Javier Iriondo: «Los sueños son necesarios para saber lo que te apasiona»

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Luis Crespo / 1º Periodismo

Javier Iriondo puso rumbo a Estados Unidos en busca de cumplir su sueño de ser deportista profesional de pelota vasca, pero una huelga de tres años le impidió llegar a cumplirlo. Su vida parecía completamente derrumbada, llegando a tocar fondo, pero gracias al dolor resurgió. Actualmente es conferenciante y autor de ‘Donde tus sueños te lleven’, ‘Un lugar llamado destino’ y ‘Los 10 pasos hacia tu cima personal’. El primero de ellos se lo hizo llegar al televisivo Pablo Motos y le impresionó de tal manera que terminó escribiéndole el prólogo.

Dicen que sus libros son escritos desde el alma y que han cambiado la vida a miles de personas. El exdeportista de élite, experto en marketing y desarrollo personal comparte ahora sus vivencias con El Rotativo.

 Pregunta.  Se marcha a Estados Unidos en busca de su sueño de convertirse en deportista profesional, pero una huelga de pelota vasca le impide disfrutarlo. ¿Cómo se sintió?

Respuesta. Fue algo absolutamente inesperado porque yo dejé todo por ese sueño de poder ir a Estados Unidos para poder vivir como profesional del deporte y al poco tiempo llegó esa huelga que duró tres años. Debe de estar en el récord guiness. Al año y medio no aguanté más, me vi en la calle, había perdido absolutamente todo, incluidas las ganas. En ese momento es cuando te conviertes en tu peor enemigo. Fue un derrumbamiento masivo porque estaba en un entorno muy tóxico. Todo era la culpa, la rabia…, nadie hablaba de posibilidades de futuro.

P. Consejo después de lo vivido. ¿Hay que perseguir siempre nuestros sueños?

R. El sueño hay que entenderlo como la gasolina, es decir, ¿a qué aspiras?, ¿qué es lo que te apasiona?. No tiene que ver con lo que puedes llegar a conseguir, sino con lo que te alimenta a conseguir cosas. Las consigas o no, tu felicidad no puede depender de ello. Lo importante de los sueños es que te vayan llevando, que te vayan ilusionando, porque de alguna forma lo importante es en la clase de persona que te vas convirtiendo por el camino. La razón se debe a que cada día vas aprendiendo más, superándote… Te pones retos que te ayudan a crecer, a enfrentarte a tus miedos. Los sueños son necesarios para que uno sepa lo que realmente le apasiona y seguir luchando por ello.

P. ¿Qué es lo que más le apasiona de su trabajo?

R. Lo que me gusta de mi trabajo es el poder aliviar el sufrimiento, el poder ayudar a la gente. Ver personas que gracias a mis libros, talleres y lo que hago, han podido comprender muchas cosas, tomar decisiones y dar cambios radicales en la vida.

P. ¿En qué momento decidió transmitir su pasión a través de los libros?

R. El libro es algo que yo sentía que llevaba dentro desde hacía años. Cuando me preguntan a qué me dedico no sé qué responder, digo que soy reinventor porque me he tenido que reinventar muchas veces: con 17 era profesional del deporte, con 20 me fichan en Estados Unidos y con 23 comienzo de nuevo mi vida en el mundo del marketing y las ventas. El libro surgió de esa necesidad de transmitir experiencias y vidas. Mi vida está camuflada dentro del libro. No es una recopilación de frases bonitas, es una historia basada en hechos reales de un accidente descarado que es verídico y a partir de ahí partes de mi vida.

P. ¿Cómo se produjo el contacto con Pablo Motos con motivo de ‘Donde tus sueños te lleven’?

R. Hay que echarle morro (risas). No lo conocía de nada. Cuando escribí el libro no me conocía nadie, pero yo tenía una fe ciega en el libro. Me hice una lista de 30 editoriales a la que llamé ‘la lista de mis primeros 30 noes’. Estaba dispuesto a llevármelos como ya lo había hecho antes en la vida. Sin embargo, vi algo en Pablo Motos especial, una calidad humana increíble. Imprimí el dossier en Burjassot, lo metí en un sobre y escribí una carta para él. En ella decía: «Si el libro te inspira, te conmueve, te llega, te ayuda de alguna forma, solamente te agradecería una opinión, nada más». Me enteré por Internet de donde se grababa El Hormiguero y me presenté allí con un sobre para Pablo Motos, me preguntaron: «¿de parte de quién?’»y contesté: «yo solo soy el mensajero, nada más». Un mes después, recibí un email de Pablo Motos absolutamente espectacular que reflejó su enorme calidad humana. En ese primer email me escribió lo que se refleja en la contraportada del libro y me dijo también «si alguna vez tienes tiempo y puedes, me gustaría poder invitarte a comer, hablar contigo, conocerte…». El día que nos reunimos hablamos de la vida, de la miseria que habíamos pasado, de los golpes…. Al enterarse de que no tenía editorial me dijo: «¿Cuál quieres?, esto lo tiene que leer todo el mundo». Así nació todo.

P. ¿Qué es lo que diferencia el libro ‘Donde tus sueños te lleven’ de otros libros de autoayuda?

R. Lo primero es que es una historia basada en hechos reales, detrás está mi vida camuflada y es la vida de muchísimas personas. Está escrito en un momento clave, de derrumbe absoluto de una vida que se desmorona y en la cual estaba roto en todos los sentidos, pero fuerte de corazón y de mente en algún sentido. La gente cree que para mí es fácil hablar de fortaleza mental pero es que este libro se hizo cuando yo estaba casi pidiendo dinero para comer. Ahí arranca. En ese momento yo estaba en las alcantarillas de la vida. Creo que una de las claves es que está escrito en un momento emocional, brutalmente sensible, con lo cual muchísima gente es capaz de identificarse con esas emociones.

P. Viendo que el coaching está en auge, ¿qué le recomendaría a los coach que están comenzando su andadura?

R. Lo importante es su propia evolución personal. Creo que para que una persona pueda ayudar a otra tiene que haber atravesado algunas cosas complicadas. Realmente no hago coaching, me he especializado en la intervención estratégica, en la resolución de conflictos emocionales y hago formación, doy conferencias en muchas empresas hoy en día. Coaching en sí no hago, solamente suelo tratar con personas cuando realmente veo un drama. Ahí es cuando el cuerpo me pide intentar ayudar. Lo que odio es el sufrimiento, cuando veo a alguien sufriendo tengo que ir. El coach tiene que ser una máquina de aprender para poder seguir ayudando.