto en el ámbito laboral como en el familiar, los que también apoyan a las mujeres en la gastronomía. Ya sea cediendo el privilegio que tienen a una compañera o ejerciendo los roles estereotipados que la sociedad asocia a una figura materna, como aquel de cuidar de los niños. Sin embargo, esto no obvia ni ignora que aún existen problemas vigentes.

La presidenta de la Academia de Gastronomía, Belén Arias, también abordó el menor reconocimiento de las mujeres periodistas en la gastronomía frente al de sus compañeros de oficio o atribuir la figura del sommelier a un hombre. En ese sentido, María Luisa Rivera contó de manera anecdótica, preguntando retóricamente sobre “dónde creemos que van a comer por las tardes los hermanos Roca”, reivindicando la importancia que tuvieron las figuras maternas en la cocina.

Futuro de la gastronomía

El futuro de la industria gastronómica está llegando de la mano de jóvenes chefs, inspiradas en mujeres profesionales del sector que luchan por que su labor sea reconocida al nivel que les merece. El apoyo mutuo, la ayuda y, sobre todo, la sororidad, juegan un papel fundamental en el hecho de que las nuevas generaciones gastrónomas logren que quienes quieran adentrarse en este mundo, sientan que también hay un hueco para ellas. Carito Lourenso, única chef argentina con una estrella Michelín, habló sobre infundir ilusión y sororidad para que, de manera conjunta y colaborativa, puedan conseguir cambios sustanciosos para la mujer en la gastronomía. Es importante, tal y como apuntó María José Martínez, “ser fuertes y no perder la energía porque la realidad es muy distinta a lo que se ve en la televisión o a cómo la podemos imaginar desde un punto de vista externo”, lo cual requiere, a su juicio, de mucho trabajo para hacerse un hueco en un oficio tan sacrificado.

Las ponentes pusieron en común lo fundamental que es la constancia, el tener las ideas claras, marcarse unos objetivos y, sobre todo, no perder la ilusión con la que una joven cocinera se empieza a abrir paso en ese camino. Así, poco a poco, y cada vez más, una profesión tan bella como es la gastronomía podrá ser gozada de la misma forma entre profesionales, sin necesidad de mirar el género para apreciar el talento.