Irene Villa: “El perdón no cambia el pasado, pero mejora infinitamente tu futuro”

0
3786

Informa Pati Cervera / Imagen: Fernando Bosc

Irene Villa es uno de los rostros más conocidos de nuestro país. La que fue víctima de ETA en 1991 actualmente se ha convertido en un referente en España por su capacidad de reinventarse ante las adversidades de la vida. Tras quince años desde que publicase su primer libro, “Saber que se puede”, la psicóloga, escritora y conferenciante publica la segunda parte, “Los ochomiles de la vida”. Un libro en el que habla de su propia experiencia, con un estilo muy personal, y cuyas claves pudimos descubrir en esta entrevista concedida a EL ROTATIVO.

Quince años después de la publicación de “Saber que se puede” vuelve al mundo editorial con este nuevo trabajo “Los ochomiles de la vida”. ¿Cómo y por qué surge este libro?

Surge cuando di un salto en mi vida, con cuarenta, que es un salto que damos muchos, de seguridad en uno mismo y, sobre todo, en confinamiento terminé de contar todo lo que quería contar. Todas estas cosas que me han pasado desde “Saber que se puede” que lo escribí con veinticinco años y este que lo escribí con cuarenta, por lo que son quince años de vivencias, de aprendizajes y nuevas lecciones que la vida me tenía preparada y de crecimiento espiritual y personal. Quería contagiar emociones que ayudan a superar esta pandemia y, también, el día a día; las dificultades y las adversidades del día a día.

“Los ochomiles de la vida” resulta un título evocador…

Creo que todo lo que cuesta, luego la recompensa es maravillosa y un ochomil es como la cima más complicada del mundo que solo unos pocos la pueden coronar. Esto es igual. Las cosas que más nos cuestan, cuando las consigues son los mayores ochomiles de tu vida.

Supongo que todos tenemos nuestros ochomiles, los suyos han sido grandes cumbres que no han sido fáciles de superar…

Bueno, creo que hay que relativizar. A mí siempre me dicen “viéndote a ti, yo no me puedo quejar”, cada uno asume afrontar lo suyo desde su perspectiva. No nos podemos comparar con nadie porque cada uno somos un mundo distinto y no es lo que te pasa sino cómo lo afrontas. Yo creo que lo he afrontado con una filosofía de vida bastante útil, cuanto menos, bastante útil. Creo que ayuda a la gente e inspira porque creo que es práctica, sencilla y fácil de aplicar. Y lo cuento para que dejemos de complicarnos la vida y nos pongamos otros ochomiles que, al final, son los más difíciles de saltar, los que cada uno se autoimpone.

En el libro habla, a pesar de todo, de perdón y, siempre, con una sonrisa, con optimismo… Increíble.

No nos queda otra opción, creo que ese es el camino más positivo y más beneficioso también.

Su vida cambió con el atentado de ETA en 1991. Su forma de superarlo es ejemplo para muchos, incluso resulta incomprensible esa resiliencia… ¿Cómo explicarlo a alguien que lo ve como un prodigio?

Tienen que ponerlo en práctica ya que es algo del ser humano. La resiliencia es una herramienta que todos tenemos. El ser humano es -por naturaleza- resiliente, se adapta a todo: guerras, hambrunas, miseria, dolor… a todo. El ser humano sobrevive, lucha y tiene ese instinto de supervivencia que le hace conseguir sobrevivir a las circunstancias más tremendas. Yo creo que la clave es “confía en ti”. Nos falta eso, la confianza en uno mismo para saber que podemos.

Este libro es también un canto al perdón, como necesario para poder seguir adelante. ¿Se puede perdonar a los que hicieron semejante atrocidad? ¿Cómo se llega a una situación de perdón cuando el hecho casi cuesta la vida?

Sí. Hasta al más atroz se puede perdonar, no por ellos, sino por ti. Te liberas, empieza una vida mucho mejor. El perdón no cambia el pasado, pero mejora infinitamente tu futuro porque te libra de ese lastre de tener, todavía en tu mente, a la persona que te ha hecho daño así que al perdonarlo… te liberas, lo sueltas y desaparece de tu vida. Esto tan bonito y práctico que es “dejar ir”, siempre la he prodigado allá donde he ido. Se trata de dejar ir aquello que no te sirve, no te ayuda, te frena y te limita, te está molestando en tu mente y tu corazón… Déjalo ir… y a la gente que te ha hecho daño, déjala ir… a esos a los primeros. Con el perdón es mucho mejor porque lo estás haciendo de corazón y de una forma sana.

Aunque sea complicada, la vida es un regalo, una oportunidad, quedémonos con la parte positiva

Actualmente las noticias que surgen en torno a la organización terrorista, acercamiento de presos, blanqueo de su acción terrorista, casi casi un olvido -por desconocimiento- en los más jóvenes… Usted, tan optimista y de mirar a lo lejos con esperanza: ¿Qué opina? ¿Cómo lo vive? ¿Cómo lo ve?

Opino que no me extraña que a la gente se le olvide porque no se quiere recordar. Esto es triste, pero es así. Menos mal que hay cineastas y escritores como Fernando Aramburu, ahora que ha llevado la serie de “Patria” a la televisión pues ahora ya la gente sabrá lo que ha pasado, pero es verdad que a nivel universidad, colegio no se estudia y es muy triste porque forma parte de nuestra historia.

Su nuevo libro es, así lo vemos, un repaso a estos 15 últimos años, muy intensos por otro lado. ¿Todo ha merecido la pena?

Sí, muchísimo. Han sido quince años maravillosos. Por un lado, he sido madre y me han pasado muchas cosas a nivel deportivo, he mejorado muchísimo, he aprendido un montón y luego ha habido otros ochomiles bastante dramáticos, pero tampoco me los ahorraría porque todo en esta vida viene para que aprendamos y para que saquemos lo mejor. Me siento contentísima porque el feedback, de momento, no puede ser mejor: “tu libro es luminoso, orientador, profundamente optimista, me encanta tu forma de pensar, transmites mucha fuerza…” esos son todos los feedbacks que estoy recibiendo, así que más feliz imposible.

Durante la lectura del mismo, habla de oportunidad, amor, dolor, reto, himno, contar o querer a todos los demás, misterio, fracaso, sueño, la vida es vida… Resulta ejemplar la normalidad con la que cuenta pasajes tan complicados en estos últimos años…

Aunque sea complicada, la vida es un regalo, una oportunidad. Es todo eso que cuento, es lo positivo. Quedémonos con la parte positiva. La vida es una montaña rusa, eso es innegable. Habrá momentos más bonitos, otros más difíciles, habrá que transitar la tristeza, habrá que destinar la despedida de una persona, dar la bienvenida a otra, en fin, es todo bueno y malo, amor y dolor, al final me quedo con lo bueno y lo bueno es eso, una oportunidad, un himno, un regalo, pero también es fracaso, dolor, todo eso lo digo en el libro, pero lo importante es no desfallecer en todos esos ochomiles.

Y destaca una o varias por encima de todas: hay que abrazar el dolor, afrontar el reto y saber que la vida es fracaso… ¿Cómo lograr ese nivel de aceptación del dolor? ¿Cómo seguir teniendo fuerzas para superar el reto? ¿Cómo y por qué llegar al convencimiento de afirmar que la vida es fracaso?

Yo me quedaría con la aceptación de lo que venga, no negar el dolor, ni las situaciones ni lo que ha pasado, porque eso sería vivir en una mentira, una quimera. Aceptar la realidad, pero no dejar de intentar cambiarla a nuestro favor. Tener una actitud proactiva, porque todo en esta vida es mejorable, todo en esta vida se puede aprender, se puede transformar y si no puedes cambiar la situación, cambias tú y no hay excusas para no sobreponerse y que hay límites, pero los principales son los que uno se pone. Este libro te ayuda a romper todos esos límites y cadenas que son nuestras inseguridades y nuestras creencias limitantes.

Tampoco elude la propia COVID y sus consecuencias sociales, sanitarias, políticas y económicas… No rehúye el debate del cuidado de los ancianos, personas mayores que tanto lo han sufrido, la polémica Ley de eutanasia…

Exacto, yo soy muy amor por la vida. Siempre defiendo la vida y, claro, el COVID ha sido un atentado contra la vida, contra nuestros mayores y no tan mayores. Lamentablemente, mi primo que se lo llevó el COVID no tenía 60 años, era joven y, en fin, hablo de temas que creo que pueden empoderar y ayudar a las personas a vivir más despiertos al gran regalo que es la vida y a vivir más felices también.

Bien mirado, leído, reflexionado en la esencia que nos quiere transmitir, el libro suena a una página escrita o capítulo cerrado de su vida desde la cual disponerse a seguir con cuarenta años en la segunda parte de su vida. ¿Hacia dónde dirige ahora o va a dirigir su mirada Irene Villa? ¿Es posible que esté ya pensando en un nuevo libro?

A criar, educar y fortalecer a mis hijos, a dar conferencias que tengo ahora en México y dónde me llamen y a seguir aportando. En cuanto a un nuevo libro, no. Con esto me he vaciado, de momento.

¿Una última reflexión a compartir con lectores tan jóvenes como los universitarios?

Que siempre miren hacia delante con mucho optimismo, una sonrisa y que pueden cumplir los sueños con autoconfianza y autodisciplina.