- Profesores y alumnos del CEU de Elche trabajan como voluntarios en diversas poblaciones de Alicante afectadas por la gota fría
Cuando el viernes 6 de septiembre se empezaron a cumplir las previsiones de gota fría en la comarca de la Vega Baja en Alicante, y las lluvias torrenciales comenzaba a causar estragos en las localidades del sur de la provincia, Mariluz, María Carmen y Virginia, profesoras y alumnas del grado de Enfermería del CEU, tomaron una decisión: la gente de estos pueblos va a necesitar mucha ayuda, también de personal sanitario. No se lo pensaron dos veces y contactaron con el ayuntamiento de Dolores para ofrecerse “para lo que hiciera falta”.
Tampoco dudaron Mayuri y su novio, ella alumna de 4º de Enfermería y él propietario de un todoterreno 4×4 y de varias lanchas neumáticas. Y aunque se encontraban en Aspe, una población a la que no afectó la alerta roja establecida por la AEMET, cargaron el material y pusieron rumbo a las poblaciones más afectadas.
Allí, debido al numeroso grupo de voluntarios llegados de todas partes de la provincia, no se encontraron con Pedro Miralles, profesor de Magisterio del CEU y entrenador del Club Voleibol Almoradí, el flamante equipo que ha ascendido a la división de honor de este deporte en España y cuyos componentes aparcaron los entrenamientos y las clases (algunos de ellos, estudiantes de Magisterio y de Fisioterapia del CEU en Elche) para ofrecerse a ayudar los miles de afectados por las aguas.
Todos ellos coinciden en destacar y poner en valor justamente eso: cómo cientos de personas ajenas a la catástrofe han sido capaces de primar la solidaridad, la ayuda y el humanismo frente al confort de quedarse en sus casas al resguardo de las persistentes lluvias. “Nunca imaginé, lo solidaria que es la gente”, asegura Pedro Miralles. “Estuve colaborando un día completo en los Nietos, otro en los Alcázares, una mañana en Torre Pacheco y 3 tardes en Almoradí, lleno de barro hasta arriba y habían muchas más personas arrimando el hombro y que venían de cualquier punto de la Región de Murcia o Alicante que su entorno no había sufrido con tanta violencia esta gota fría que guardaremos en el recuerdo”.
Y es que el panorama, más allá de las imágenes y noticias de los medios de comunicación o de los numerosos vídeos que circularon esos días por redes sociales y grupos de whatsapp, era desolador: “Personas que lo han perdido todo y a todos, sin posibilidad de reacción y que gracias a la solidaridad de la gente no se han visto solas en un momento en el que su mueble más preciado y sus recuerdos de todas una vida se encuentran flotando dentro de cuatro paredes”, prosigue el docente de Magisterio, quien ejemplifica en el caso de una residente extranjera, cómo ha afectado este episodio de gota fría: “Cuando Margarita, una viuda británica, regresó a a su casa le tuve que ayudar con su puerta que por el barro que había entrado por las ventanas no podía abrir. En un instante, y al ver cómo había quedado su casa, nos juntamos 17 personas entre jugadores de mi equipo y amigos de estos, y le hicimos pasar por el mal trago de ayudarle a sacar todos…todos sus mueble para que pasara el camión del ayuntamiento y llevar a reciclarlos, solo quedándose con dos bolsas con sus pertenencias, únicos recuerdos de 70 años de vida”.
Ese paisaje de ruina y destrucción también lo vivieron en Dolores Mariluz, Virginia y María Carmen (“no hace falta que salgan nuestros apellidos, porque no hicimos más que lo que hicieron tantos otros de forma anónima y desinteresada”, reconocen), del grado de Enfermería del CEU. Ellas, por su condición de sanitarias, desempeñaron un papel más especializado, atendiendo a la población en el improvisado centro de Salud que el ayuntamiento de Dolores habilitó en unas dependencias municipales, “aunque, además de asistir a pacientes, bien allí, bien en salidas a los barrios y casas de campos donde estaba aislados, a bordo de las embarcaciones de los diferentes dispositivos de emergencias (UME, Protección Civil, Policía o Guardia Civil), también nos ocupamos de cargar y descargar material y ayuda de emergencia, limpiar, dar de comer, lo que surgiera y se necesitara en cada momento”.
Ninguna de ellas se subió a la lancha neumática que Mayuri y su novio llevaron esos días a Dolores. Ellos, acompañados y guiados por efectivos de la Guardia Civil, se dedicaron a trasladar a personas con problemas, desde embarazadas a ancianos, a lugares más seguros. “A mí, como me identifiqué como estudiante de Enfermería, enseguida me dijeron que debía ir en la lancha, por si se necesitaba asistencia sanitaria cuando fueran a las zonas más problemáticas por el nivel del agua”, asegura Mayuri. No le hizo falta poner en práctica su formación sanitaria, reconoce esta estudiante, que una vez concluida su labor, les dejó a los equipos de emergencia un kayak de su propiedad para que pudieran acceder a aquellos sitios a los que no podían llegar las grandes lanchas.
Alumnos y personal de CEU de Elche recogen más de 400 kilos de material de limpieza
En un llamamiento urgente por parte de diferentes ayuntamientos de la Vega Baja, con los que la Escuela de Salud CEU trabaja desde hace años impartiendo talleres de Enfermería Comunitaria a personas mayores y jóvenes, en el que se solicitaba ayuda para los afectados por la gota fría, el personal administrativo, los profesores y el alumnado del CEU recogió, en apenas dos días, más de 400 kilos de material de limpieza, entre fregonas, escobas, trapos de limpieza, lejía, limpiasuelos, etc.