Su lámpara, diseñada junto a Wunderman Thompson Colombia y E-dina, genera 45 días de luz con solo medio litro de agua salada y ha obtenido tres premios en los Cannes Lions 2021
Se estima que unos 840 millones de personas en el mundo no tienen acceso a la electricidad. El diseñador colombiano formado en el Máster en Diseño de Producto de la CEU UCH Miguel Mójica, junto a los equipos de Wunderman Thompson en Colombia y de E-dina, creen que el mundo necesita una revolución por la energía limpia y Waterlight es su propuesta. Tras su posgrado en Diseño en la CEU UCH, Miguel Mojica se ha afincado en Valencia. Aquí trabaja en ISABA Project, donde se encarga de diseñar espacios de ocio infantil, urbanos y acuáticos, siempre con la finalidad de crear sociedades más sanas a través del juego y su compromiso por la sostenibilidad y el desarrollo. Pero además, como diseñador freelance, ha participado en la creación de Waterlight, un dispositivo que genera 45 días de luz solamente con medio litro de agua salada. Este “milagro” del diseño se merecía un premio y ha logrado tres: un Silver Lion en la categoría de diseño y dos bronces en innovación y responsabilidad social, en el festival de creatividad Cannes Lions 2021, en Francia.
¿En qué consiste Waterlight, cuál es la clave de este diseño para “llevar luz donde no la hay” solo con medio litro de agua salada?
Cada país tiene una infinidad de problemas reales que pueden ser solucionados, siempre y cuando haya sinergias y equipos que colaboran entre sí. En este caso, creo que la clave, más allá de generar luz por medio del agua salada, es que existe un equipo que trabaja con un objetivo común: iluminar la vida de la comunidad Wayúu en Colombia. De aquí en adelante el “milagro”, como lo has llamado, se convierte en el resultado final de un gran proyecto de participación conjunta.
¿Por qué te pusiste a trabajar en esta propuesta de diseño sostenible? ¿Qué te motivó o inspiró para desarrollarla?
Cuando la agencia Wunderman Thompson decidió trabajar conmigo en el concepto de diseño para Waterlight, fue una alegría bastante grande. Poder llevar de principio a fin este proceso me llenaba de mucha ilusión y más aún con la finalidad que tenía esta idea: “llevar luz a La Guajira”. Estando tan lejos de mi país, Colombia, sentía que era la oportunidad de sumar en esta nueva revolución energética.
Te has encargado de todo el diseño de Waterlight, pero ¿quiénes han colaborado contigo en este proyecto desde Colombia?
Detrás de cada gran idea existe un gran equipo y Waterlight es un ejemplo claro de ello. Trabajé con el equipo de Wunderman Thompson Colombia, unos cracks de la publicidad, la creatividad y la innovación, y con E-dina, una empresa de ingeniería enfocada a las energías limpias y a escribir el futuro de la sostenibilidad energética.
Dentro del equipo, contábamos con Pipe Ruiz, Rene Rojas, Giovanny Leal, Gustavo Tovar, Nicolás Pinzón y muchas otras personas que, a lo largo del tiempo, se iban sumando a este proyecto. Íbamos creando de manera conjunta Waterlight, afinando hasta el más mínimo detalle; tenia que ser perfecto.
Tuvimos varias etapas dentro del proceso, analizamos materiales, procesos de usabilidad e integración en su entorno. El proceso creativo fue bastante interesante y, sobre todo, productivo.
«Waterlight nació para “llevar luz a La Guajira”. Estando tan lejos de mi país, Colombia, sentía que era la oportunidad de sumar en esta nueva revolución energética», destaca Miguel Mójica
Habéis logrado tres premios en el festival Cannes Lions de creatividad: diseño, innovación y responsabilidad. ¿Son estas las facetas que definen Waterlight?
Participar en el festival francés de Cannes suponía otro reto. Sabíamos que no era nada fácil, pero tampoco imposible. Y sí, creo que estas tres palabras pueden definir lo que es Waterlight: una idea con un enfoque social, que lleva la innovación a través un producto que se adapta a su entorno real.
¿Esperabais este éxito en un festival internacional? La competencia ha debido ser muy dura…
La verdad es que Waterlight se empezó a viralizar en redes sociales por todo el mundo y eso ha motivado mucho al equipo. Creo que el resultado ha sido el premio a muchas horas de trabajo y ganas de que el proyecto saliera adelante. La competencia siempre genera un poco de ansiedad y más conociendo la competencia a nivel mundial. Había muchísimos proyectos de mucho nivel y Pipe Ruiz era la persona que, entre horarios de madrugada y noche, me tenía al tanto de las diferentes fases en las que íbamos avanzando: sus mensajes de voz se convirtieron en la fuente de información más esperada.
Con tu trabajo muestras sensibilidad por un diseño sostenible y que da solución a necesidades reales. ¿Crees que el diseño puede cambiar el mundo?
Definitivamente, sí. A lo largo de la historia, el diseño ha transformado el mundo y ha revolucionado entornos de manera disruptiva. Con Waterlight estamos dando un paso hacia el diseño responsable y sostenible, es un deber que tenemos desde nuestra profesión. No podemos hacer un cambio radical de la noche a la mañana, así que las pequeñas revoluciones serán las que nos lleven a un verdadero cambio.
Mójica: «Con Waterlight estamos dando un paso hacia el diseño responsable y sostenible, es un deber que tenemos desde nuestra profesión»
Tras estos cuatro años trabajando como profesional del Diseño en Valencia, ¿cómo recuerdas tu paso por la Escuela de Diseño del CEU? ¿Qué te has llevado del Máster en Diseño de Producto de la CEU UCH que sigues aplicando en el día a día profesional?
Principalmente, me llevo el abanico de posibilidades que tenemos con el diseño de producto. Poder explorar sectores como la cerámica, la automoción, la iluminación, el sector náutico y en especial el diseño infantil, sector en el que me desempeño actualmente, me dejan una imagen bastante prometedora del diseño aquí en a Valencia y en Europa. Trabajo en ISABA, una empresa de ocio infantil que, a través del agua, lleva diversión a niños y adultos en hoteles y espacios públicos en el mundo. Como diseñador, esto ha sido una experiencia fundamental para crecer en equipo y fortalecer diversas habilidades a lo largo del tiempo.
Aquí en Valencia, el concepto tiene un papel muy importante, todo en un diseño tiene un porqué, nada nace de la nada. Esto es algo único que solo he respirado aquí, en el Mediterráneo… Además, Valencia será la capital mundial del diseño en 2022, lo que convertirá la ciudad en un gran espacio creativo para el mundo.
Para los estudiantes actuales, diseñadores en formación, ¿crees que el diseño sostenible es el futuro del diseño?
Estoy convencido de que cada día somos más conscientes del impacto que tenemos en el planeta. Confío completamente en el cambio que estamos creando las nuevas generaciones, la visión de los diseñadores con el diseño sostenible y el diseño responsable. Hoy, el diseño sostenible es una realidad, se ha convertido en un requerimiento fundamental a la hora de diseñar y esto, seguramente, ayudará a resolver los nuevos retos que se presenten en el futuro. Y la interdisciplinariedad con profesionales del ámbito biológico, médico y tecnológico será la llave para llevar el diseño sostenible al ámbito cotidiano.