Gema Marqués / 4º Periodismo
Foto: Lázaro de la Peña / VCF
“He nacido para ser del Valencia, si no, no hubiera nacido”. De esta forma se definía Jorge Iranzo, el que fuera uno de los mayores aficionados del Valencia CF en las últimas décadas. Falleció el 14 de noviembre, pero el valencianismo siempre lo recordará.
Jorge Iranzo vivía por y para el Valencia, como él solía decir, “Mestalla es mi verdadera casa”, y no exageraba, porque tan solo un partido se perdió de los últimos 200 en el feudo valencianista. Aunque no sólo en Mestalla seguía todos y cada uno de los partidos del Valencia CF, de principio a fin, sino que también se recorría miles y miles de kilómetros por España y por Europa, con su famoso Citroen blanco, que poco a poco pasó a convertirse en un vehículo más de la expedición del club.
Ente los aficionados era conocido por su ímpetu, por su afán valencianista, por su implicación, por su espontaneidad, su optimismo; porque nunca se daba por vencido, aunque el equipo perdiera 3-0 en el minuto 80. “Hoy ganamos, de tres para arriba” solía decir antes de cada partido. Y es que los que lo conocieron decían de él que era un hombre que nunca perdía la sonrisa.
Aunque lo que nunca muchos podrán olvidar son sus “calendarios del triplete”, un pequeño anuario que repartía antes de cada encuentro, y donde marcaba todos los partidos que podría jugar el Valencia CF en la temporada, desde un partido de dieciseisavos de Copa, hasta las finales soñadas de Champions.
David Albelda habla de Iranzo como un hombre verdaderamente apasionado, que “superaba todos sus contratiempos para estar siempre al lado del Valencia, y eso sí era amor a los colores”, alega el ex valencianista.
Pero el mayor reconocimiento por la trayectoria valencianista de Jorge Iranzo llegó por parte del club, quien hace meses le entregó la más alta condecoración del Valencia CF; la insignia de oro y brillantes. Además de realizar un acto solemne en su honor, y silenciar Mestalla durante un minuto en el último partido de Liga.
