Desde el Concilio de Trento, en el siglo XVI, el cant de la Sibil·la no se había vuelto a representar
La catedral de Valencia vistió sus mejores galas para convertirse en la sede de tan ansiada representación que ha supuesto, además de lo concerniente a la cuestión histórico-cultural, la unión de numerosos colectivos y asociaciones valencianas como son la Capella de Ministrers, dirigida por Carles Magraner, el Coro de la Generalitat Valenciana, la Universitat de Valencia y el Gremio de Campaneros de la Catedral, y que han trabajado conjuntamente para poder ofrecer un magnífico concierto.
Con un repertorio compuesto por Toque a maitines, Música Angélica y el Cant de la Sibil·la, el público pudo disfrutar de un concierto que no hacía distinción de edades. Claro ejemplo de ello son Clara y Laia, unas de las espectadoras más jóvenes disfrutaron mucho de todo el concierto. Con sus doce años, estas hermanas aseguraron que están “acostumbradas a escuchar música de este tipo” porque su padre es músico. Además, las jóvenes espectadoras no dudaron en afirmar que lo que más les gustó fue cuando “cantó José Escorihuela”, un niño de doce años de la Escolanía de la Reial Basílica de la Mare de Déu dels Desemparats de València que fue quien puso la voz a este canto.
También se contó con la presencia de la consejera de Turismo, Cultura y Deporte, Lola Johnson. La consejera destacó de forma positiva el trabajo en equipo y señaló que era vital «capitalizar la experiencia de todos estos grupos y convertirla en actos como estos que unen la cultura, nuestras tradiciones y la historia”.
La gran respuesta a la convocatoria fue también muy gratificante para la consejera, quien admitió que la sociedad valenciana “es consciente de este gran tesoro cultural que poseemos”. “Los valencianos demuestran en actos como el de hoy que hay que poner en valor nuestra cultura y utilizarla, no solo para transmitirla a futuras generaciones, sino como embajadora de nuestra tierra”, declaró Johnson.
Una milenaria tradición
El cant de la Sibil·la tiene un carácter paralitúrgico y se escenificaba en Navidad en las catedrales. La Sibila era una profetisa que en la mitología clásica griega anunciaba el fin del mundo. Posteriormente, en la Edad media, el cristianismo adaptó este canto al concepto bíblico del Juicio Final. Durante siglos solo se conservó en Mallorca y l’Alguer aunque en los últimos años se está recuperando en Barcelona y otros municipios valencianos como Onteniente o Gandía.
La versión autóctona que se interpretó en Valencia tiene sus orígenes en esta seo metropolitana y fue descrita en la Consueta de 1527. Además, los instrumentos musicales que se utilizaron son fieles recreaciones de los que tocan los ángeles músicos del retablo del altar mayor de la catedral que se descubrieron en el año 2004. Estos instrumentos suelen estar expuestos en el Instituto Valenciano de la Música y solo se tocan en ocasiones especiales como esta. Además de este concierto, El cant de la Sibil·la valenciana fue interpretado el pasado domingo en la Iglesia de Santa Bárbara de Madrid.
