Con una sólida trayectoria profesional en Marketing e Internacionalización ejerciendo de coach para extranjeros en Shanghai, a Patricia Vicente le cuesta reconocer el país natal del que partió hace algo más de seis años. Su valoración de la situación económica española le merece la calificación de “crítica”: “Tengo la sensación de que la gente está esperando que la solución caiga del cielo en vez de coger las riendas y cambiar la sociedad”.
Pregunta. ¿Piensa que nos falta algo de iniciativa?
Respuesta. Más que iniciativa lo que hace falta es que reaccionemos adecuadamente a lo que está pasando. Pienso que la situación es suficientemente grave y quizá no se esté notando mucho por el apoyo familiar que hace que la situación esté contenida, pero eso no va a durar siempre y tampoco se ven mejoras. Es cierto que hay gente que empieza a tener iniciativas individuales bastante interesantes pero en la sociedad en sí todavía no veo esa reacción que hace falta para que cambien las cosas.
P. ¿Considera que la solución pasa por emigrar?
R. No siempre. Cada uno debe elegir su propio camino en función de sus circunstancias. Lo que está claro es que si sigues haciendo lo mismo que estás haciendo hasta ahora vas a obtener el mismo resultado y tendrás que buscar alternativas. Irse fuera es una pero quizá no sea para todo el mundo.
P. Irse al extranjero en la actualidad, ¿se ve como una oportunidad o como una resignación?
R. Para mi tiene muchas cosas buenas salir del país. El problema viene cuando la gente que nunca se había planteado tener que irse lo hace por obligación. Por eso, lo que yo planteo es: En el caso de que tengas que irte, intenta darle la vuelta, saca lo positivo, aquello que te pueda dar motivación y fuerza para irte. A lo mejor requiere, por ejemplo, cambiar de profesión, o emprender. Obviamente son cosas que quizá una persona no se había planteado o incluso no quiere hacer pero hay que poner todas las opciones encima de la mesa y valorar cuál es la mejor.
P. ¿Qué motivaciones hay detrás de los españoles que desean marcharse?
R. Básicamente lo hacen para poder tener un desarrollo profesional adecuado. Uno de los principales problemas de España, además del paro, es que la gente que está trabajando lo hace, a veces, en condiciones indignas por el trato profesional y el nivel salarial que no es el que se merecen muchos profesionales que están dentro del mercado laboral en la actualidad, además de la situación continua de miedo de ser el próximo en quedarse en la calle ante la perspectiva de no poder volver emplearse en mucho tiempo porque no hay rotación.
Generación perdida
P. ¿Cree usted que existe una generación perdida?
R. Definirse así es una especie de rendición, asumir que no tienen nada que hacer y a mi me parece todo lo contrario. Se encuentran con un sistema que no funciona y son los próximos que tendrán el poder. Lo que yo propongo es que salgan fuera, que vean otra forma de hacer las cosas y que las incorporen aquí y cambien la sociedad.
P. ¿Aconseja salir al extranjero a los más senior?
R. La gente más mayor es la que tiene mayores barreras a la hora de tomar la decisión. Es un drama la gente que se queda en el paro con un nivel de experiencia y de formación muy elevado y que no tiene expectativas de incorporarse al mercado de trabajo. Les recomendaría que se marcharan porque son personas que tienen unos valores profesionales adquiridos que realmente pueden ser muy valorados en otros países.
P. ¿Es cierto que en China hay muchas y buenas oportunidades laborales para los españoles?
R. Las mejores oportunidades de desarrollo profesional están en los sitios menos explotados, como el sur. En Pekín o Shanghai hay demasiada gente. Cuando llegué en 2006 tenías 4 ofertas laborales cuando ponías un pie allí y ahora no es así. Aún quedan oportunidades pero tienes que competir con una fuerza laboral de profesionales locales formados en las mejores universidades americanas que están regresando. Creo que para muchos trabajos aún es necesaria la participación de extranjeros pero lo cierto es que está cada vez está más complicado entrar.
