Cataluña rechaza el desafío de Mas

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Las elecciones catalanas han dibujado un escenario inesperado para Artur Mas. El líder de CIU aprovechó el empuje de la Diada y la falta de acuerdos con Mariano Rajoy por un pacto fiscal con el fin de iniciar en solitario un proyecto soberanista. El plan consistía en adelantar las elecciones y obtener una mayoría que sirviese de excusa para plantear un referéndum que dirimiera cuál es la voluntad de los catalanes. Sin embargo, el presidente de la Generalitat observó en las urnas el domingo 25 de noviembre cómo perdía escaños de manera histórica.

Artur Mas en las elecciones catalanas del 25-N. / Rubén Moreno
Artur Mas en las elecciones catalanas del 25-N. / Rubén Moreno

La propuesta de CIU no ha obtenido la respuesta que se esperaba y, en los medios, la lectura de los resultados empieza de forma unánime por la palabra «fracaso». Para la delegada del ABC en Barcelona, María Jesús Cañizares, el «batacazo» se debe «al exceso del personalismo que Mas ha impuesto durante la campaña». «Ahora se complica todo. Para gobernar va a necesitar pactar con ERC y  la ruta soberanista podría seguir pero en el aspecto económico habrá que ver cómo se plasman estos posibles acuerdos», explica la periodista. Con un prisma similar valoran los comicios el redactor de política de Público, Iñigo Aduriz, y de La Vanguardia, Iñaki Erakulla. «Es cierto que la consulta coge fuerza con dos partidos independentistas gobernando pero el desafío de Mas ha beneficiado a ERC, que son los que lo venían pidiendo históricamente», afirma Aduriz.  Por su parte, Erakulla cree que perder la estabilidad que había por el empuje de la Diada «no se puede calificar de otra forma que de fracaso. Mas pensaba que tendría todo el poder y ahora se encuentra un panorama difícil».

Opciones de Gobierno

Para el periodista de La Vanguardia las opciones pasan ahora por un pacto «poco probable con el PSC o ERC. En este caso es más posible porque CIU esta ahora abierto a recuperar algo muy simbólico que venía en el programa de ERC: el impuesto de sucesiones. Si a eso se suma que comparte el proyecto de referéndum, se hace muy posible un gobierno con estas dos formaciones aunque es evidente que CIU se ha complicado la vida». No obstante, Aduriz destaca que se ha constatado que hay «una mayoría que pide consulta, aunque las elecciones no son en ningún caso el mismo escenario que el de un referéndum. Si llega ese momento, habrá que ver la postura de todos y la participación». En ese sentido, la delegada de ABC en Barcelona cree que no hay que negar que en el Parlamento «hay mayoría independentista» pero que a la hora de una consulta, «si sumas votos, no está tan claro. No todo votante de CIU es independentista, tampoco en ICV, y faltan los votos en blanco y la abstención». Además, para Erakulla, el proceso «pierde fuerza, y eso que parecía imparable desde la Diada».

Otra de las lecturas que hacen los tres periodistas es el fiasco del PSC y el triunfo de Ciutadans. «Parece que han cogido fuerza y votos de la clase media del área metropolitana. Son una marca nueva que atrae a los votantes desencantados con el PSC, un partido que ha sido muy tímido al pronunciarse». Lo mismo opina Cañizares, para la que la tercera vía federalista del PSC era «muy ambigua y no se ha entendido». En cuanto al resultado del PP, la periodista de ABC cree que, «pese a pasar a ser la cuarta fuerza, ganar un escaño y 80.000 votos sorprende, pues no han recibido el castigo por los recortes de Rajoy». La conclusión de Erakulla es que Cataluña es «más plural de lo que se pensaba» y que  a la hora de una consulta «el resultado estaría al 50%».

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