Cáritas Diocesana de Valencia ha presentado su Memoria Institucional 2012 en su sede principal situada en la Plaza Cisneros. Una memoria de la que se desprenden datos que poco invitan al optimismo: Un total de 101.775 personas han sido beneficiarias de la obra de esta Cáritas, lo que supone un aumento del 9% respecto a 2011 y de un 170% en comparación con las cifras del año 2007.
«Juntos cambiamos la historia» es el lema que acompaña a Cáritas en su proyecto en el mundo. Cuatro palabras impregnadas en cada uno de los rincones de una ONG que centra su labor en la ayuda hacia los más pobres, guiada por la doctrina caritativa de la Iglesia.Ese cambio de historia pretendido por la organización se presenta en la actualidad como un reto gigantesco a la vista de los datos presentados. «La situación es así porque se está excluyendo a las personas en lugar de poner el acento sobre ellas», afirmaba la directora de Cáritas Valencia Mª de la Concepción Guillén.
De las más de 100.000 personas ayudadas por la Organización, más del 49% son españoles y 30.000 son menores de edad. Las causas de esta realidad según laInstitución son el crecimiento del desempleo y la consolidación del agotamiento del sistema de protección. En este sentido, la secretaria general de Cáritas Valencia, Fani Raga, indicaba el hecho de que la crisis golpeó «primero a los inmigrantes, pero luego pasó a los españoles que se vieron obligados a pedir ayuda». La labor de Cáritas se centra en el acompañamiento y en la cercanía continuada, con un total de 1.197 inserciones laborales en cerca de 125 parroquias de la diócesis.
La secretaria general explicaba en el acto la importancia de los cursos de formación y los proyectos de infancia y familia puestos en marcha por la organización con el objetivo de la integración. Además, Raga explicaba que nada de esto sería posible sin la labor de los voluntarios, que suponen «el 98% de los trabajadores de Cáritas, la mayor parte de ellos mujeres». En el capítulo de ingresos, la secretaria general destacaba el hecho de que el 76% de los mismos «fueran fondos propios, procedentes de colectas, socios y de la solidaridad de la sociedad en su conjunto». Pese al aumento sustancial de la ayuda de Cáritas, tanto la directora como la secretaria general no se mostraban satisfechas en absoluto: «Estamos preocupados por la pérdida progresiva de derechos sociales, la invisibilización de la pobreza en los países del sur y por la reducción del presupuesto de la Generalitat en protección social».
Contribución de la Generalitat
Pese a que la mayor parte de los fondos de Cáritas son propios, las ayudas procedentes de las administraciones públicas son más que necesarias. «Nos preocupa el hecho de que las familias estén atendidas, si las políticas de la Generalitat no van encaminadas a ese objetivo, Cáritas y la Iglesia debemos ser altavoz de la situación. Es necesario modificar la reciente reducción en los presupuestos de colaboración», indicaba Raga. Además, la secretaria general abogaba por la dación en pago en el asunto de los desahucios, porque todos «tienen el derecho a una vivienda digna».
El obispo de Tortosa Enrique Benavent también participaba esta mañana en el acto de presentación de la Memoria de 2012. Benavent ensalzaba la labor de una organización «impregnada en toda su acción por los valores de la Iglesia» y destacaba su «actitud dinámica» por la adaptación a las nuevas formas de pobreza». «Los gestos y las palabras del Papa Francisco están siendo fundamentales para alentar en la ayuda a los pobres, que debe estar en el centro de la vida cristiana, añadía el obispo. Asimismo, la secretaria general de Cáritas concluía con la afirmación de que en Cáritas «la pobreza nos asusta, pero la desigualdad nos indigna».