Una muestra recoge la vida de la mujer en Afganistán

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Aurora Ferrer / 4º Periodismo

A 8.000 kilómetros de distancia, en Afganistán, según datos de Human Rights Watch, el 87% de las afganas sufren maltrato psicológico, físico o abusos sexuales a lo largo de su vida. La mujer en este país está siempre vinculada a una figura masculina, ya sea su padre o su marido. En 2008, UNICEF calculaba que el 57% de las afganas son obligadas a casarse antes de los 16 años.

Una exposición en Valencia muestra ahora este drama social. Gervasio Sánchez, fotógrafo y periodista especializado en conflictos armados, y Mònica Bernabé, corresponsal en Afganistán para El Mundo (2006-2014), han creado el proyecto Mujeres. Afganistán que nos cuenta la vida de las mujeres afganas a través de las fotografías de Sánchez y los textos de Bernabé. La exposición, que estará hasta el 14 de febrero en Centre Cultural La Nau de Valencia, muestra “que la violencia contra las mujeres en Afganistán surge en el seno de la familia y es endémica”, según explica Bernabé.

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Visitantes a la exposición celebrada en Valencia. / Foto: A.F

Afganistán es el único país del mundo donde el número de mujeres que se suicidan es mayor al de hombres. Una de las prácticas más habituales, sobre todo, en la provincia de Herat (oeste del país) es quemarse a lo bonzo. Las jóvenes piensan que el fuego las matará con rapidez pero lo cierto es que es una muerte dolorosa y lenta. Las que sobreviven tienen secuelas para toda la vida. Marta García, está casada y tiene dos hijos, ha visitado la exposición porque un amigo se lo había recomendado: «Me he quedado sin palabras, son fotografías estremecedoras». Uno de esos casos de desesperación de los que habla Marta es el de Fátima, una joven de 25 años que se echó por encima un vaso de gasolina y se prendió fuego. Con el 72% del cuerpo quemado, murió en el hospital un mes después.

Machismo

Mientras los talibanes estuvieron en el poder entre 1996 y 2001, las mujeres no podían trabajar fuera de casa, estudiar ni tampoco recibir asistencia médica y, además, estaban obligadas a llevar burka. Pese a ello, Bernabé explica que el problema persiste estén o no los talibanes en el poder: «Afganistán es un país profundamente religioso, machista y conservador».

La impunidad ante los crímenes machistas impresiona a quienes visitan esta exposición. Antonio Sánchez es universitario y tras visitar la muestra, dice estar sorprendido por los relatos de las mujeres afganas. «Me ha impresionado la vida de Habiba, una mujer diputada que cuenta como trabajar en el Parlamento le permite mantener la custodia de su hijo de 10 años y no ser obligada a casarse con su cuñado». Habiba es uno de los testimonios que cuenta la periodista Bernabé en la exposición. Se casó forzada por su familia y 17 días después su marido fue asesinado. Ahora la familia política le exige casarse con el hermano de su difunto marido, tal y como dice la tradición en Afganistán. Pero por el momento, ser parlamentaria en Kabul está siendo su vía de escape.

Los correccionales y cárceles de menores están llenos de mujeres que han sido violadas o que han huido de sus hogares por los malos tratos o un matrimonio forzado. Esto ocurre porque las relaciones fuera del matrimonio son un delito. El adulterio en Afganistán está penado con hasta 15 años de cárcel. «Lo primero que hace la policía cuando detiene a una joven es hacerle una prueba de virginidad», comenta Bernabé en los textos. Mursal tiene 16 años y está condenada a pasar un año y medio en un correccional. Su delito es haber pasado la noche en casa de un amigo cuando huía de los maltratos de su hermano. Shakila también ha sido condenada a un año y medio en el correccional. Tiene 15 años y se enamoró de un joven que su padre no aceptaba.

En Afganistán, detrás de cada mujer, hay una vida llena de abusos y maltratos pero también de superación. Las afganas luchan a diario por cambiar las cosas. El estadio de deportes de Kabul fue, durante el régimen talibán, el lugar donde cortaban las manos o ejecutaban a quienes no cumplían con sus preceptos. Durante el régimen el deporte estaba prohibido. Hoy, jóvenes afganas juegan a fútbol en el mismo estadio. Bernabé asegura que «es la imagen más significativa del cambio respecto de la época de los talibanes».

Cifras alarmantes

Muchas organizaciones coinciden en que Afganistán es el peor país para las mujeres, pero hay otros países que le siguen de cerca. En India el 80% de los matrimonios son acordados por los padres de los contrayentes, según datos de la Fundación Vicente Ferrer. Un informe de American Journal of Public Health muestra como en la República Democrática del Congo 48 mujeres son violadas cada hora. En Somalia el principal problema de ser mujer está en el alto porcentaje de niñas que son sometidas a la mutilación genital. UNICEF calcula que el 95% de las niñas somalíes de entre 4 y 11 años son obligadas a ello. En Europa las cifras de asesinatos por violencia a la mujer cada vez son mayores, 13 millones de mujeres sufrieron violencia física, 3,7 millones violencia sexual y 9 millones acoso sexual en 2014, según la Agencia Europea de Derecho Humanos.

Este proyecto empezó en 2009 y ha sido producido por la Asociación por los Derecho Humanos en Afganistán. Las últimas fotografías son de 2014. Para realizar esta exposición de 150 fotografías han sido necesarios varios viajes de Gervasio Sánchez a Afganistán. Por su parte, Mònica Bernabé ha vivido 8 años en el país. La muestra estará hasta el 14 de febrero en Valencia pero sigue en San Sebastián después de haber pasado por Barcelona y Vitoria. El objetivo de ambos periodistas es darle la mayor difusión posible a un problema que ha perdido el interés mediático desde que empezaran a salir las tropas extranjeras del país.