Con motivo del 80º aniversario del artista Juan G. Ripollés el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) acogerá hasta el 20 de enero la exposición «Las musas de Juan Ripollés».
La exposición está compuesta por un total de 124 obras que permiten «mostrar toda la trayectoria del artista de la Comunidad Valenciana, desde su juventud hasta hoy», afirma Michèle Dalmace, comisaria de la exposición. Dalmace declara que nunca se le había hecho “ninguna retrospectiva» y que ésta, permite mostrar «todo el abanico de los géneros que ha ido desarrollando» a lo largo de su carrera artística.
La muestra está distribuida en distinta salas, la primera sala es diacrónica y el resto de la exposición se fundamenta en el eje de las musas. En este sentido, para Ripollés las musas han sido “las mujeres, o mejor dicho, las hembras” que han pasado por su vida al haberle ofrecido “ilusiones de vivir”. En la exposición las musas se representan como fuentes de felicidad y sabiduría. La vida y la naturaleza es otra fuente de inspiración: “la cultura de la tierra es muy diferente a la de asfalto porque la del asfalto está coja”, admite el artista.
Entre sus obras se pueden encontrar esculturas con diferentes materiales como hierro, bronce, fibra de vidrio o cristal de Murano; pinturas que rinden un homenaje a Picasso y varios tipos de grabados con diferentes técnicas, desde el grabado al humo hasta la punta seca, pasando por el grabado matérico.
Toda una vida dedicada al arte
A sus ochenta años, Ripollés opina que para aguantar una vida entera “hay que ser naturales” porque por cultura “el oficio produce cansancio”. “El truco está en convertir el trabajo en diversión” declara el artista de Castellón .
La afición le ha acompañado toda su vida porque siente la necesidad de manifestarse. Ripollés declara satisfecho: “estoy en el mundo que quiero estar, quiero lo que tengo, que es la ilusión de lo que hago”. El artista se autodefine como un cultivador de libertad porque convierte su trabajo en diversión, “vivo a mi necesidad y hago lo que deseo hacer, que es vender trozos de mi libertad”.
La obra de Ripollés se caracteriza por la multitud de perfiles. “El arte es una manera de ver la vida y una necesidad de estar siempre de frente a las cosas”, reflexiona el artista, “me gusta ver la vida como viene, no me gusta verla de perfil ni por detrás; raramente vuelvo la mente para recordar el pasado, me interesa mucho el presente porque es donde vivo”.
