Mario Iceta: “Puede haber enfermos incurables, pero no incuidables”

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Mario Iceta Dies Academicus CEU UCH
Monseñor Iceta en un momento de su intervención en los Dies Academicus de la CEU UCH de Valencia.

Informa Raquel Granell / Imágenes: Jordi del Puente

El Palacio de Colomina acogió recientemente el primer Dies Academicus del año, organizado por el Servicio de Pastoral de la Universidad CEU Cardenal Herrera. Un nuevo encuentro para la reflexión que tuvo en la presencia del arzobispo de Burgos, Mario Iceta su principal protagonista para reflexionar en torno al documento de la Conferencia Episcopal Española (CEE): “Sembradores de esperanza: acoger, proteger y acompañar en la etapa final de esta vida”. Estas charlas formativas pretenden armonizar la fe, la razón y la vida con asuntos que afectan al ser humano, además de procurar inspirar a todos los profesionales y estudiantes los valores del Evangelio.

Acompañado en la mesa por José Francisco Castelló, capellán mayor de la UCH-CEU, quien dio la bienvenida al acto; y por Luís Sánchez, capellán de la universidad, quien se encargó de presentar el perfil del ponente, también estuvo en este acto el rector de la CEU-UCH, Vicente Navarro de Luján, vía online y el cardenal arzobispo de Valencia Antonio Cañizares, junto a sus obispos auxiliares Javier Salinas y Arturo Ros. Asimismo, tampoco quisieron perderse este Dies AcademicusJesús Robledo García, Vice Consiliario ACdP; Miguel Navarro Sorní, Consiliario Valencia ACdP; Gonzalo Cabrera Barrero, Secretario ACdP; los capellanes de la CEU-UCH, Francisco Javier Sánchez Soto y Domingo Pacheco Machado; el Delegado de Pastoral Universitaria, Vicente Ferrer Ferrer; la Decana de la Facultad de Salud, Verónica Veses Jiménez; la Vicedecana de Enfermería, Beatriz Rodríguez Diez-Caballero; la Vicedecana de Fisioterapia, Noemí Valtueña Gimeno; la Vicedecana de Medicina, María Amparo López Ruíz; el Decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación, Elías Durán de Porras; la Coordinadora del Grado en Óptica y Optometría, María Miranda Sanz y la Directora del departamento de Medicina y Cirugía, Belén Merck Navarro, a los que se sumaron el Decano Pontificio del Instituto Teológico Juan Pablo II para ciencias del matrimonio y la familia, Juan Andrés Talens Hernandis y el Párroco de San Nicolás de Valencia, Antonio Corbí Copoví.

CEU UCH Dies Academicus Cardenal Cañizares
El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, estuvo presente en esta nueva edición de los Dies Academicus.
Documento ‘Sembradores de esperanza’

Monseñor Iceta comenzó su exposición explicando cómo surgió el documento, “Sembradores de esperanza: acoger, proteger y acompañar en la etapa final de esta vida”, remontándose a los años 90, cuando la CEE lo publicó planteándose 100 preguntas en torno a la eutanasia. “La cosa reside en saber qué hacer en las situaciones de sufrimiento terminal porque no es una cuestión de fe, sino un tema de humanidad”, afirmó.

Entre los objetivos de este documento, recalcó la necesidad de proponer una mirada esperanzada sobre los momentos que clausuran la etapa vital; buscar el sentido del sufrimiento como sacrificio, al igual que los padres sufren por sacar adelante a sus hijos y ayudarlos a labrar un futuro, acompañar y reconfortar al enfermo; acoger y sostener a su familia y seres queridos; iluminar la tarea de los profesionales, como los de primera línea en pandemia; y agradecer a quienes transmiten la alegría y esperanza del Evangelio a los enfermos y sus familiares. “Se puede y debe rechazar la tentación -inducida también por cambios legislativos- de utilizar la medicina para apoyar una posible voluntad de morir del paciente. Aunque podría parecer una expresión de la libertad personal, no lo es”, indicó durante su intervención.

CEU UCH Dies Academicus Monseñor Iceta
Monseñor Iceta durante un momento de su intervención en los Dies Academicus.
La dignidad como don

El prelado profundizó durante su reflexión en la necesidad de impulsar una ‘Ética del cuidado de los enfermos: dignidad, salud, enfermedad’ y afirmó: Hablar de dignidad como don, da lugar al modo de expresar el valor insustituible de cada persona”. Asimismo, añadió que la vida de cada persona “es un entramado de relaciones, y no se entiende sin la de otros”, al compartir el sufrimiento de un familiar, o incluso la relación que establece el médico con el enfermo: “humana y de confianza para luchar contra la enfermedad y buscar el bien común de recuperar la salud del paciente”.

Monseñor Iceta tuvo críticas también durante su intervención hacia el concepto distorsionado que se emplea actualmente de la atención al usuario como mercancía del producto que se intercambia, y mencionó a San Juan Pablo II cuando hablaba del misterio del dolor y sufrimiento: “Lo que podemos hacer es paliar o disminuir el dolor, no eliminar. Es natural tener miedo a morir, ya que para el ser humano la muerte se presenta como una ruptura traumática”, apuntó.

CEU UCH Dies Academicus Monseñor Iceta Cardenal Cañizares
En la imagen, de izquierda a derecha, el capellán mayor de la CEU UCH, José Francisco Castelló; el arzobispo Mario Iceta, el cardenal arzobispo Antonio Cañizares, y los capellanes de la CEU UCH Luis Sánchez y Domingo Pacheco.
Cuidados paliativos al final de la vida

Durante su exposición, Iceta también abordó la idea actual de ‘medicina paliativa ante la enfermedad terminal’, así como las necesidades que posee el enfermo: físicas, psíquicas, espirituales, familiares y sociales. “Puede haber enfermos incurables, pero no incuidables. La tarea del profesional sanitario es aliviar los efectos del dolor físico, consolar y acompañar”, resaltó. En este sentido, el arzobispo de Burgos no dudó en afirmar que la recientemente aprobada ‘Ley de la Eutanasia’ es “la antítesis de la medicina, pues va a introducir una novedad nunca conocida: eliminar a pacientes”.

Iceta no rehusó hablar en este Dies Academicus sobre lo éticamente inaceptable que es la eutanasia y el suicidio asistido: “Lo lícito es eliminar el sufrimiento del que sufre. La compasión no significa eliminar la vida del enfermo”, recalcó. De esta forma, expuso que una persona que mata a otra, se convierte en un homicida, además de que la eutanasia provoca una “ruptura interna y oscurece la justicia del bien”. Para ello dio a conocer algunos medios para paliar el dolor como son el hecho de aliviar las molestias, acompañar, mejorar la situación vital…, entre otros.

Su intervención la concluyó incentivando a los presentes a tener y vivir una “experiencia de fe y propuesta cristiana” centrándose en “la providencia amorosa de Dios puesto que la vida es el regalo que Él nos ofrece”. Asimismo, resaltó que el hombre “está llamado para la plenitud de la vida y que, por ello, Dios se acerca a los enfermos”, indicó. Sus últimas reflexiones y palabras fueron del Papa Francisco, el cual siempre ha destacado que la Pascua “es la fiesta en la que Dios quita las piedras contra las que se estrellan las esperanzas y expectativas: la muerte, el pecado, el miedo… Hoy descubre que aquella vida es Jesús que ha resucitado y esto ilumina toda nuestra historia y los momentos de dolor, soledad…. igual que el final de nuestra vida y los enfermos terminales”, finalizó.