Lucía María Juliá- María Lahoz / 1º Periodismo
Un año más la Feria del Libro de Valencia abrió sus puertas del 20 de abril al 1 de mayo en los Jardines de Viveros. Esta año se celebró el Día Internacional del Libro y el centenario de la muerte de Miguel de Cervantes.
El buen tiempo acompañó las diversas actividades que se programaron destinadas a todos los públicos; entre ellas, los asistentes pudieron disfrutar de recitales, talleres infantiles, presentaciones de libros y conferencias. Además, la Feria amplió su espacio al contar con 40 casetas más que en años anteriores, sumando un total de 90. Neus, voluntaria de la organización, insistió en que esta extensión podía deberse a un incremento de la lectura en la sociedad valenciana. “La Feria es una oportunidad para encontrar cualquier libro porque hay una gran cantidad de librerías y editoriales. Por eso compra más la gente”.
Como en pasadas ediciones, se reservó un espacio dedicado a autores para la firma de libros. Allí encontramos, por segundo año, a Ginés Vera con su particular “No me gustan las lentejas”, su primera novela repleta de trucos, curiosidades y recetas que complementan la trama de la historia. José Martí Gómez presentó también su libro “El oficio más hermoso del mundo”, refiriéndose al Periodismo como la mejor profesión.
La Feria no solo dejó hueco a las novelas, también se inundó de poesía. Elsa López estuvo firmando su nuevo libro “Viaje a la nada”. La autora destacó la importancia de la poesía en el mundo literario: “La prosa no puedes interpretarla, es lo que es. La poesía, en cambio, acepta una interpretación individual”.
Con el doble objetivo de fomentar la lectura y las ventas, este año se organizó el sorteo de tres lotes de libros para todos aquellos compradores.
La 51 edición de la Feria se despidió con muy buenas expectativas y la esperanza de renovar las actividades. Los Jardines de Viveros esperarán hasta el próximo año para acoger más gente con ganas de sumergirse en nuevas historias.
