Abdelatif Hwida: “El cine es la oportunidad de contar tu verdad valiéndote de tus mejores mentiras»

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Redacción: Javier López / Imagen: CEU

El actor y director de cine Abdelatif Hwidar, ganador de un Goya en 2008 por su cortometraje de ficción “Salvador”, ha sido también nominado en la lista final de los Oscars con su última creación audiovisual, “Manspreading”, y sueña con tener suerte para hacer realidad sus sueños de dirigir un largometraje.

Su trayectoria es envidiable, pero ¿cuál considera que ha sido su mayor logro en cuanto a su vida profesional?

Interpretar a un personaje en la obra “Tierra del fuego”, ya que desde el instituto no había hecho teatro y de pronto me propusieron actuar con Claudio Tolcachir, la persona con más talento con la que me he cruzado en la vida, y con un texto arriesgado. Tanto el proceso de armar la obra como de interpretarla para mí fue como descubrir el sexo a los 40.

Y después de todos estos años dedicados al cine, ¿de dónde viene esa pasión tan repentina por las tablas?

Siempre le he tenido respeto y me daba algo de pánico, pero en todas las cosas interesantes de la vida tienes que sentir un poco de vértigo, porque como dicen los taurinos: “sin miedo no hay arte”. Y por eso, cuando surgió esta oportunidad, no podía renunciar.

¿Qué siente que sea diferente actuando en un escenario respecto a hacerlo en televisión?

El teatro te permite un trance mucho más sostenido con el personaje. La improvisación, las variaciones, la presión del público… el teatro es mucho más placentero.

¿En algún momento de su infancia soñó con tener esta vida dedicada al séptimo arte en un futuro?

Como sueño sí, como posibilidad no. Siendo de Ceuta, las posibilidades se reducían muchísimo. Solo podía ver cine si me llegaba por correo algún VHS de un amigo.

¿Cuándo empezó a interesarle este mundo de la interpretación, del cine en general?

En el instituto descubrí este mundo maravilloso y empecé a buscar algo relacionado con el arte de contar historias. Vengo de una familia musulmana con una fuerte tradición oral, y para mí, el construir historias es una forma de entroncar con esa tradición para que el espectador tenga una parte activa en lo que se cuenta.

“La vida es lo que haces aquí ahora y descubrí que para aprender de verdad cine tuve que trabajar de albañil”

El cine ha evolucionado, pero siguen faltando ayudas, ¿cuál es su visión actual de mejora de esta cultura?

Desde la derecha se ha desprestigiado el cine por decir que es un oficio de subvencionados, pero por cada euro que pone el Estado, tiene un retorno de tres. Ahora se hacen películas muy competitivas. El cine ha evolucionado mucho como oficio y como arte.

Ha escrito y dirigido muchísimos cortos, pero ¿piensa en saltar al mundo del largometraje definitivamente?

Hacer una película es una inversión grandísima. Tengo una idea escrita para un largometraje y ojalá algún día pueda trabajar en este proyecto.

Como actor, ¿qué papel de la historia del cine le habría gustado interpretar?

Cualquier actor de las primeras películas de Scorsese, Godard, Truffaut, Berlanga… Hubiera protagonizado “La Última tentación de Cristo”, y alguien de origen musulmán le da un añadido especial.

Y ahora, hablo con su faceta de director. ¿Qué película le hubiese gustado dirigir?

“El Apartamento” de Billy Wilder. Esa película es perfecta en el sentido audiovisual y económico.

Ha ganado numerosos premios por su trayectoria, pero ¿qué es para usted este mundo tan mágico del cine?

Es la oportunidad de contar tu verdad valiéndote de tus mejores mentiras.

«La vida vale la pena con arte o sin arte siempre que tenga a mi familia»

Y, ¿qué cree que transmite al espectador con su forma de hacer cine?

Me gustaría que el espectador viera que es un trabajo honesto, que el trato es horizontal.

Todos los artistas tienen lo que llaman un “motivo” o una “musa”. Como Gala para Dalí, ¿qué o quién es su principal apoyo e inspiración para crear arte?

A la hora de crear y de vivir, mi familia. Para crear hace falta estar armonizado por dentro, y aunque sufra enfrentándome al papel en blanco embarcándome en un vacío, mi familia es el contrafuerte que me sostiene. La vida vale la pena con arte o sin arte siempre que tenga a mi familia.

Ganó el Goya al mejor cortometraje de ficción con “Salvador: Historia de un milagro cotidiano”, un relato sobre el 11-M con una visión personal y emotiva. ¿Cuál es el porqué de esta idea?

El 11-M me afectó como musulmán y como persona, y “Salvador” fue mi venganza. Un moro hablando del 11-M no era la premisa más interesante.

Ha tenido un cortometraje nominado en los últimos Premios Óscar, “Manspreading”. ¿Alguna vez pensó que su nombre sonaría en las listas de estos premios tan prestigiosos en la industria?

Sinceramente no. Llegó un momento en mi vida en el que tenía que distinguir entre ganarme el pan y ejercer mi vocación, y vivía frustrado. Pero la vida es lo que haces aquí ahora y descubrí que para aprender de verdad cine tuve que trabajar de albañil, para disfrutar del cine tuve que ser camarero… son experiencias determinantes en mi forma de concebir este arte.

Por último, obras de teatro, la tercera temporada de Élite… ¿cuáles son los proyectos que tiene en mente para un futuro próximo? ¿Dónde podremos verle en cartelera?

A parte de la nueva temporada de “Élite” que va a ser increíble, en este año se estrenará en cines la nueva película de Achero Mañas, “En un mundo normal”, donde no hago un personaje radicalizado (de moro), por sorpresa. También ando conspirando con un par de ideas para algún proyecto de cortometraje.