Un futuro drámatico para los jóvenes talentos valencianos

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La crisis que asola el país, sacude también las aulas de los centros de arte dramático

Nerea Castro / 2º Periodismo
Espectáculo de una escuela de Arte Dramático / Archivo
Espectáculo de una escuela de Arte Dramático / Archivo

Con las crisis por la que atraviesa España en estos años, el futuro se plantea complicado para cualquier joven, pero para los estudiantes valencianos de Arte Dramático, esto no es ninguna novedad. “No creo que sea más difícil hoy en día que para un estudiante de cualquier otra carrera, lo que pasa es que en este mundo lo era siempre”, afirma Leopoldo García, director de la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD) de Valencia.

En este sentido, Ita Agaard, jefa de estudios de la Escuela de Teatro, Cine y Televisión Off Valencia, añade que la situación es “especialmente” preocupante para los jóvenes porque “lo más complejo es empezar y ahora mismo hay pocas opciones”.

La incertidumbre
Ana Lacruz tiene 23 años y es una de tantas estudiantes de teatro que desde pequeñas soñaron dedicarse a este mundo. Sin embargo, combina sus estudios vespertinos de Arte Dramático con la carrera de Odontología que está acabando. “Mis padres siempre me dijeron que debía buscar algo sobre seguro y luego dedicarme al teatro”, asegura ante el futuro “incierto” que puede brindarte una profesión como esta.
Además, Lacruz apunta que uno de los principales problemas para darse a conocer en este mundo es que por más que estudien, “al final no cogen al más preparado”: “Es cuestión de tener suerte en los cástings”.
Un ejemplo de esto es el joven actor valenciano Héctor Juezas, que con solo 18 años ha participado en series, cortometrajes y obras de teatro. “La formación es necesaria, pero al final el talento es algo que te tiene que salir natural”, dice el actor. Sin embargo, asegura que, a pesar de su juventud, el madurar cambia: “Aunque yo antes quería vivir de esto, ahora mismo tengo que buscar una segunda opción porque el panorama es muy complejo”.

Falta de iniciativa pública
Los responsables de las dos escuelas no dudan en apuntar a una falta de compromiso institucional para contribuir a un mejor futuro en este sector. “Hay mucho voluntarismo, pero al final no se desarolla completamente nada”, asgura López. Agaard, por su parte, se queja de los impagos de los ayuntamientos. Además, añade que no existe un impulso de las producciones locales ni de los jóvenes artistas. “Ahora lo único que queda es esperar que la inciativa privada de mecenazgo permita a estos jóvenes mostrar su talento porque el teatro es más necesario que nunca”, señala.

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