Cristina López Barrio: «La etiqueta de literatura para hombres y literatura para mujeres es difícil de superar, pero hay que romperla»

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Redacción: María Bodí y Carles Gallego / Imágenes: Editorial Planeta

La escritora madrileña, Cristina López Barrio, finalista de los Premios Planeta en 2017 con su novela ‘Niebla en Tánger’ ha publicado recientemente, después de seis obras y varios premios, su última novela ‘Rómpete Corazón’. Un libro que mezcla el amor y el misterio, y que nos sorprende con una estructura que rompe las reglas convencionales de la literatura con una forma magistral de narración.

Cristina, ¿por qué ‘Rómpete, Corazón’?

Es un verso de Hamlet, de la tragedia de William Shakespeare, que aparece en el epígrafe del verso al que pertenece, “esto no es bueno ni puede acabar bien, rómpete, corazón, pues he de refrenar la lengua”. Esto es lo que le ocurre a muchos personajes de la novela. Tienen que guardar muchos secretos familiares.

¿En qué se ha inspirado para escribir esta novela?

Me he inspirado en los cuentos de hadas, en mis lecturas de novela policiaca y luego también en investigar un poco de la idea del amor en la literatura de Occidente. Cómo se ha tratado este tema. Hablo muchas veces del amor en mis libros y, en este caso, se trata de un amor obsesivo que deja casi de ser amor. Porque cuando el amor transgrede determinados límites como puede ser anular a tu pareja o se convierte en relaciones tóxicas, posesivas u obsesivas en las que pierdes tu independencia emocional deja de ser amor.  Este es el tema que se aborda en la novela.

Hemos visto similitudes con Aurora de ‘La Bella Durmiente’ de Disney.

Sí. Hay un cuento de hadas familiar que se transmite de madre a hijas y que está relacionado con el cuento de La Bella Durmiente. Lo que pasa es que esta Aurora es sonámbula y camina por el jardín y por la casa. Este cuento de hadas es muy importante en la novela porque una de las cosas con la que juego para crear la sensación de misterio es que este cuento relacionado con La Bella Durmiente se está haciendo realidad. No es el cuento de la bella durmiente clásico, es una vuelta de tuerca junto con una leyenda de San Lorenzo del Escorial, que es donde transcurre la historia. Bebe de los dos cuentos.

En la novela se dan cita varios temas como son el amor, la locura. ¿Intenta transmitir algún mensaje con esta nueva obra?

Yo nunca quiero transmitir ningún mensaje. Creo que la literatura no debe atender a ninguna disciplina. Ni a la moral ni a nada. Yo creo en la absoluta libertad del arte. Creo mucho en la separación de la novela del autor. Cada lector interpreta el libro a su manera y eso es lo bueno. A lo mejor, al final, sí que se puede obtener un mensaje sobre lo que escribo, pero no creo en la literatura con moraleja.

Parece que le guste que la historia tenga melodía. ¿Cómo está estructurada esta novela?

Es una novela que está contada en primera persona por seis personajes. Lo cual, para mí, ha sido un reto porque han sido seis voces distintas que hablan en primera persona al lector, con lo cual deben ser creíbles. La estructura está desordenada en el tiempo. Es un poco puzle y requiere que el lector preste atención y que sea casi investigador. Es una estructura arriesgada porque no es lineal, lo que podría ser más sencilla de seguir, pero fue algo que la historia me pedía. En ella también se utilizan algunas herramientas de guion cinematográfico lo que le dan a la historia mucho ritmo narrativo.

¿Cómo definiría su estilo?

Mi estilo siempre juega con el mundo fantástico. Juega mucho con la imaginación. Mezclar la fantasía con la realidad, el realismo mágico.

«Yo creo en la absoluta libertad del arte. Cada lector interpreta el libro a su manera y eso es lo bueno»

Como García Márquez.

Sí. Es uno de mis escritores preferidos. Para mí es una influencia fundamental. Yo, primero, me considero lectora y después pasé de ser lectora en la juventud a escribir. Todo lo que leo me influye a la hora de escribir.

Habitualmente las tramas de sus obras son todas femeninas. ¿Se pretende mostrar con ello, de alguna manera, el empoderamiento de la mujer?

Para mí el empoderamiento femenino es un tema en el que, como mujer, estoy implicada. Es verdad que es una constante en mis novelas y tiene que ver con mi inquietud personal. Para mí es muy importante hablar sobre mujeres que luchan por la independencia y por ser mujeres que salen adelante. Mujeres que pelean por lo que quieren y que, a veces, tienen que ir contra los múltiples convencionalismos sociales que, ahora, se están rompiendo.

¿Qué fue lo que le llevó a dejar la abogacía y dedicarse a la literatura?

Mi verdadera vocación desde joven era escribir. Empecé a escribir poemas con unos doce años y cuando tenía diecisiete o dieciocho lo que quería era escribir. Pero en mi casa se vivía el derecho como tradición familiar por lo que trabajé como abogado, pero nunca dejé de escribir. Siempre seguía intentándolo. Y de repente en el año 2009, cuando ya llevaba cinco años escribiendo, me presenté a un concurso juvenil, lo gané, publicaron la novela, la enseñé a Plaza & Janes y, finalmente, me la publicaron. Fue fenomenal en España y en el extranjero tras lo cual me ofrecieron un contrato para escribir una segunda novela y dije, apuesto por esto y lo dejo todo.

¿Cómo mujer ha sido difícil abrirse paso en la literatura?

Como mujer ha sido difícil romper una barrera que es la de la literatura femenina y masculina. Da la sensación de que cuando un hombre aborda el tema del amor es universal, pero si lo hace una mujer es para chicas. La lucha de la etiqueta de literatura para hombres y literatura para mujeres es difícil de superar, pero hay que romperla.