Una vida de pasión por la Física Nuclear y el conocimiento

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Javier Haya/ María Lahoz -2º Periodismo

Ricardo Gutiérrez Bernard tiene 92 años pero goza de una vitalidad envidiable. Doctor especializado en Física Nuclear por la Universidad Complutense de Madrid, disfruta escribiendo libros y cultivando su pequeño jardín. Actualmente continúa formándose como alumno de las Aulas Universitarias de la Experiencia del CEU en València.

Ricardo Gutiérrez en su casa. / Foto: Javi Ramia

Nos recibe en su casa junto a su mujer Marisa. “Detrás de un gran hombre, hay una gran mujer. Yo no soy un gran hombre, pero detrás de mí, sí que hay una gran mujer”. Desde el primer momento se percibe su entusiasmo por la Física Nuclear. “Lo que más he investigado en esta vida ha sido sobre mis amigos los neutrones”, bromea. Tras finalizar la carrera de Física, Gutiérrez se doctoró investigando la construcción de un reactor de neutrones rápidos. Ingresó en la Junta de Energía Nuclear y más tarde se trasladó a Escocia para trabajar en una central nuclear durante dos años.
Gutiérrez define una central nuclear como “una factoría de altísima fontanería”. Confía en la seguridad de las centrales y no duda de que viviría más tranquilo cerca de una central nuclear que junto a una presa de producción eléctrica. A su parecer, la energía es fundamental para el desarrollo de la humanidad: “Es una chorrada que un partido se autodenomine progresista, es la humanidad la que tiende a progresar y para eso necesitamos energía”.
Ricardo Gutiérrez no ha limitado su vida al campo de la física. Entre sus aficiones destaca la escritura de libros de temas muy diversos. Entre ellos destaca su estudio sobre las poesías de su bisabuelo Teodoro Llorente Olivares, fundador del periódico ‘Las Provincias’. Después de 40 años en la dirección de la cabecera, el hijo de Llorente, su abuelo, llevó las riendas del periódico durante otros cuarenta años. La tradición se rompió cuando su hijo, también periodista, fue asesinado durante la Guerra Civil.
“Me leí todas sus poesías. Amaba a la mujer, la belleza, la música… Sobre eso escribió Teodoro Llorente Olivares, Místico del Amor, desde un punto de vista que nadie antes había abarcado”. Además, ha escrito Pensamos, una recopilación de sus pensamientos; un análisis de los Fueros Valencianos y un libro con las recetas de su mujer, entre otros. Gutiérrez no busca beneficio alguno: “Los manuscribo, los fotocopio, los encuaderno y los reparto a familiares y amigos”.
Uno de sus cargos más recientes es el de Presidente de la Mutua contra Incendios de València, desde hace dos años. Su objetivo es darle un carácter histórico a esta sociedad centenaria fundada en 1844. Desde entonces está trabajando en la creación de una galería que contenga los retratos de todos los presidentes hasta el momento.
Para Gutiérrez la formación debe ser constante. La vejez no le impide asistir semanalmente a las Aulas de la Experiencia del CEU. Este programa consiste en una serie de cursos sobre temas variados para personas mayores de 55 años. “Estoy estudiando políticas, ética, literatura, ciencia…” Su mujer, Marisa, comenta que estos cursos le mantienen la mente ágil y está considerando apuntarse ella misma el próximo año.
A Ricardo Gutiérrez también le preocupa la juventud y los constantes cambios que está sufriendo la sociedad. “Hay que pensar, la gente no habla. Me da pena ver pandillas de chicos y chicas que en lugar de hablar entre ellos están cada uno con sus móviles. Eso es horrible. Somos esclavos de las tecnologías”. Él escribe a mano, dice que así piensa mucho más.
Ricardo y su mujer Marisa, con su espíritu joven, sorprenden con la cantidad de proyectos en los que se embarcan. Como dijo Teodoro Llorente en uno de sus poemas, que Ricardo Gutiérrez recita: “La tardor que avança/ fem-la primavera/ El cor sempre jove / flors li donarà”.

Ricardo junto a sus compañeros de clase sobre divulgación científica . / Foto: AUEX

17 años de apuesta por las Aulas Universitarias de la Experiencia

Fernando Moliner/ Coordinador Aulas

De manera constitutiva, toda institución universitaria se debe a su entorno y a la mejora del bienestar de quienes viven en el mismo. Cumplir con esa obligación exige una atención proactiva hacia la realidad social, cultural y económica que la rodea, y hacia los desafíos que ésta procura sin tregua.
Para la Universidad CEU Cardenal Herrera, adaptarse a los nuevos retos planteados por esa cambiante realidad tan nuestra nunca ha sido una opción que pudiera frecuentarse con más o menos ímpetu, en función de coyunturas o disponibilidades. Antes al contrario, esa respuesta siempre se ha vivido como un mandato permanente de excelencia, compromiso y cercanía.
La puesta en marcha de las Aulas Universitarias de la Experiencia (AUEX-CEU) fue, en su día, resultado del cumplimiento de ese principio rector y fruto de una temprana y profunda observación de las necesidades derivadas del incremento en la esperanza de vida entre los valencianos.
Pioneras dentro del ámbito de iniciativas similares en la Comunidad Valenciana, las AUEX iniciaron su actividad hace ahora 17 años. Aquella primera mirada, con todo, trascendía la idea de dar con una somera respuesta a la ocupación del “tiempo libre” de nuestros mayores. Su exigencia de nuevas y mayores oportunidades para mantenerse activos y saludables era legítima y reclamaba respuestas igualmente exigentes.
De ahí que, en el momento de diseñar este proyecto, el objetivo fuera brindarles un espacio de ambiente universitario donde pudieran ampliar conocimientos ya adquiridos o acceder a nuevas áreas de aprendizaje. Un lugar que actuara, además, como punto de encuentro de experiencias vitales que aspiraban a continuar su desarrollo personal e intelectual y a ser compartidas con otras semejantes.
Con ese espíritu, y desde sus inicios, la programación académica de las AUEX-CEU se caracteriza por estar ajustada a las expectativas y demandas de nuestro alumnado, más de 100 personas en la actualidad. Ello explica la amplitud y variedad de una oferta formativa que abarca desde las áreas más tradicionales del conocimiento universal – como la Historia, la Religión, el Arte, la Filosofía o el Derecho-, hasta disciplinas como el Cine o la Comunicación.

Alumnos de las Aulas de la Experiencia a las puertas del Palacio de Colomina. / Foto: CEU

Por esa misma cercanía a los intereses de nuestros alumnos, disponemos de varias opciones de horarios (bien lunes y miércoles, bien martes y jueves, en sesiones diarias matutinas de dos horas por jornada), grupos y cuadros de asignaturas, con 15 materias distintas que se imparten a lo largo de 120 horas lectivas por aula entre enero y diciembre.
Junto a las clases, el programa anual incluye la asistencia a ciclos de conferencias organizadas en nuestra sede del Palacio de Colomina. Charlas monográficas en las que expertos de todas las áreas analizan para nuestros alumnos aspectos del saber más clásico, sin descuidar la reflexión de aquellos temas que saltan al debate público de nuestros días.
Completan nuestra programación formativa, las visitas culturales que se preparan a lo largo de los dos cuatrimestres, y la asistencia a talleres temáticos, como los tres que se desarrollarán hasta el mes de junio en nuestras Aulas: Hábitos Saludables, Manejo de Smartphones o Inglés para Viajar.
Desde estas líneas que tan amablemente nos ha brindado ‘El Rotativo’, invitamos a todos los mayores de 55 años a sumarse a esta bella experiencia y a compartir con nosotros la suya propia.
Os damos la bienvenida a creer que el desarrollo personal y el crecimiento intelectual no tienen porqué detenerse o siquiera ralentizarse con la edad. Sobre todo cuando hacerse un poco más mayor no tiene porqué contradecir la sana aspiración de ser un poco mejor.