El CEU fomenta la formación de voluntarios en solidaridad

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La Cátedra de Solidaridad del CEU se une a nueve organizaciones de ayuda valencianas para atraer a universitarios con inquietud por la colaboración

Campaña de ayuda de Cáritas en Camboya / Foto: Cáritas.
Campaña de ayuda de Cáritas en Camboya / Foto: Cáritas.

Se dice que los jóvenes están centrados en pasárselo bien, pero muchos de ellos tienen inquietud por colaborar en actividades solidarias”, asegura Filo Zaragozá, coordinadora de la ONG Casa Grande. Por ello fue tan importante el curso de formación del voluntariado que organizó la Cátedra de Solidaridad de la Universidad CEU Cardenal Herrera. Se dividió en cuatro jornadas en las que los alumnos asistentes pudieron conocer “en qué consiste el voluntariado, los diferentes tipos que hay y las ONG en las que pueden desarrollar su solidaridad”, indica Enrique Lluch, coordinador de la Cátedra.

Conocer en qué consiste el voluntariado, objetivo de las jornadas

Cáritas, la Casa Grande, Avapace, Asindown, Fundación Ángel Tomás, Fontilles, Jóvenes y Desarrollo, Entreculturas y Manos Unidas fueron las organizaciones de ayuda que charlaron con los jóvenes y aportaron su granito de arena a este curso. Todas coinciden en el mismo punto: la formación del voluntario es completamente necesaria.
Formación especializada

El director de la Fundación Asindown, Sergio Senabre, valora “la buena voluntad de todos los voluntarios”, pero admite que sin una “preparación previa, no sirve de nada”. En su organización cuentan con dos cursos de formación en los que les explican cómo se debe tratar con las personas con síndrome de Down, casos prácticos y algunos principios básicos. “Pretendemos que no se comentan los errores que hoy día vemos en la sociedad con este colectivo”, aclara Senabre.

Por su parte, Avapace es la asociación que presta apoyo a las personas con parálisis cerebral. Su voluntariado también pasa por una formación, en su caso muy importante, para saber cómo prestar apoyo a estas personas. Los colaboradores prestan su ayuda “en los programas de ocio de la entidad -viajes o excursiones- y en actividades de participación social, que no podrían realizarse sin ellos”, asegura Mariano Lloria, coordinador técnico de Avapace.

Capacidades personales

El plan de acogida de la Casa Grande trabaja con el voluntario de forma grupal e individual, dependiendo de la actividad concreta de la asociación a la que vaya a incorporarse y del momento en que llega. A pesar de esto, la coordinadora y trabajadora social de la Casa Grande explica que cada actividad necesita, además, de “unas capacidades con las que la persona ya tiene que llegar”, y que en gran parte se trata de “actitud y maneras de ser”. De este modo, la entidad remite a los voluntarios que llegan a la actividad más acorde a su perfil personal. “Cualquier persona con ganas de practicar la solidaridad conjunta es susceptible de participar como voluntaria en la Casa Grande”, sentencia Zaragozá.

El director de Asindown, Sergio Senabre, en la Universidad CEU Cardenal Herrera. / Foto: CEU
El director de Asindown, Sergio Senabre, en la Universidad CEU Cardenal Herrera. / Foto: CEU

La Fundación Ángel Tomás presta ayuda a los jóvenes más necesitados. Cuenta con un centro de acogida de menores, pisos de emancipación y centros de día. En ellos el papel del voluntario es crucial para “la acogida de los chavales, el refuerzo educativo y la atención más individual”, exlica Carlos Tarancón, secretario técnico de la fundación.
Otra de las asociaciones que acudió a este curso es Cáritas. Esta organización se fundamenta principalmente en el voluntariado, que sustenta todos los proyectos y servicios de ayuda que promueven. Para colaborar con la entidad, se requiere seguir un proceso de formación. En primer lugar, preparación básica sobre el modelo de trabajo y los proyectos; “luego una más especializada que otorgue una visión más profunda de las actividades concretas”, señala Ana López, responsable de Voluntariado y Recursos Humanos de Cáritas.

Por el buen camino
Para todas estas asociaciones, la realización de este curso de voluntariado es un gran acierto, y marca el buen camino en la colaboración social. Por una parte, son los jóvenes el público objetivo de los programas de voluntariados y “la universidad es un vivero de población susceptible de colaborar”, aseguran desde Avapace. Por otra parte, acercar a los alumnos las realidades que convergen en la sociedad puede hacerles abrir los ojos y crear una mejor sociedad del futuro. “Si a ellos les cambiamos la imagen y les inculcamos las formas correctas, avanzaremos mucho”, asegura Senabre, de Asindown. La coordinadora técnica de Jóvenes y Desarrollo, Toya Carbonell, añade, además, que resulta “imprescindible trabajar en esto porque los universitarios necesitan conocer un poquito más la realidad global y las causas que generan desigualdad y pobreza en el mundo”.

«Los universitarios necesitan conocer la realidad global», señala Toya Carbonell

Ana López, responsable de Voluntariado y Recursos Humanos de Cáritas Valencia./ Foto: CEU
Ana López, responsable de Voluntariado y Recursos Humanos de Cáritas Valencia./ Foto: CEU

La idea de promover este curso de formación al voluntario fue del CEU y Fontilles. Ambos tenían en la mente un proyecto como éste y se unieron para trabajar en él. “Es necesario llegar a la gente joven, para que nos conozcan y poder formarla en el voluntariado”, señala Carbonell.

Un nuevo camino para los alumnos

El curso de formación de voluntarios no dejó a nadie indiferente. Los alumnos que asistieron a las cuatro jornadas en las que se dividió han quedado realmente satisfechos con cómo se han desarrollado y con la información que las nueve organizaciones les han brindado.

José Enrique Val, alumno de 2º curso del grado de Ciencias Políticas, asegura que le dejó muy satisfecho el desarrollo del curso. “Todas las charlas fueron realmente interesantes. Te abren los ojos a la sociedad, porque no todo es tan bonito como lo vivimos rodeados de nuestra familia y amigos”, señala Val.
Además del acierto de la información transmitida por las entidades, los alumnos destacan la forma con la que la compartieron. “Con detalle, recurriendo a ejemplos prácticos y audiovisuales”, asegura Alba Villarreal, otra alumna de grado de Políticas.

En muchos casos, los participantes en el curso iban con el interés de entrar en las actividades de voluntariado, pero les faltaba una visión total de la solidaridad en la Comunidad. Es el caso de Val: “No conozco el mundo de las ONG, pero estoy realmente decidido a colaborar con alguna. Necesitaba un curso así”. Villarreal coindice con él en su interés por entrar a formar parte de alguna asociación de ayuda, “sobre todo las que trabajan de primera mano con niños”, explica la alumna.
Estas asociaciones y la Cátedra de Solidaridad del CEU pueden estar contentos con su trabajo, ya que han dado el empujón que les faltaba a muchos. “Ahora estoy convencido al 100%”, indica Val.

La solidaridad internacional, un cambio personal

L as asociaciones Jóvenes y Desarrollo y Fontilles trabajan también en la cooperación internacional. Su voluntariado puede viajar al países del sur en los que la ayuda nunca resulta suficiente. En este caso, el resultado no es solo la mejora en las zonas donde trabajan los proyectos, sino en la experiencia del voluntariado, un cambio personal.
La coordinadora técnica en la Comunidad Valenciana de Jóvenes y Desarrollo, Eva Caballero, asegura que más “que un fin en sí mismo, estos proyectos suponen un medio para conocer las realidades que convergen”. Al voluntario se le debe plantear “un proceso de descubrimiento personal, averiguar qué cosas no gustan en esta realidad que viven y cómo se puede cambiar”, añade Caballero.

Aunque puede parecer una experiencia completamente diferente a la que puede vivir un voluntario en un proyecto a nivel local, Caballero asegura que el cambio no es tan grande. “Tanto la solidaridad a nivel local como en el plano internacional responde igualmente a un proceso; simplemente cambia la realidad que la persona decida apoyar: si aquellos con quienes convives, o si buscas dar un paso más allá y enfocar esa experiencia en otro contexto totalmente diferente al que conoces”, explica la coordinadora técnica en la Comunitat de Jóvenes y Desarrollo.
En estos proyectos, la formación del voluntario es clave ya que hay mucho “que entender previamente del lugar en el que vas a estar, y actitudes que hay que entrenar”, señala la técnica de Educación para el Desarrollo y Voluntariado de Fontilles.

Sin embargo, en los proyectos en países del sur se suele “contar más con un voluntariado profesional, como médicos o educadores”, ya que hay más necesidad de ello que del acompañamiento que suelen hacer el resto de los volutnarios.

Manolo Lloria: “Siempre está bien contar con más gente para nuevas ayudas”

Manolo Lloria, coordinador de Avapace, en el curso del CEU. / Foto: CEU
Manolo Lloria, coordinador de Avapace, en el curso del CEU. / Foto: CEU

Las asociaciones de ayuda han notado en el último año un aumento del número de personas interesadas en el voluntariado en la Comunidad Valenciana. Se muestran muy contentos con ello y, aunque la mayoría reconocen tener las necesidades cubiertas, Manolo Lloria, coordinador técnico de Avapace, explica que “siempre está bien contar con más gente, para poder desarrollar más actividades y abarcar la ayuda a más personas”.
A pesar del buen panorama, muchas de estas ONG’s demandan ya nuevos voluntarios para renovar su bolsa de cara a nuevos proyectos. La Casa Grande es una de ellas. En verano comienzan las actividades de tiempo libre con los niños de la asociación y necesitan “diez jóvenes con experiencia en el trato de niños y con ganas de prestar su tiempo libre a la ayuda de quienes les necesitan”, indica Filo Zaragozá, coordinadora y trabajadora social de la Casa Grande.
Por este motivo continúan haciendo llamamientos, especialmente, al perfil del joven universitario. En palabras del secretario técnico de la Fundación Ángel Tomás, Carlos Tarancón, el voluntariado en los jóvenes es esencial “para mostrar distintas realidades, de las que muchas veces no son conocedores en su día a día y para que tomen conciencia”.
Las ONG’s creen que la crisis y las altas tasas de paro pueden ser uno de esos motivos por los que “cada vez se acerca más gente, para ocupar su tiempo libre”, afirma la coordinadora técnica en la Comunidad Valenciana de Jóvenes y Desarrollo. Uno de los aspectos que se deben mejorar es la continuación de estos voluntarios dentro de las organizaciones. “Lo más difícil es que permanezcan”, señala el coordinador de Avapace. Por su parte, Caballero aclara que, luego, “muchas personas no siguen colaborando con las distintas ONG’s por motivos personales”.
Otro punto en el que hacen hincapié estas entidades es en la necesidad de voluntariado especializado. Cada vez más “se desarrollan programas de salud o educación” en profundidad que requieren “de profesionales del cada sector”, comenta Sergio Senabre, director de la Fundación Asindown. Por otro lado, una tendencia creciente en los últimos años es la “aparición del voluntariado jubilado”, explica Senabre. Cada vez más la sociedad entiende que con su tiempo libre puede ayudar a mucha gente.

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