“En las chabolas de la India están los verdaderos héroes del mundo”

0
1488

El escritor Dominique Lapierre narra la historia que le hizo “ser la voz de los hombres sin voz”

Marta Rubí / El Rotativo
El escritor francés, durante la entrevista en la universidad / F. Núñez
El escritor francés, durante la entrevista en la universidad / F. Núñez

Con la misma convicción con la que recorrió la URSS en un sinca, Dominique Lapierre (La Rochelle, Francia, 1931) pide las joyas de los asistentes a su conferencia de clausura del Congreso de Ciencias Experimentales de la Universidad CEU-UCH “para reunir dotes matrimoniales a las jóvenes pobres indias”. Tras abordar como reportero los grandes acontecimientos del siglo XX como la creación del estado de Israel, fue la recopilación de testimonios sobre Gandhi para Esta noche, la libertad la que dio un vuelco a su vida.

“Entrevisté a más de 800 personas de todas las condiciones sociales y, tras el éxito que tuvo el libro, quise devolver la generosidad que habían tenido”. Por eso, cuenta Lapierre, fue a entregar a la Madre Teresa un dinero que había ahorrado junto a su mujer (también llamada Dominique y también aventurera, filántropa y decidida). Quiso la providencia que ese dinero -“modesto”, dice el francés, aunque se trataba de 40.000 dólares- salvara del cierre el Hogar Resurrección en el que el joven James Stevens ayudaba a los niños más pobres del paradójico barrio de chabolas La ciudad de la alegría: “Se llama así a pesar de ser el infierno y es que en ella se encuentran los verdaderos héroes de nuestro mundo”.

El libro que escribió tras esa experiencia, también llamado La ciudad de la alegría, es “la epopeya de esos héroes, un testimonio único de amor”. Lapierre confiesa que no creyó que esa historia “inspiraría y gustaría tanto”, pero de nuevo la providencia ha permitido que la obra humanitaria iniciada entonces no hubiera más que empezado. Por eso, a la pregunta de si cree en Dios, el francés tan sólo puede encogerse de hombros: “Siempre digo que me es difícil entender que Dios deje sufrir tanto a sus niños, pero por otro lado…, la fuerza de la fe es la que sigue dando la esperanza”.

La injusticia que existe en el mundo es para él difícilmente comprensible si se tiene en cuenta que sólo con el dinero que Estados Unidos gasta en cosmética “se podría alimentar a todos los niños del Tercer Mundo”.

Sus palabras poseen la misma fuerza pronunciadas en un español sorprendentemente preciso a pesar del acento, que puestas negras sobre blanco. Y con esa fuerza, el autor de Era Medianoche en Bhopal -que también ha conseguido remover el corazón de los lectores en favor de las víctimas del mayor accidente industrial de la historia- describe el día a día de los habitantes del barrio de chabolas: “Suelo llevar conmigo este cascabel -y Lapierre lo agita al público- para traer la voz de mi amigo el ‘hombre-caballo”, cuenta en relación a uno de los miles de hindúes que transportan carros con viajeros “porque en la India el sudor humano es más barato que el sudor animal”.

Sin embargo, el reportero recuerda que tras convivir con ellos, volvió a Francia “con 60 kilos de exceso de equipaje por los regalos que me habían hecho”. Fue entonces, dice, cuando entendió el dicho hindú que no se cansa de repetir: “Lo que no se da, se pierde”. Por ello, a pesar de detallar el sufrimiento de “los más pobres entre los pobres” se muestra convencido de que la peor de las miserias “es la soledad; y existe en occidente más que en los barrios de chabolas del Tercer Mundo”.

Contarlo es para Lapierre su misión: “Es ejemplo de la posibilidad que tiene un escritor de dar un servicio”. Siente por ello “una responsabilidad” y repite varias veces que toda la ayuda “cuenta”. El escritor no cobra por sus conferencias y destina lo que sus anfitriones quieran dar a su obra humanitaria, y así sucede también con su visita a la Universidad CEU Cardenal Herrera.

La historia del siglo XX

El último llamamiento lo realiza en los libros que Planeta acaba de reeditar en la colección Biblioteca Dominique Lapierre, donde se especifica la manera de realizar aportaciones “que siempre llegan íntegras a la India”, se apresura en matizar. Una biblioteca en la que se incluyen todas sus obras en solitario, desde aquel viaje en sinca por la URSS hasta Un arcoiris en la noche; así como los escritos junto a los también reporteros Larry Collins y Javier Moro. En ellos, Lapierre documenta momentos históricos y entrevista a personajes como Ben Gurion o Gadaffi. “Para que pudieran recordar los detalles, las anécdotas, a veces había que estar con ellos seis, siete horas”, recuerda, “aunque con Ben Gurion tuvimos la suerte de que se lo había apuntado todo”.

“¿Que si hemos aprendido de esa historia? Diría que sí, pero ahora nos enfrentamos a nuevos acontecimientos, a nuevos retos”, explica al mirar atrás. Para la nueva generación de periodistas que puedan contarlos aconseja “curiosidad por saberlo todo y honestidad para contarlo con verdad”.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí