El Foundation Year Program (FYP) de la Universidad King’s College (Halifax, Nueva Escocia) está a punto de cumplir 50 años. El modelo se viene replicando desde entonces en muchas otras Universidades del mundo.

Es una propuesta de “año cero” que resuelve diferentes situaciones. Por ejemplo, la de los jóvenes que no tienen decidida su vocación, o la de aquellos que no han alcanzado la nota necesaria para el ingreso en esa Universidad, o la de aquellos que no dominan con suficiente soltura el idioma del Grado que quieren cursar.

Un mundo diferente

Hace relativamente poco tiempo, la elección de una carrera profesional, y de los estudios que permitían ejercerla, era un proceso mucho más sencillo que en la actualidad. Por una parte, las opciones eran muy pocas, y desde el escenario “ciencias” o “letras” los caminos muy claros y definidos. Por otra parte, casi ningún estudiante universitario se planteaba cursar su titulación fuera de su país.

Ninguna de las dos variables se mantiene hoy vigente. La oferta de estudios universitarios se ha diversificado para atender las demandas del mercado laboral, construyendo itinerarios formativos muy novedosos. Por otra parte, la posibilidad de estudiar en la mejor Universidad de una determinada disciplina es una posibilidad real. La movilidad de los estudiantes y la internacionalización de las Universidades siguen evoluciones paralelas.

Ambos factores complican la decisión de los estudiantes que se ven sometidos a la presión de equivocarse en su primer año de estudios.

Un universo diferente

La Universidad es, por definición, un universo diferente. Por mucho que esté orientada a la sociedad y se muestre accesible, supone la adopción de una serie de hábitos que han de permitir el logro de las competencias exigidas.

Y todo cambio necesita un proceso de adaptación. Esa es la esencia del “año cero”. Los procesos de aprendizaje requieren de diversos tipos de conocimientos: académicos, idiomáticos, culturales y hasta sociales.

El Programa de la Universidad de Londres está diseñado específicamente para estudiantes que no tienen el inglés como lengua materna. En la Universidad de Vanderbilt , el “Program Foundation” tiene como objetivo preparar a los estudiantes de fuera de los Estados Unidos para ingresar al sistema universitario estadounidense. Lady Margaret Hall – Oxford – dispone de un Programa destinado exclusivamente a estudiantes de entornos socioeconómicos desfavorecidos

Un escenario profesional diferente

Los límites de los territorios profesionales tan sólidos hasta hace unos años son cada vez más líquidos. Un periodista no editaba vídeos, eso lo hacía el cámara. El director de una empresa no revisaba los procedimientos jurídicos, eso lo hacía el abogado. El responsable del marketing de una marca no sabía gran cosa sobre los algoritmos, eso era responsabilidad de los informáticos.

Hoy los periodistas son multimedia, los abogados son “compliance” y los informáticos diseñan acciones de marketing para las marcas.

Los nuevos entornos profesionales exigen el dominio de unas determinadas competencias que a veces no caben en los límites de un Plan de Estudios. Las dobles titulaciones han venido a resolver la demanda de esos nuevos perfiles más flexibles y transversales.

En Reino Unido se puede estudiar en la Universidad de Surrey un Doble grado en matemáticas y música, o en la Universidad de Londres puede cursarse el Doble grado en japonés y relaciones internacionales.

Personas únicas

Todo este panorama añade más presión a la elección de los jóvenes. La información es tan decisiva en la toma de decisiones que sin ella el proceso se convierte en aleatorio.

Es difícil trasladar en unos minutos de explicación o en los párrafos de un texto todas las dimensiones posibles de una disciplina. Por elaborado que esté ese discurso, siempre faltará el componente vivencial.

El “año cero” es una propuesta para garantizar el acierto en la elección del Grado. Durante ese primer año en la Universidad, el estudiante elige qué asignaturas quiere cursar. A través de experiencia en la clase, de las conversaciones con el tutor y la exploración de las salidas profesionales, podrá definir su elección.

El “año cero” no es un “curso en blanco”. Todas las asignaturas de ese año son “materias básicas” y eso permite que sean reconocidas en la titulación de destino como créditos ya cursados, con lo que se inicia el segundo curso de esta titulación destino con todo el primero ya superado.

La propuesta de la Universidad CEU Cardenal Herrera, inspirada en los modelos más innovadores y llamada Grado abierto en Ciencias Sociales, ha articulado un primer curso menos especializado y más flexible, que permite elegir en segundo curso entre los siguientes grados o dobles grados: Periodismo, Comunicación Audiovisual, Publicidad y Relaciones Públicas, Derecho, Ciencias Políticas / Relaciones Internacionales, Dirección de Empresas o Marketing.

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