• Una investigación de la CEU-UCH muestra la elevada prevalencia de esta complicación anestésica, que en los humanos aparece entre el 30 y el 60 por ciento de los casos
  • Los autores del estudio recomiendan a los veterinarios un mayor control de la temperatura de los gatos, antes y durante las intervenciones con anestesia, especialmente en los animales de menor tamaño y en las operaciones más largas
  • Las intervenciones abdominales y ortopédicas generan un mayor descenso de la temperatura corporal en los gatos que las operaciones menores o las pruebas diagnósticas realizadas también bajo los efectos de la anestesia

La hipotermia es una complicación muy frecuente tras una intervención quirúrgica, por la combinación del efecto de la anestesia y las bajas temperaturas que se mantienen en los quirófanos. En los humanos, entre el 30 y el 60 por ciento de los pacientes que ingresan en unidades de cuidados intensivos tras una intervención quirúrgica registran una temperatura inferior a los 35 grados. Sin embargo, no existía hasta el momento ningún estudio que documentara clínicamente la prevalencia de la hipotermia en los gatos tras una intervención quirúrgica. El equipo de investigación de la CEU-UCH que dirige el profesor José Ignacio Redondo ha publicado en la revista Veterinary Record el trabajo “Retrospective study of the prevalence of postanaesthetic hypothermia in cats” para analizar la prevalencia de la hipotermia en estos animales.

Los investigadores de la CEU-UCH que integran el Grupo de Investigación sobre Avances en Anestesia, Analgesia y Monitorización han estudiado un total de 275 gatos anestesiados en el Hospital Clínico Veterinario de la UCH. La temperatura de los animales estudiados fue registrada antes de la anestesia y cada 5 minutos desde su administración, a lo largo de la intervención practicada. Teniendo en cuenta que la temperatura normal de estos animales está entre 37,8 y 39,2°C, la temperatura de los gatos estudiados, durante y al final de la intervención, fue clasificada en una escala de cinco niveles: hipertermia (más de 39,5°C), normotermia (entre 39,5 y 38,5°C), hipotermia leve (entre 38,49 y 36,5°C), hipotermia moderada (entre 36,49 y 34°C) e hipotermia severa (inferior a 34°C).

La temperatura media de los gatos estudiados antes de la administración de la anestesia fue de 38,2°C. A los 60 minutos de la intervención, esta temperatura media descendía a los 35,4°C. Tras 120 minutos, la temperatura bajó cuatro décimas más. Y tras 180 minutos de anestesia, los gatos estudiados registraron una temperatura media de 34,6°C. La prevalencia de la hipotermia fue de carácter leve en el 26,5 por ciento de los casos; moderada en el 60,4 por ciento de los gatos y severa en el 10,5 por ciento de los gatos estudiados. En total, registraron algún grado de hipotermia tras la administración de la anestesia el 96,7 por ciento de los gatos.

Factores para prevenir la hipotermia en gatos

El estudio identifica también los distintos factores asociados a la evolución de la temperatura corporal en los gatos durante las intervenciones que requieren anestesia. La temperatura previa a su administración es uno de los principales factores que protegen de la hipotermia a estos animales durante las intervenciones, por lo que los autores del estudio recomiendan que los gatos tengan la temperatura corporal adecuada antes de iniciar la intervención para evitar esta complicación. También para reducir la prevalencia de la hiportermia, los investigadores de la CEU-UCH autores del estudio proponen un mayor control de la temperatura, no sólo antes, sino también durante las intervenciones con anestesia, especialmente en el caso de los gatos de menor tamaño y en las intervenciones de mayor duración.

De hecho, la investigación ha demostrado también que las intervenciones abdominales y ortopédicas generan un mayor descenso de la temperatura corporal en los gatos que las operaciones menores o las pruebas diagnósticas realizadas también bajo los efectos de la anestesia. Además, los gatos con un mayor riesgo anestésico presentan más dificultades para mantener su temperatura corporal y sufren, por tanto, más hipotermia que los pacientes con un riesgo bajo. La duración de la anestesia es también otra variable significativa asociada a la hipotermia como efecto secundario de la anestesia, que los veterinarios deben tener en cuenta en las intervenciones sobre estos animales.

El estudio ha sido realizado, bajo la dirección del profesor José Ignacio Redondo, junto a los investigadores Carme Soler, Laura Gil e Iván Serra, profesores del Departamento de Medicina y Cirugía Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia, y con la colaboración de los veterinarios Gaspar Soler y Pablo Suesta. Este Grupo de Investigación sobre Avances en Anestesia, Analgesia y Monitorización está integrado en el Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia.

Más información sobre el artículo “Retrospective study of the prevalence of postanaesthetic hypothermia in cats” en Veterinary Record, en Affinity-Advance y en la base de datos PubMed.

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