¿Y si el diálogo sí es una opción?

0
1355

Opinión de Pau Alemany / Imagen: Congreso de los Diputados

Los resultados electorales de este domingo no dan una victoria clara para ninguno de los dos bloques. Todo sigue igual. El ascenso del PP, que levanta cabeza y consigue 87 escaños, y de Vox (un ascenso meteórico, por cierto), que se planta como tercera fuerza política con 52 escaños, ha sido a costa de la debacle de Ciudadanos. En resumen, dos escaños más para el bloque de derechas que se queda a 27 de la mayoría absoluta. Por su parte, el PSOE pierde tres escaños respecto al 28A, y Unidas Podemos baja hasta los 35. Y la irrupción de Más País se queda en anécdota, con tan solo 3 escaños. La izquierda tampoco suma, ni está cerca.

Con este panorama, la única opción posible para evitar las terceras elecciones pasa por pactar con los nacionalistas y los independentistas. Vox ya dejó claras sus intenciones de ilegalizar a los partidos nacionalistas después de la proposición no de Ley de la semana pasada en la Asamblea de Madrid, apoyada por PP y Ciudadanos. Esto, sumado a varios encontronazos en tertulias televisivas, imposibilita totalmente un gobierno de derechas.

Si miramos el bloque de izquierdas, suponiendo que el PSOE quisiera pactar con Unidas Podemos –que es mucho suponer– no sería suficiente. Y tampoco Más País ayudaría demasiado con sus tres insignificantes escaños. ¿La solución? Conseguir también el apoyo de ERC y del PNB. Una solución rocambolesca que, a día de hoy, nadie ve posible.

A priori, un pacto donde PSOE y ERC se pusieran de acuerdo dejaría debilitados a ambos partidos ante sus votantes. Pero también podría interpretarse como un primer acercamiento para solucionar la cuestión catalana. Sí, una cuestión que ha colapsado la campaña electoral pero que sigue lejos de resolverse. Una solución que debería tener el diálogo como premisa principal y en la que Unidas Podemos podría tener un papel clave para acercar posturas. Veremos cuál de las dos opciones se acaba eligiendo, si seguir con el bloqueo y llevar al país a terceras elecciones o iniciar, de una vez por todas, un diálogo con Catalunya.